Capítulo 4. El Sombrero Seleccionador

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Estuvimos hablando el resto del camino sobre en qué casas creíamos que íbamos a estar, ya que Ron nos estuvo diciendo las cualidades de cada una. Yo sinceramente me veía representadas en todas, así que no sabía realmente a cual podría ir.

—Las cualidades de Gryffindor son valentía, disposición y coraje—nos dijo el pelirrojo con orgullo—. Las de Hufflepuff son la lealtad, la honestidad y el trabajo duro, para Ravenclaw sus cualidades requeridas son inteligencia, sabiduría y una mente dispuesta. Y por último Slytherin requiere astucia, ingenio y ambición—finalizó Ron, diciendo la última con una muesca de asco.

Estaba oscureciendo. Y una voz retumbó en el tren.

—Llegaremos a la estación en cinco minutos, por favor dejen sus cosas en sus compartimentos y se las llevarán por separado después.

Se me revolvió el estómago de los nervios y pude notar que a Harry y a Ron les pasó lo mismo.

Bajamos los tres del tren, era de noche, el cielo estaba despejado, repleto de numerosas estrellas. Se escuchaba murmullos, conversaciones y gritos de los estudiantes de aquel lugar. Sobre todas esas voces se escuchaba una aún más fuerte.

—Los de primer año, los de primer año por aquí, por favor, venga dense prisa ¡Los de primer año, seguidme!—oí decir a Hagrid. Su figura resaltaba por encima de las de todos. Llevaba un abrigo marrón gigante de pelo, y tenía una gran barba junto con el pelo largo enmarañado que apenas dejaban ver su cara.

—Hola Hagrid—saludamos Harry y yo al hombre y le sonreímos.

Ron se quedó con la boca abierta al ver el tamaño del guardabosque del colegio.

—Hola chicos, ¿todo bien?—nosotros asentimos y le dirigimos una sonrisa.

Resbalábamos, nos tropezamos e incluso alguno se caía intentando seguir a Hagrid por lo que me parecía un sendero bastante irregular. Estaba aún más oscuro, pensé que tendría que haber demasiados árboles, ya que ni las estrellas se veían casi.

—En un segundo, tendréis la primera visión de Hogwarts—exclamó Hagrid.

Se produjo un fuerte ¡ohhhhhh!

El sendero se abría a las orillas de un gran lago negro, en la punta de una alta montaña se observaba un gran castillo con gigantescas torres y torrecillas.

*Era tal y como me lo imaginé*

—¡Sólo cuatro por bote!—gritó Hagrid.

No me había dado cuenta que había una fila de botes en el agua, me acerqué a uno seguida de Ron y Harry. Después se nos unió Hermione.

—¿¡Estáis todos!?—exclamó Hagrid el cual tenía un bote para él solo—. ¡Venga! ¡ADELANTE!

Las barcas empezaron a avanzar deslizándose por las aguas tranquilas de aquel lago. Eran lisas como el cristal y negras como la oscuridad.

Todos estábamos callados contemplando el castillo que iba a ser nuestro colegio.

Pasaron entre cinco y diez minutos hasta que llegamos a la orilla donde se encontraba un muelle. Subimos y nos dirigimos hacia unas grandes escaleras de piedra. Arriba de ellas había una mujer alta de avanzada edad con un rostro severo, vestía una túnica verde esmeralda junto con un gorro negro puntiagudo. Me di cuenta que no es alguien con la que quiera tener problemas.

—Los de primer año profesora McGonagall—habló Hagrid.

—Muchas gracias Hagrid. Yo los llevaré desde aquí—dijo esta.

La Chica Muggle //1// (Draco Malfoy y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora