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MinHyuk POV

Luego de que ChangKyun se fuera, me quedé pensando en una forma para que JooHeon pudiese tener una plática normal conmigo sin que sospechara tan descaradamente que todo era para Im.

Por un momento analicé bien la situación y descubrí lo difícil —y casi imposible— que eso sería, pues JooHeon es sin dudad un chico muy inteligente, es como si tuviera un sexto sentido que le detecta que algo anda mal o hay intenciones raras detrás de ellos.

No podía negar que una parte de mí estaba asustado, pues JooHeon era muy intimidante; su fría mirada, su rostro inexpresivo, su voz grave, y él en general, era como estar en una película de terror, solo que nada de lo que ocurría era ficticio. El muy desgraciado no necesitaba ser feo, asesino, usar una máscara espeluznante o ser deforme para que te cagaras entero de miedo.

Él realmente daba miedo.

Predecía las cosas sin siquiera intentarlo, tan solo se tomaba unos segundos para analizar la situación, la forma de actuar y la forma en que hablas, para descubrir miles de cosas en cuestión de minutos.

Al día siguiente en el instituto, iba con mi corazón bombeando sin parar, no sabía lo que podría depararme después de eso, bueno tal vez exagero, no es como si fuera a matarme —¿cierto?— Pero el sólo pensar en su oscura mirada ya es suficiente para ponerme los nervios al tope de mi cabeza y desparramar miedo por todos lados.

¿Por qué mierda acepté esto? Alguien que me lo recuerde, gracias.

Como de costumbre, JooHeon estaba en su taquilla guardando algunos libros y metiendo otros a su mochila. Tenía la misma expresión de siempre: seria, pero tranquila, aunque sin dejar de dar miedo. Tomo aire y me acerco a él recortando los pasos que nos dividen. Él nota mi presencia al instante y se gira con una ceja enarcada.

—¿Se te ofrece algo ManHyuk? —tomo aire y controlo mis nervios.

¡Espera! ¡¿ManHyuk?! ¡¿Qué mierda?!

—MinHyuk —corrijo con una sonrisa forzada, él se encoge de hombros restándole importancia y volviendo a lo suyo.

Aprieto mis puños y vuelvo mi sonrisa más grande. A este punto seré el gato sonriente versión coreana.

—Como sea qué te llames, ¿Qué quieres?

Allí estaba ese tono grave y frío que usaba para intimidar. Observaba su mirada plagada de suspicacia, su cuerpo volverse tenso. Ya tenía claro que algo andaba mal.

Bien, antes estaba asustado, ahora no sé si mojaré mis pantalones en cualquier momento. Todo es posible cuando estás con Lee JooHeon.

—Ah...y-yo pues —respira, apunta y dispara—. Quiero que seamos amigos.

Fue un gusto conocerlos máquinas. Ahí te voy San Pedro.

—HoSeok ya tiene pareja, no lo búsques ni me utilices como cupido para cogertelo —despega su mirada del casillero y la dirige a mí—. Yo a veces hago favores, pero no milagros. A ti no te haría el primero y el segundo menos.

Mi boca se abre en sorpresa, ¿En que clase mundo esta como para creer que quiero algo con HoSeok? Además, no tiene sentido porque HyungWon es su novio. Aunque pensándolo bien, es probable que no esté enterado que sé que HoSeok es gay y su pareja es HyungWon.

—No quiero nada con HoSeok —frunzo el entrecejo. Desgraciado baboso.

—HyungWon tampoco está disponible.

—Tampoco quiero nada con él —insisto cruzándome de brazos.

Él me ve curioso sin dejar de fulminarme.

—No me gustan los chicos MinKyun ya tengo suficiente con ChangKyun como para que me persigas también —cierra el casillero y me dedica una severa mirada.

Suspiro agobiado y desesperado por la situación. ¿Por qué sigue creyendo que estamos en gay TV? ¿Tanto quieren glaseado para sus donas? Qué bárbaro.

—MinHyuk —corrijo una vez más masajeando el puente de mi nariz— ¿Por qué demonios crees que soy gay? —JooHeon alza una y me analiza con su mirada. Encoge sus hombros y acomoda su mochila.

