1. Biología marina, Japón y un viaje sacudido

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Capítulo 1: Biología marina, Japón y un viaje sacudido

El trabajo se ha estado acumulando estos últimos meses, y mi cabeza da un colapso mental gracias al estrés.

La tecnología ha mejorado con el paso de los años, me ha ayudado lo suficiente para investigar a los animales, especialmente los que viven en el mar.

Mi nombre es Kujo Jotaro, un hombre con nacionalidad japonesa. Desde niño me gustaban los animales marinos, y precisamente es lo que estudio actualmente. Me dedico a viajar por las maravillas que el mundo nos ha regalado, a estudiar a los animales. 

Mi abuelo, Joseph Joestar, me ayudó a cumplir mis sueños. Me ingresó a las mejores escuelas, con la única condición de obtener buenas calificaciones. 

La empresa con la que comparto el trabajo, me ha dado una sorpresa que nunca se atravesó por mi mente. He cumplido con las investigaciones en tiempo y forma. Por ello, me han dado un reconocimiento, y me han destacado como el empleado del mes. 

— Kujo, te felicito por tu esfuerzo. He decidido que puedes tomar un descanso de un mes. Necesitas relajarte y dejar de forzar esos hombros. Con tus nuevas actualizaciones, la compañía de revista que trabaja con nosotros no nos exige nuevos descubrimientos.— reveló el jefe de la empresa, dando un sorbo a su taza de té de limón.— Te veo en un mes.

— Muchas gracias por este regalo.— agradecí estrechando su mano con la mía.

Me retiré de su oficina y del edificio en sí. 

Japón es uno de mis países favoritos, y no porque haya nacido aquí. Sus palacios imperiales son increíblemente grandes, existen miles de santuarios y templos. Me parece interesante su historia, emperadores, la religión budista, y la forma de su gobierno.
No es el único país que me agrada, hay muchos más en la lista.

Por coincidencia del destino, una mujer me dio un folleto, contenía información acerca de los descuentos que están vigentes para viajar a algún lugar. Me causó interés y caminé en dirección a mi hogar lo más pronto posible. 

Encendí mi computadora, y busqué en el navegador el nombre de la compañía que me ofrecía buenos descuentos. 
Observé que el más pedido por ahora es la isla Ishigaki, es muy visitada por su playa Maezato y el museo Yaeyama. Tienen un descuento del 20 por ciento en la compra del boleto, además que reducen el costo de cualquier hotel en donde me hospede.

Abrí una nueva pestaña y busqué la aerolínea que siempre consulto cuando necesito viajar. La siguiente partida hacia ese lugar es mañana a las 12 del día.

Compré los boletos por línea, y mi descuento fue procesado. 

Me levanté de la silla, y comencé a empacar mis cosas. Por lo que he leído, el clima es muy caluroso, y no tendré la oportunidad de traer puesto mi traje de biólogo. 

Al anochecer, bebí un poco de vino y fui a la cama. No suelo cenar, mi estómago se acostumbró a no digerir comida por las noches. 

Al día siguiente, cargué todas mis maletas, y tomé un transporte que me llevara al aeropuerto. No me emociona el hecho de ir, por mi labor siempre viajo a lugares de ese tipo. Me causa un ligero cosquilleo el cómo se sentirá la arena. No todas las playas comparten la misma arena, quiero saber si es rocosa, suave, o rasposa.

Al llegar al lugar mencionado, di mi información personal y así puedan verificar que he comprado los boletos por línea. Como lo es habitualmente, me hicieron un chequeo y revisaron mi equipaje. 
Sin darme cuenta del transcurso del tiempo, ya estaba dentro del avión esperando a que despegara. 

Los pilotos anunciaron que el viaje estaba a punto de iniciar. Nos anunciaron las reglas básicas y el menú que podíamos ordenar por si teníamos hambre. 
Después de eso, me di cuenta que el comandante era principiante. Encendió el vehículo de una forma extraña. ¿Cómo lo sé? He leído libros acerca de los aeroplanos, es uno de mis hobbies favoritos.

