Tenia pocos días de haber iniciado el otoño y eso significaba que Elliot tenía que salir no sólo con una bata blanca de su casa, sino con una chamarra abrigadora para tan álgidas corrientes de viento, él muy en el fondo sabía que no era partidario del frío y mucho menos que éste golpeara su cara ...
Sonó la alarma puntual y sin retraso, eran las 07:00 am
Elliot con los ojos entreabiertos apagó el despertador, junto con el pensamiento que cada mañana se hacia presente y el cual en su cabeza sonaba " ¿será que es necesario despertarme tan temprano para obtener un título universitario? ". Con un gruñido y berreo se despertó, y sin que nadie lo oyera.
- Es hora de empezar un nuevo día, pero con la misma rutina-dijo Elliot con una sonrisa fingida y mirando su despertador con cabeza de hipócrates.
Aquel despertador que su madre le regalo en su cumpleaños era el claro ejemplo de un "amor apache", sabía que por las mañanas le generaba un sentimiento de disgusto hacia el despertador, pero después de ese mal rato, su cordura se acomodaba y sabía que sin el no se podría levantar.
Elliot, al haber realizado ese pequeño ritual mañanero. Se dispuso a tomar una cálida ducha, la cual le vendría bien, ya que afuera el viento soplaba fríamente, que tan solo el pensarlo volvía eriza su piel.
El ritual de cada mañana, estaba lejos de terminar. Salió de la regadera y comenzó a vestirse, desde que entró a la universidad, ya no tuvo ninguna preocupación de elegir la vestimenta de ese día. Era bien sabido por su familia y por él mismo que la etiqueta de vestimenta del día, y del día siguiente y de los días que restaban para terminar la universidad, tendrían que ser vestimentas blancas; Se calzó sus zapatos clínicos blancos y prosiguió a ir a la cocina a desayunar, antes de ir a la universidad.
Recién bajaba las escalares, recordó fugazmente que olvidó la bata la cual estaba colgada en su perchero(el cual parecía un asta bandera con playeras, chamarras y sudaderas colgando y unas a decir verdad con unos cuantos días sin lavar) y decidió regresar por ella; sin ella se sentía como batman sin capa.
Después de haber resuelto ese pequeño tropiezo rutinario; se sentó en la mesa y vio que el desayuno ya estaba servido (había sobre la mesa hot cakes con miel de maple a un lado, fruta picada, café y jugo de naranja), él había tomado un par de hot cakes con miel de maple y café, el resto del desayuno que estaba en la mesa sabía que su mamá y su papá se lo comerían.
Escucho unos pasos provenientes de la puerta, era la señora Margaret (pero el le decía mamá) que había salido a recoger su revista a la cual estaba suscrita, "Vanity fair", era ese tipo de revista que trataba sobre moda y lo que pasaba en el mundo de la farándula.
- Hablando de la reina de roma-dijo Elliot mientras masticaba con calma su bocado de hot cake.
Pero su mamá estaba tan entretenida leyendo la portada de la revista, que no le escucho.
- Tierra llamando a mamá- le dijo Elliot a su madre agitando las manos.
- Lo siento, hijo. La portada de este mes, me entretuvo y llamo mi atención-le dijo su mamá señalando la cubierta de la portada.
La cubierta de la portada mostraba una persona de aspecto andrógino, claramente se veía que era una mujer, pero con facciones masculinas. Para la mamá de Elliot era nuevo, pero no por ello generaba disgusto, solo se le hizo interesante como ha ido revolucionando la editorial de la revista; la madre de Elliot prosiguió a dejar la revista sobre la isla de cocina, para luego leerla en la tarde.
- ¡Elliot, hijo! apúrate si no llegaras tarde a la universidad- le dijo su madre
Entonces, Elliot despegó su trasero de la silla y subió a cepillarse los dientes. Mientras bajaba las escaleras, nuevamente, escuchaba el ruido del motor y eso no significaba otra cosa que su mamá ya estaba esperándolo, y con eso un sermón, el cual ya oía en su cabeza.
