Mi Ángel (Castiel) Supernatural

Capítulo 24: Mamá

— Continúa —dije con interés al saber que pertenecía a los llamados Hombres de Letras como yo. 

Un tema como este, no era algo que cualquier persona podía hackear y sacar información, era sumamente secreta que solo los que formaban parte de ella, sabían la existencia de ella. A su vez, no por eso podía confiar en él pero sí sabía que era imposible que un extraño haya logrado hackear el sistema para hacerme alguna especie de juego y sacar información de mi vida. Él se mostraba totalmente sereno y tranquilo, venía sin intención de pelear, en definitiva solo quería hablar, aún así yo estaba preparada para cualquier movimiento repentino que se le ocurriera hacer. 

— ¿Alguna vez has querido un mundo sin monstruos? —preguntó. 

No entendía a que venía la pregunta. Por un momento pensé, era algo sumamente imposible, los monstruos ahí afuera siempre han existido, se multiplican, infectan y crean más, es prácticamente imposible acabar con ellos, tomando en cuenta los cazadores que todavía estamos en pie, y sin agregar los que podemos morir en el intento. No somos muchos. 

— ¿A qué te refieres? —pregunté confundida. 

— Nosotros tenemos armas y tecnología avanzada para acabar con ellos —dijo seguro— y lo que estamos haciendo es buscar cazadores buenos que se unan a nuestra organización, como tú. Los Winchester —finalizó. No sabía como decirle "No te creo una mierda" de una forma sutil, era algo difícil de creer sin pruebas. 

— ¿Cómo puedo confiar en lo que dices? —volteé a verlo. Él me miró de reojo y parecía tan seguro de sí mismo, desde cada palabra que decía hasta cada gesto de su rostro, tenía una actitud de seguridad y positivismo. 

— Esperaba que dijeras eso —dijo orgulloso y con una media sonrisa, incluso sonaba alegre. Se levantó del banco en el que estábamos sentados y se dirigió a un lado. Yo giré mi cabeza y se dirigía al maletero de su auto, lo abrió y me miró, esperando que me acercara. 

Me levanté algo curiosa y me acerqué con cautela y las manos en mis bolsillos traseros. Tomé distancia en caso de que tuviera alguna maniobra de secuestrarme o hacerme algo pero él se veía tan seguro y tan confiable, y me mostraba una sonrisa que me brindaba confianza. Me asomé al maletero y lo que vi fueron armas que nunca había visto antes. A comparación de nosotros, mi familia, usábamos sal, hierro pistolas con balas de plata o cuchillos de plata, cosas así; pero estas eran armas que no había visto nunca, ni en internet ni en ningún lado, tenían un aspecto actualizado, mejorado. 

— ¿Qué es esto? —pregunté algo sorprendida. 

— Una parte de trabajar con nosotros —respondió seguro de sí mismo. 

Una parte de mí confiaba en él pero otra parte no estaba segura todavía. Era algo que tenía que hablar con mi hermano. 

— Yo... tengo que pensarlo y hablarlo —dije mientras lo volteaba a verlo. 

— Claro. Tómate tu tiempo —respondió amable— De alguna forma, nos encontraremos —agregó. 

Yo lo fulminé con la mirada y él solo se limitó a sonreír algo incómodo, se subió a su auto y vi como se marchaba. Yo me quedé cruzada de brazos en la carretera, en plena neblina sola. No sabía si confiar en él, era confuso era raro, nunca había escuchado de ellos antes, cuando llegue al búnker hablaré con Sam pensé. 

(...)

— ¡Sam! —lo llamé mientras cerraba la puerta metálica. 

Bajé por las gradas pero me encontré con una mancha de sangre en el piso, no había señales de Cas ni de Sam, saqué mi pistola y la puse en alto. Y escuché unos quejidos a mi derecha, volteé a ver y era Jennifer que estaba atada en una barra de metal y tapada su boca con sangre que recorría su rostro. Corrí donde ella y le quité el trapo que tenía en su boca. 

— ¿Qué mierda sucedió? ¿Dónde esta Sam? —pregunté frustrada mientras desataba las cuerdas. Y pasaba el mismo trapo por su frente. 

— No lo sé. Una mujer entró y me golpeó la cabeza —dijo agitada y con muecas de dolor. Yo maldije en mi cabeza, y mi corazón se aceleró, la ira me consumía no sabía qué hacer. Escuché el sonido de la puerta abrirse. Me volteé rápidamente y apunté con mi pistola pero era Dean. 

— ¿Dean? —dije confundida. Él me miro confundido. 

— ¿Qué pasó? —preguntó al ver mi pistola. 

— Sam desapareció —respondí mientras bajaba mi arma. Mi hermano maldijo en bajo, pero vi que había alguien más detrás de él que no era Castiel, se asomó y no podía creer lo que estaba viendo con mis ojos— ¿Mamá? —dije con los ojos como platos. Ella me miró de pies a cabeza y bajó por las gradas de metal. Las dos estábamos boquiabiertas, al inicio temía hacerle "la prueba" si era un demonio o un cambiaformas, pero si lo fuera Dean ya lo sabría. 

— Chloe —dijo con su dulce voz mientras se acercaba lentamente a mí. Mis ojos se llenaron de lágrimas, era tan hermosa más que en las fotos que miraba todas las noches, anhelaba tanto poder conocerla algún día. Sin embargo quien creería que la conocería cara a cara. Ella pasó su mano por mi rostro y me sonrió dulcemente— mi niña —dijo tiernamente y con una mirada cálida. 

— Mamá —repetí feliz y rompí a llorar, la abracé fuertemente y hundí mi rostro en su cabello. 

Así que así se siente, sentir el amor de una madre, este es el lazo del que tanto hablan entre una madre y sus hijos, que sin importar que suceda, estos lazos maternos son indestructibles, el amor verdadero es el arma más poderosa que puede destruir cualquier mal. Me separé de ella y me limpió las lágrimas que caían por mis mejillas con sus pulgares y me dio un beso en la frente. 

— ¿Qué fue lo que sucedió? —escuché a Dean molesto. Dirigí mi mirada a él y Cas había llegado a la escena. 

— Había una mujer, me envió lejos y se llevó a Sam —respondió Cas molesto. 

— Bien, si se lo llevaron tuvieron que usar un vehículo, Chloe revisa las cámaras al menos las últimas 3 o 4 horas —me dijo Dean. 

— Pero tenemos que ir a... —dijo mamá algo confundida. 

— No es necesario —la interrumpí mientras encendía una laptop. Y hackeaba algunas cámaras. Sam me enseñó unas formas de hackear sistemas, aún así no soy una experta como mis hermanos, solo sé lo básico— Listo —dije. 

— ¿Cómo es que se llama eso? —dijo mi mamá confundida y viendo la laptop. 

— Internet —respondí segura. 

— Sí —agregó Cas— yo tampoco confío mucho en ella —agregó, reí en mi interior pero me enfoqué en el auto. 

— Hay un auto que pasó por estas calles hace algunas horas, deberíamos verificarlo —dije a Dean. 

— Vamos —dijo seguro.