Un Amor De Juguete [Jason The Toymaker y tu]

16

Alicia comenzó a llorar, entonces no habías tenido nada que ver y aún así te había tratado de aquella manera.

-¡Eres un monstruo!.- grito parandose y golpeando a Jason.

Pero este ni trastabilló, por el contrario, pareció hacerse más fuerte, sus ojos cambiaron a uno color verde, su cabello se volvió blanco, la piel de sus brazos se comenzó a pudrir hasta tenerlos negros con largas garras blancas.

-Sí, me lo han dicho tantas veces que ya perdí la cuenta.- se rió tomando a la chica de su cabello nuevamente y arrastrándola hasta una pared en donde la azoto dejándole aturdida.- ¿Te gusta? Lo mismo sintió ______.

Mientras la chica intentaba volver en si miro a Jason quien saco su llave y la metio en la pared, la madera se hinchó y la pintura cayo dejando su su puerta al descubierto.

Tomo a la peliazúl de su brazo y la tiro dentro de la mansión. La baja entro en pánico al no reconocer nada, ¿de donde había salido esa puerta?

Jason trono sus dedos y de la obscuridad salió un títere en forma de serpiente morada, la cual llamaba Sr. Glotón.

Le siguió de cerca, esperando por todo mientras observaba como arrastraba a la chica hasta su taller de juguetes y la acostaba en su mesa.

Jason revisó sus bolsillos sacando de este al ratón rojo, el cual resultaba ser un explosivo, lo adentro de nuevo, pues no queria acabar con esa perra tan rápido, se dio la vuelta en donde estaba uno de sus estantes de herramientas y tomo su cierra de mano, la cual siempre cargaba con ella cuando no estaba en su forma de humano o que simplemente solía dejar por no cargar de más algunas veces.

Alicia miro asustada al antes pelirrojo venir hacia ella con aquel objeto.

Trono sus dedos nuevamente y unas marionetas de mano talladas en madera corrieron a su ayuda, tomaron las manos de la mujer y taparon su boca para que no gritara por indicaciones de su amo.

-Serías parte de esta bella colección.- dijo orgulloso de sus creaciones mientras daba una vuelta para señalar todo el lugar, la luces fueron aumentando dejando a la vista las miles de mujeres de diferentes edades hechas muñecas de porcelana.- Pero tu pequeña puta, ya estas arruinada y no sirves aquí.- dijo apuntandola con la sierra.- Demosle fin a tu miserable vida.

Vio los ojos marrones de la peliazúl llenos de lagrimas mientras negaba frenéticamente.

-No le volvere hacer nada a _____, pero por favor no me mates.- ruega cuando había logrado safarse un poco.

Sin embargo la marioneta la cayo de nuevo y el contrario hizo caso omiso, comenzó a cortar su brazo derecho con la sierra mientras oiga como ella ahogaba sus gritos, luego el brazo lo corto por la mitad justo por donde estaba el codo, continuó con el otro haciendo lo mismo, dejandola desangrarse.

Le gustaba ver la cara de dolor de esa estúpida que lo había subestimado y herido a su futura muñeca, corto sus piernas para luego tirarlas donde estaban las otras partes.

La sangre escurria por la mesa y caía contra el suelo de madera, Alicia había muerto ya hacía varios minutos y eso decepciono a Jason, creia que duraría más, pero se había quedado justo cuando aun tenía la cabeza pegada, tal vez por ahí debió empezar, pero no se arrepentía, había gozado su expresión de dolor y terror.

Vio el tronco sobre la mesa ya hace algunos minutos sus marionetas se habían separado para no estorbar, volvió a su labor de cortar esta vez la cabeza la cual al ya estar separada la tomo por el cabello y la levanto a la altura de su cara.

-Ya no podras impedirme nada, pudrete en el infierno perra.- rió tirando la cabeza con todo lo demas.

Corto el cuerpo en tres partes importándole poco el hacer un desastre con todos los órganos cuando caían de este.

Al terminar se sentó sobre una silla mecedora que el mismo había hecho como todo lo de ahí dentro, miraba a sus pequeñas marionetas limpiar la sangre esparcida por todo el lugar y al Sr. Glotón comerse los restos de la peliazúl.

Estaba feliz, sin esa basura podría llevar a cabo finalmente sus planes o eso creyó cuando su ratoncita comenzó a sonar y golpear sus pies, pues hacía tiempo que se había caido mientras el mataba a la chica.

La pequeña le explicó que la muñeca que había enviado a cuidarte estaba en problemas.

Corrió a abrir su puerta azúl la cual le llevó hasta tu sala ya con otro cambio de ropa que solía usar en el mundo humano, miro al rededor y noto a la pequeña muñeca mirar molesta la puerta de entrada.

-¿Qué sucede?.- preguntó parandose a su lado.

Sus ojos obscuros se calmaron al verlo.

-La chica esta bien, esta dormida amo, pero hace tiempo que puedo sentir la presencia de alguien como usted allá afuera.- explicó.

-Nadie es como yo, no me vuelvas a comparar.- dijo molesto.

-Lo siento amo.- dijo reverenciando.

-Ve a su cuarto y cuida por si acaso.- ordenó.

La pequeña pelinegra salió acatando la orden rápidamente.

Jason tomo la perilla y al abrirla noto que el pasillo se sentía muy denso, se fijo en su departamento, pero no distinguió nada que viniera de adentro.

Solo había dos departamentos por piso, no podía haber más presencias que él y tú ahí a excepción de la muñeca.

Camino hasta las escaleras en donde bajo de a poco y ahí en uno de los descansos a mitad de la escalera antes de llegar al otro piso esta uno de los sujetos que más odiaba.

-Pero miren nada más, no espere encontrarte por aquí.- habló la figura.

-¿Qué haces aquí maldita escoria?.- preguntó molesto.

El contrario subio a su encuentro y dejo a la vista su despreciable herida en forma de sonrisa y sus ojos muy abiertos.

-Mi nombre es Jeff The Killer.- rió locamente.

-Hasta donde recuerdo tu apellido es Woods.- dijo con sonría arrogante.