"No quiero un sermón tan temprano" -pensaba Elliot, mientras bajaba las escaleras- Debería ser delito que te regañen rumbo a la escuela, no es justo- resignado y con los hombros caídos.
Salió de casa e inmediatamente subió al auto, rumbo a la universidad. Durante el camino, Elliot acostumbraba ir viendo por la ventana el resto del amanecer, entonces fue en ese momento en que su mamá le hablo.
- Hijo, cuando salga del trabajo paso por ti y vamos a ir a comer con tu padre a "Quattro" - dijo su madre mientras manejaba con la mirada fija en el camino y con las dos manos en el volante.
No le generaba sorpresa el oír el nombre del restaurante; sabía que era un restaurante familiar en donde sus papás contaban como les había ido en el trabajo y él en su día de escuela.
- Si mamá, me agrada la idea de ir. Ya se lo que voy a pedir- dijo Elliot mientras suspiraba y junto con el dejaba salir las palabras.
Cada vez más se aproximaba a su destino, el cual era la universidad. La universidad quedaba a unos 30 minutos de la casa de Elliot, el camino era relativamente corto, pero el silencio restante después de la conversación con su mamá, lo volvía dilatador; por lo que consideró mirar nuevamente por la ventana.
- Allí esta- Señalaba con un dedo a la universidad la mamá de Elliot- solo unos metros más y habremos llegado- dijo.
La universidad a la que asistía Elliot, era la "Universidad del Condado de Fontana", un nombre poco original, pero que se compensaba, ya que era un campus enorme al aire libre con muchos edificios, en los cuales albergaba diversas licenciaturas.
En el edificio A, se encuentran los estudiantes de arquitectura, en el edificio B, están los que estudian ingeniería robótica, en el edificio C, están los estudiantes de comunicación y ciencias políticas, en el D, están los estudiantes de cinematografía y diseño gráfico , y en el último, pero no menos importante, se encuentra el edificio E, aquí se encuentran los estudiantes de medicina. El edificio administrativo, en donde se encuentra el decano de la universidad y los coordinadores por licenciatura, y el resto del personal administrativo, utilizaba por símbolo en su fachada "AΩ", un alfa y un omega en el alfabeto griego, estos resaltaban porque llevaban como diseño los colores oficiales de la universidad, verde con amarillo.
Elliot recordó exactamente el discurso que dio el decano Reynolds el primer día que ingreso: << " Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el que es, era y ha de venir" >> , había citado un fragmento del apocalipsis en pocas palabras; dio a entender que todo se inicia en ese edificio y todo termina en ese edificio, simple, cualquier trámite o asunto académico se arregla ahí. Elliot solo movió la cabeza y sonrió al pensar en el discurso de bienvenida tan dramático que dio.
Cada edificio estaba construido con ladrillo rojo y con decoraciones en color verde y amarillo, que daban vida a los pasillos y aulas.
La madre de Elliot se estacionó a un costado de la puerta principal del edificio E. Al abrir la puerta del auto y bajar de él, Elliot sintió como una ráfaga de aire frío golpeó su cara y a su paso hacía volar las hojas de los árboles.
Cerró la puerta del auto y se dispuso a caminar rumbo a su salón de clase.
- Mucho éxito, hijo. ¡Que te vaya bien! -Le dijo su mamá dentro del auto mientras divisaba a Elliot con la ventana del carro abajo.
- Gracias mamá. ¡Te quiero, cuídate! - dijo Elliot mientras le decía adiós con la mano.
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El último suspiro de otoño
RomanceElliot, un joven estudiante de medicina con una vida rutinaria, engarzado a la enseñanza de Hipócrates. No sabrá lo que es el amor y lo que el sufrimiento trae consigo; cuando en el campus llegan los chicos y chicas de intercambio. Conocerá a aquell...