Capítulo 19

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Su respiración era agitada y se le complicaba debido a la sangre que derramaba de esta. Estaba sentada sobre una silla de madera, atada y encadenada de las manos, siendo encerradas por una cápsula metálica.

Levantó la mirada una vez más escupiendo su saliva con sangre.

-Ya......Ya se los dije, no sé a dónde fueron -Jadeó la pelirroja.

El rey frente a ella limpió su palma de la sangre de la mujer frente a ella, se encaminó para pararse a un paso mientras los guardias observaban.

Bruni estaba escondido entre el cuello y las prendas cubiertas del cabello de la mujer.

-Ustedes los elementales recurrirían a un lugar ¿no es cierto? Se dice que escucharon el llamado de la nueva elemental ¿A dónde irían?

-A donde ella estaba -Dijo entre dientes.

-Exacto, pero el primer llamado fue en el bosque Northuldra ¿No es así? ¿Cómo accedemos a la neblina? ¿Cómo desaparece?

-No sé....-Claro que lo sabía.

El rey Hans le miró tranquilo, estiró hacia atrás su brazo con la palma extendida en dirección a Grimmel quien estaba presente.

-Adivina lo que conseguimos -Y dicho esto, Grimmel le entregó el cayado de Jack que consiguió gracias a su pinza la noche en que lo enfrentaron.

Merida miró angustiada el cayado en manos de Hans, pues si él lo tenía no le dejaba buenos presentimientos.

-¿Ustedes.....-Miró dolida al hombre y al rey.

-Ya logramos encargarnos de uno -Mintió – Nos encargaremos de lo mismo de ella si la encontramos en malos actos, pero si me dices cómo entrar al bosque para llamarla te prometo que no le tocaré un cabello y así solucionar esta guerra entre humanos y elementales.

Hans estaba mintiendo de nuevo.

-No es una guerra de nosotros contra humanos, sino contra ti -Merida escupió de nuevo sangre en dirección a sus botas.

-Bien, tráiganla.

Los guardias la arrastraron fuera de la silla para encaminarla de regreso a las celdas, pero antes de encerrarla se quedaron de pie en el pasillo para que esta mirara la celda frente a ella y sintiera un hueco terrible en todo su ser.

Pues un guardia sostenía del cabello a Hiccup mientras con una daga afilada la posaba frente a la garganta de este por debajo de la esposa que encerraba su cuello.

-No, no por favor -Murmuró la pelirroja, pero la aferraron

Hiccup miró dolido el rostro de Merida golpeado.

-Saben a la perfección..... -El rey habló entrando a la celda donde tenían a Hiccup – Que es muy sencillo asesinar a elementales por separados, ya los tenemos a ustedes dos, pero esta guerra sólo sabemos que la podemos dar fin Elsa o yo, no tenemos por qué involucrarlos en los daños o muertes, pero ustedes los deciden. Una vez más .......¿Cómo entro a Northuldra?

Merida no podía dejar de mirar a Hiccup y este le negó con suavidad para que no dijera nada.

Pero la paciencia de Hans estaba llegando a su fin, por lo que se acercó desenfundando la delgada espada de Grimmel y apuntarlo a un costado del castaño.

-Yo lo hago -Le dijo al guardia para que le soltara del cuello y comenzar a enterrarle la punta de la espada, provocando a Hiccup a gruñir y gritar de dolor ante tal acto.

-¡No! ¡Déjalo, Hans! ¡Te lo suplico!-Merida comenzó a alterarse y por ello el suelo bajo de ellos comenzaba a vibrar.

-¡¿Cómo entramos?! -Hans presionó encajando más la espada mientras Hiccup se intentaba apartar, pero sólo gritaba más.

The Lost Queen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora