— ¿Hay algo que no me has dicho...? — mi voz salió rasposa mientras Jimin seguía apoyado en mi mano. — Jimin, ¿estás bien?
Había despertado hace un par de horas, para encontrarlo con su cabeza apoyada a un lado de la camilla, jugando con mi mano y con sus ojos bien abiertos monitoreando las máquinas.
— Estoy bien.
— No has cerrado el ojo desde que atravesamos la frontera, duerme un poco... hay espacio para dos aquí. — intenté moverme a un lado, pero el me detuvo.
Sus ojos negros me miraron con templanza.
— No se mueva, puede abrir la herida.
— No seas tan terco, puedes dormirte, ya abrí los ojos.
— ¿Me promete que seguirá aquí cuando los abra?
Yo le sonreí alzando mi brazo y peinando su cabello, intentando tranquilizarlo.
— Sí. ¿No recuerda que es mi rehén? Tiene que ser obediente, así como fui yo estando en el norte. — él sonrió a medio lado y se quedó dormido al instante en que su cabeza se apoyó en mi brazo.
Había un sofá al lado y yo solo seguí jugando con su cabello y acomodando sus sabanas. Me sentía tan dichosa, más allá de tener incapacidad y estar en una casa extraña con seres desconocidos. Era algo que se llamaba libertad y llenaba mis pulmones como el viento atravesaba las ventanas.
Moonbin se había regresado al océano, había cumplido su misión y yo no podía estar más agradecida.
"Págame no metiéndote más en problemas"
— No quisiera interrumpir, pero, ¿no se incomoda si trato a alguien aquí? — Iseul preguntó asomando la cabeza en la puerta.
— Esta bien, esta es su casa... puede hacer lo que quiera.
— Lo decía por Jimin, conozco a los hombres como él. Seokjin has silencio. — le susurró al desconocido y este solo entró con cara de fastidio en sus facciones marcadas. — no tardaremos.
— Le voy a cubrir los oídos, es sensible a los sonidos.
Me acerque más a donde Jimin dormitaba y coloque mi mano libre en su oído, mientras el hombre y la doctora murmuraban un par de cosas. Luego entro otra mujer que reconocí como la chica que me dió sangre, nos saludamos inclinando la cabeza y se sentó en el otro lado.
Miré toda la escena curiosa, pero seguía sin entender como terminamos en un sótano con desconocidos.
— Así que tú eres la dichosa Señorita Hwang, por tu culpa mi esclava tuvo que meter su sangre en un contenedor. — el hombre me señaló con su dedo índice, de forma extraña. — ¿cuánto vas a pagar por eso?
— Seokjin, basta. — su acompañante dijo entre dientes.
Su sonrisa disculpándose conmigo.
— Whoa, eres jodidamente guapo, pero esa actitud lo arruina todo. ¿No sabes quién soy? Hwang Dojin para tu información y no voy a soportar tu mierda, suficiente tengo con la mía.
— ¿A-acaso me dijiste guapo?
Yo sonreí coqueta.
— ¿Hay alguien más con ese rostro de rata estrellada?
Iseul dejó salir una carcajada mientras tomaba los signos vitales del susodicho. Siguió quejándose de todo como un malcriado, el hombre podía rondar sus últimos 20s y aún así tener una actitud de un niño mimado. Su acompañante de cabello corto y mirada serena ni siquiera le respondía... era de esas madres que le da todo a sus hijos para que cierren la maldita boca.
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𝖜𝖎𝖓𝖉 ༄ PJM²
Fanfiction❝Escucha el viento cantar, Hace eco en mis oídos. El llamado de los que caminaban lejos el uno del otro❞ Es la tercera guerra mundial, ella lidera las tropas del sur, pero termino atrapada en territorio enemigo y él es una maquina creada para matar...