—Tu amistad con Im puede volverte tragasalchichas en vez de salchicha para pan, tú me entiendes. Un rarito —mi mente se bloquea un momento. Trato de analizar sus palabras, pero no se me ocurre algo coherente para interpretarlas.

—¿A qué te refieres con "rarito" Lee JooHeon? —mi tono de voz se vuelve rasposo, sintiendo la ira llegar a mi pecho y esparcirse.

Bueno, el 99.9.9% de las posibilidades, es que esté hablando de su sexualidad. Al parecer nadie supera aún que ChangKyun sea gay.

—¿Por qué no lo analizas solo? Im no es una amistad sana, puedes conseguir algo mejor. Él es una mala influencia.

—¿Disculpa? —río sin gracia, y a la vez indignado— ¿Lo dices porque es gay, verdad?

—Mmm... eso suena un poco feo, digamos que no es como los demás.

Ver su expresión tan tranquila y decir las cosas como si nada me revuelve el estómago. Un sentimiento de furia se clava en mi pecho como un clavo en la madera. Es un desgraciado, es innegable. Parece que su trasero es quien piensa, no su cerebro, si es que tiene uno.

—Y no hablemos del hecho que ha tenido a casi todo el instituto dentro. Realmente no me extrañaría que ahora mismo tuviera Sida o alguna de esas enfermedades de sexo, algo que es nada sano —sacude su cuerpo con una mueca de asco y un sonido raro.

—Escúchame bien desvergonzado, no te dejaré por ningún motivo hablar de ChangKyun de esa forma —endurezco mi voz— él SÍ es como los demás y no me volverá "rarito" como tú dices —espeto sosteniendo su mirada—. Él es simplemente un chico que no sabe cómo sobrellevar su vida porque ni su familia ni la sociedad lo aceptan; porque sí, a estás alturas de la vida la gente sigue viviendo en 1950, cuando creían que la homosexualidad era una enfermedad y se necesitaban psicólogos para tratarla.

Nos quedamos unos cortos segundos mirándonos, mi cabeza tiene miles de cosas listas para decirle. Lamento decepcionar a ChangKyun, pero no dejaré por ningún motivo que un patán con aires de superior lo trate de una forma tan desagradable.

—¿Tanto te importa ese mocoso? —encarna una ceja.

—¡Claro que si! —exclamo. Algunas personas presentes me observan pero no le tomo importancia— ChangKyun es mi mejor amigo, es mi hermano, y sea como sea, haga lo que haga, yo lo acepto y lo amo más que a muchas personas que he conocido a lo largo de mi vida —bajo mi tono de voz—. Es lo mejor que me ha pasado.

—Que bonita amistad —bosteza— Si me disculpas, tengo entrenamiento.

Sonríe a labios cerrados de forma sarcástica, arregla un poco su cabello y se da la vuelta para emprender camino a la cancha. Antes que se vaya, tomo su brazo logrando que él gire y volvamos a chocar miradas, tirando miles de rayos el uno al otro. No dejaría que se fuera como si nada y guardar todo lo que tenía por decir.

—Eres un patán y no mereces gustarle tanto a ChangKyun —espeto con tono frío—. Espero que un día no seas tú quien este detrás de él, y esta vez, sea él quien te rechace —río de forma amarga—. Espero que un día deje de perseguirte tanto y simplemente pase de ti. Porque hay que esquivar las piedras inútiles del camino.

—Que Dios te escuche, colega —sonrie alzando sus brazos en dirección al cielo, mirando a este mismo—. Nos vemos, y no me sigas molestando más. No me interesa ser tu amigo, menos cuando sé que lo haces por ChangKyun. Déjenme en paz los dos, me dan mucho asco, sobre todo él.

Se deshace de mi agarre yéndose finalmente. Me quedo en medio del pasillo reflexionando si hice lo correcto, pues es muy probable que ChangKyun se enfade conmigo, sobre todo cuando ya debió haber cumplido su parte del trato y yo no avance absolutamente nada, es más, retrocedí.

Ahora será imposible ser amigo de ese renacuajo, y tampoco es que quiera serlo.









ligando al capitán › jookyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora