Un amor repentino y legalmente prohibido. Una profesora substituta joven de buen aspecto que tiene el ojo puesto en su joven y muy apuesto estudiante, Hyunjin. Un chico atractivo y sexy que llama la atención de todas las chicas. Hyunjin esta en su ú...
¿Cómo es que...? No lo entiendo. ¡Keyla me dijo que vive solo! No vi ningunas señales de padres o algún adulto cuando lo visité. Además, ¡¿como es que un estudiante esta tan bueno?! Espera, espera...Esto esta mal, no puedo decir eso, no, no, no, el es un estudiante. Es un menor.
- ¿Se le perdió algo, Señorita Alaya? - rescostó si varbilla en la palma de su mano observandome.
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- No, no es nada - negué con la cabeza volviendo a la realidad.
- Aaahh, ya se habrá dado cuenta - soltó una carcajada recostandose en su asiento. - El estudiante que se ausentó por un año y reprobó todo un año soy yo - se encojió de hombros.
Si, me habían comentado de el pero...Enserio? ¿Por qué?...
- Sí, Profesora. El es Hyunjin, uno de los mejores estudiantes - Isabella asintió parandose detrás de este y abrazandolo por los hombros provocando que este se sorprendiera un poco - Y además, el más apuesto de todos - lo observó sonriendo y este no pudo evitar sonreír. Escuché un gran suspiro de las chicas mientras observaban a el chico como si se tratara de un príncipe que lanzo un hechizo en ellas.
- De acuerdo, de acuerdo, ya entendí - asentí cruzando mis piernas. - Pero no diga eso Señorita Isabella, yo creo que todos los chicos son apuestos - asentí - todos merecen una oportunidad - me encojí de hombros.
- Sí profesora, pero Hyunjin tiene algo que atrapa la atención de cualquier chica en segundos - Isabella asintió y tomó asiento a su lado. No lo dudo.
- ¿Qué es? ¿Por que es mayor que todos ustedes? - alcé una ceja y las chicas asintieron. - Eso es tonto - crucé los brazos.
- ¡Es cierto! - los chicos asintieron.
- La profesora esta de nuestro lado - dijo un chico victorioso.
- Solo digo la verdad - me encojí de hombros - Bueno, cada quien en su asiento, voy a comenzar - me puse de pie y todos se quejaron.
- Pero es el primer día de clases - Isabella hizo puchero.
- ¿Y? ¿Qué se supone que hagan hoy? ¿Nada? - alcé una ceja.
- Hablenos de usted, será nuestra maestra por un semestre, debemos conocerla - dijo Isabella sonriente.
- Bueno,no tengo de otra pero solo por hoy - los apunté con mi dedo índise y tomé asiento en mi silla. - Hagan preguntas, yo las responderé - asentí tapandome con mi abrigo y los estudiantes alzaron sus manos. - Usted - apunté a un chico.
- ¿Qué edad tienes? - preguntó mordiendose el labio inferior.
- 23 pero no le digan a nadie más, se supone que no este diciendoles este tipo de información - sonreí divertida.
- Es muy joven - dijo una chica algo sorprendida.
- Como el Profesor Lim - comentó otra asintiendo.
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- ¿Usted lo conoce, Profesora? - preguntó un chico observandome.
- Debe conocerlo, es su compañero de trabajo - dijo un chico obvio.
- Pero al llegar lo vi hablando muy cómodamente con ella - comentó bajo una chica.
- ¿Hay algo entre ustedes, Profesora? - preguntó Isabella alzando su mano lo que hize que todos quedaran en silencio esperando mi respuesta.
- ¿Te refieres a una relación amorosa? - alcé una ceja y asintió. - No, era mi compañero de clase hace mucho - no mentí, fuimos compañeros de clase pero no por mucho ya que se volvió profesor días después de nuestro rompimiento.
- Que alivio, si ustedes estuvieran en una relación, las chicas te atacarían - soltó una carcajada.
- Todas las chicas estan obsesionadas con el - uno de los chicos hizo puchero.
- Desde que el llegó, el resto de los chicos dejamos de existir para las chicas - se quejó un chico algo molesto.
- Y ahora sabrán lo que se siente - un chico sacó su lengua a las chicas de manera de burla.
- ¿Por qué lo dices? - coloqué mis codos sobre la mesa con mi varbilla en mis manos y sin darme cuenta, esta acción hizo que mis grandes pechos se recostaran sobre mi escritorio. Vi como los chicos tragaron gordo o lamian sus labios observandome.
- Por usted - Isabella se encojió de hombros.
- Es la Profesora más atractiva de la escuela - añadió una chica con un pequeño puchero y cruzandose de brazos.
- ¿De la escuela? Yo diría que de el universo - un chico me guiñó el ojo coqueto.
- No se hagan ilusiones, chicos - lo apunté con un lapiz - y gracias por el cumplido pero no quiero que se sientan inferiores, chicas. Todas ustedes son hermosas a su manera y cuando sean adultas, lo serán más. Solo deben cuidarse y no anden de novio en novio, eso las hace envejecer más rápido. Enfóquense en su carrera y luego en relaciones. Algunas veces pueden retrasarte en lo que quieres por que estarás pensando en ti y en el - me encojí de hombros, cruzé mis brazos y me incliné sobre mi silla.
- Usted es como la mujer maravilla - una chica aplaudió un poco y solté una pequeña carcajada.
- Si necesitan consejos de lo que sea, pueden consultarmelo. Soy buena aconsejando y guardando secretos - guiñé el ojo y la campana sonó. - Me retiro pero antes - sonreí gentil y comenzé a repartir galletas a cada uno de los estudiantes.
Todos estaban agradecidos y les gustaban mis galletas hasta que me acerqué a Hyunjin.
- No gracias, con una basta - sonrió sarcástico.
- Pero no has comido ni una - Isabella lo observó confundida.
- Tengo mis razones - se encojió de hombros observandome a los ojos.
- Ah, cierto, no te gusta lo dulce - sonreí sarcástica y seguí repartiendo.
- ¿Mmm? ¿Cómo lo sabe? - murmuró Isabella confundida y se volteó a observarme - Apenas llegó... - frunció el ceño confundida.
- Que tengan un lindo día - hice una reverencia sonriendo y salí de el salón de clases.
Horas pasaron y pude atender los próximos grupos. Todos se mostraron gentiles, amables y juguetones. Evitaba la mirada de los chicos los cuales me comían con la mirada o me hacían ademanes insinuando cosas sucias a las cuales solo respondía con una sonrisa inocente ignorando por completo lo que intentaban hacer. Es el primer día, mañana no dejaré que lo hagan.
