Una confesión

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Mis días se volvieron rutinarios, aunque Yaret las hizo distintas y algo especiales, no hable del como me tuvieron que tener esos días, si se preguntan si fue difícil decirle a Yaret que me gustaban las chicas, pues la verdad fácil no fue, entonces ella descubrió todo .

Tuve un viaje por unas semanas, me fui sin poder despedirme, porqué la señal se fue y no volvió.

- Tenemos que hablar, ven a mi casa te espero.

- Pero acabo de llegar de viaje y estoy cansada Yaret.

- Dije que vengas tenemos que hablar seriamente.- dijo cortante.

- Bueno te veo en 5 minutos.- corte la llamada telefónica.

Tarde mucho más obvio, pero llegué

- ¿Qué pasó de que quería hablar?

- Primero que nada júrame, que no mentiras.

- ¿Okey? .- por alguna razón, sabía que algo estaba mal.

- ¡JÚRAMELO !.

- Lo juro.- mi voz tembló.

- Bien, yo te aprecio mucho, eres realmente cómo una hermana para mí, confío mucho en tí, te quiero, ahora me gustaría que confiaras en mí, ¿Está bien?.

- Sí, está bien.- estaba muriendo de nervios.

-¿ Quién es Jennie?.

- Es una amiga, pero ¿Como la conoces? ¿Cómo?.- estaba mintiendo, estaba en un estado de colapso nervioso, ¿Cómo le decía que era mi novia a distancia? ¿CÓMO? Y ¿CÓMO DEMONIOS LA CONOCIÓ?.

- Irene.- me miró con aquellos ojos que podían desnudarme el alma.

- Es una amiga, pero dime ¿Cómo la conociste?.- sentí que ya le gritaba.

- No me respondiste la pregunta, Irene.

- ES UNA AMIGA DIJE.- grite.

- Primero cálmate, estás muy nerviosa y es la última vez que te preguntó quién es Jennie, pero no grites.

- Es una amiga que conocí por un grupo del fandom, ya sabes que estoy en esos grupos, dónde conozco a muchas personas, eso es todo.

- Okey, entonces explícame esto.- me tendió su celular y me lo dió.

- ¿Qué?.

- Es Jennie preguntando por tí, cuándo te fuiste de viaje me habló, porqué sabe que soy tu mejor amiga, y qué se supone que yo ya la conocía porque tú, le hablaste de mí.- me puse pálida ante aquella confesión.

- Yo ahm - estaba pérdida.

- Vamos léelo.- me animo.

- No.- dije cortante.

- Me vas a decir quién es?.- levanto la ceja en señal de victoria.

- Me gustan las chicas Yaret, y yo no sabía cómo sentirme, es difícil para mí aún ¿Sabes?, cuándo nunca hablé de mis gustos a las únicas personas que tengo, tengo miedo que después de esto me rechaces, nuestra amistad no sea la misma, qué te alejes de mí, esto es nuevo para mí, si nunca me atreví a decirlo fue porqué tenía miedo, siento que no soy "normal", y Jennie es mi pareja.

- Irene, que tengas gustos diferentes no te hace un mounstro, no te aleja de la sociedad, soy tu amiga y hermana, te voy apoyar siempre, esto te hace una mejor persona porqué de algún modo lo estás aceptando, estoy molesta porqué no confiaste lo suficiente en mí, no por tus gustos, está perfecto que te gusten las mujeres, obvio somos preciosas, pero por favor nunca más dudes en hablar conmigo sobre estás cosas, siempre tendrás mi apoyo, ¿Está bien?.- su sonrisa me abrazo y sus brazos también.

- Gracias, estoy realmente asustada ahora.- era mi primer abrazo, dónde mis brazos olvidaron el pasado por un segundo, mis pensamientos se detuvieron, me permití ser libre aquellos segundos, dejé de pensar, solo me entregué aquellos brazos cálidos.

Todo aquello paso, sin embargo, yo estaba con alguien más, Yaret lo descubrió y me dió un sermón que nunca olvidaré, pero sentí tan normal estar con alguien más, mi ego, mi orgullo, crecieron, no lo pensé mucho y la engañe, me perdonó pero nunca olvido, sin embargo entre mis amores fugaces, llegó alguien.

Yaret y yo nos volvimos más unidas que nunca, me ánimo para decirle a las chicas de nuestro grupo de amigas que me gustaban las chicas, fue difícil al principio pero créanme que después de aquella confesión, sentí que el mundo y la vida me abrazaban, hasta ahora parece irreal que aquellas personas que ví de manera fugaz, hayan sabido darme los mejores meses de la secundaria.

Cuando el tiempo sea buenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora