Capítulo 03

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Me despertaron unas voces, una femenina y dos masculinas.

Miré la hora en mi celular, eran las tres de la madrugada.

Me levanté de la cama para decirle a Celeste que respetara ésta casa y no metiera sus conquistas adentro.

-Ya le hemos advertido. ¿Ahora que quieres que hagamos? - se escuchó decir de un hombre.

Me acerqué a la puerta de mi habitación, recargué mi rostro en ella para escuchar mejor.

-Bien hecho. Esperen aquí, voy a ver si no se ha despertado. -escuché decir de Celeste.

Di pasos rápidos para llegar a mi cama, me dejé caer en ella y me tapé todo el cuerpo con sábanas.

Cerré los ojos, ya que se estaba escuchando que la perilla de mi habitación se estaba abriendo. Escuché pasos acercarse a mi. Olfaté un olor a alcohol combinado con tabaco. Me dieron ganas de estornudar, pero no quería hacerlo.

-Al parecer está dormida, ahora bajemos para decirles cual va a ser su siguiente orden, muchachos. -se escuchó decir de la voz femenina que al parecer era de Celeste.

¿Que tramaba está mujer?

Los pasos se estaban alejando, pero no pude aguantar más y se me salió un estornudo.

Se me bajó la sangre del pánico que sentía, ahora descubrirían que estaba despierta y que los estaba escuchando.

Me quitaron las sábanas de encima y un hombre me tomó de los hombros. Me estaba lastimando, pero eso no era lo que me preocupaba en este momento, temía de que me hicieran algo.

-¿Qué tanto escuchaste? -me miró con rabia el hombre que había tomado mis hombros. Era un hombre con rostro redondo, corpulento, cabello corto y bastante alto. El otro hombre sólo nos miraba atentamente, el era lo contrario del que estaba cerca de mi.

-¡Celeste ayúdame! -grité con lágrimas en los ojos. El hombre apretó más mis hombros.

-¡Te he hecho una pregunta! -me miró furioso.

-No... No escuché nada. ¡Suélteme! Me está lastimando. ¡Por favor! Hace unos minutos me desperté. -le supliqué. Estaba demasiado asustada.

-¡Dime todo lo que escuchaste! -bajó su fuerza en mis hombros y fue deslizando sus manos hacia mis brazos, los apretó, ahora sentía un dolor horrible.

-Me desperté porque estaba escuchando pasos por mi habitación. No escuché nada, por favor. -mentí.

-Suéltala Dan, ya es suficiente. -le dijo el otro hombre tranquilamente- Perdóname Ailee.

Se acercó a mi, alcancé a ver su rostro por la luz que daba la luna. Se me hacía conocido. Me le quedé mirando, pero no pude recordar de donde lo conocía. Tal vez lo vi en algún sueño.

-¿Me recuerdas, Ailee? Ha pasado mucho tiempo desde que no te veo. Has crecido mucho. -habló demasiado tranquilo.

Dejaron de salir lágrimas de mis ojos. Lo miré atentamente con confusión.

-¿Nos... Nos conocemos? -al parecer sí lo conocía, pero no recuerdo de donde.

-Claro, estabas demasiado pequeña cuando te vi. Supongo que por eso no sabes quién soy. -se escogió de hombros.

Fruncí los labios.

-¿Donde está Celeste? -pregunté con temor.

-¡Oh! La gran Celeste, tal vez está dormida. -dijo sin darle mucha importancia a mi pregunta. Sabía que me estaban ocultando algo. Hace un momento había escuchado la voz de Celeste, pero no les dije nada al par de hombres, no quería que sospecharan.

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