Miraba fijamente por la ventana, las nubes resplandecían, y el sol les daba más iluminación. 

Unos minutos después, sentí un leve mareo e inmediatamente recordé que no desayuné bien por atender otros asuntos. Eso traería consecuencias graves, estar por el aire y sin mucho alimento causará que mis jugos gástricos se revuelvan sin parar. 
Por suerte, cargaba en uno de mis bolsillos algunas pastillas. Le pedí a la empleada un poco de alimento acompañado de agua y con eso aliviará mi dolor.

Me trae recuerdos, de niño desarrollé un miedo por los aviones, gracias a mi abuelo. Un día normal, insistió en ser el piloto. Tenía curiosidad de ver la ciudad en las alturas, pero no hay vuelos sin destino. Unos cuantos minutos de rogarme, acepté que él manejara el aeroplano. 
Lo recordaré como el día más cercano a mi muerte, por poco y estrellamos contra el suelo. 

Llegó mi orden, y mi estado mejoró. El color de mi piel regresó a la normalidad.

El viaje fue algo sacudido, una mujer se hallaba paranoica, gritaba que todos moriríamos en el vuelo, y se caería al avión

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El viaje fue algo sacudido, una mujer se hallaba paranoica, gritaba que todos moriríamos en el vuelo, y se caería al avión. Mis oídos ya no podían soportar a esa loca mujer.

— ¡Cállate perra! — vociferé enojado y con los dientes rechinando. 

Sus gritos me recordaron a las alumnas de mi escuela, a la mitad del día solo gritaban "¡Ahí esta Jotaro!". Se emocionaban con cualquier insulto que les dijera, se mojaban las bragas y me molestaba demasiado. 

Entré al hotel y pregunté por mi habitación. Me llevaron hasta el cuarto y acomodé mis cosas. Abrí la ventana, y encendí el aire acondicionador, me sentía como un pollo dentro del asador. Salí al pequeño balcón a disfrutar de la vista, la costa era de ese color azul turquesa tan bello

Tomé una decisión, bajar a la piscina que está dentro de mi habitación suena una buena idea. No me agrada mucho juntarme con la gente, es un poco molesto desde mi perspectiva. 

Bajé a la piscina a refrescarme. Después de tanto trabajo, puedo relajarme dentro del agua fría.

Me di cuenta que podía observar las otras habitaciones dentro del hotel, pues la construcción era diferente a la de cualquier hospedaje. Tenían la pinta de un vecindario, y el color que predominaba era el rosa, combinado con un lila pastel. Había un pequeño transporte, te llevaba a cualquier lugar que quisieras dentro del hotel.

Salí de la alberca, y asomé mi cabeza con la mirada a la izquierda. Había alguien en su piscina, no logré observarlo con detalle, pero su cabello brillaba con mucho resplendor. Era rojo, y me causó curiosidad, no todos los días se veo a una persona pelirroja.
Me recuerdan las fresas, las cerezas, y las sandías. Un color intenso y un color atractivo.

Mis familiares cercanos me han repetido varias veces sobre la intensidad de mi mirada, y lo comprobé ahora mismo. Esa persona a quien observaba detenidamente, volteó a sus espaldas. Desvié mi mirada, y seguí en mis asuntos.

No me agrada hacerlo, pero mi mente ha creado una pregunta. ¿Será hombre o mujer? Por los cuidados de su cabello que se notaban a simple vista, pienso que posiblemente sea una mujer. ¿Canadiense? ¿Francesa? ¿Española? ¿Italiana? ¿Mexicana?

No asumiré su sexo, sea lo que sea ha despertado una curiosidad grande.

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ᴡᴀᴛᴇʀᴍᴇʟᴏɴ sᴜɢᴀʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora