—Vamos amigo —insiste el compañero de trabajo de Zane, cosa que hace que se moleste—. Tenemos que ir, todo el piso irá a ese bar. No serás capaz de arruinar la noche, ¿o sí?
—Tengo algo más importante que hacer. Deja de molestar —dice él con tranquilidad al tomar su maletín para dar media vuelta dejando a su compañero con sus palabras en su boca.
Con su acostumbrada paciencia camina hacia la puerta que lleva hacia la salida del sector perteneciente a él, cosa que inevitablemente observa como todos los integrantes del piso se encuentran enfrente de él, mostrando una cara de perros mojados. Los empleados juntan sus manos en forma de plegaria al decir al unísono: “Ven con nosotros, por favor”, cosa que hace que responda:
—Lo ciento, tengo cosas que hac-
—¡Aprovecha que no tienes esposa! —grita uno haciendo que ese rostro de humano esboce una sonrisa repentina.
—¿Zane?¿Z? —su compañero observa a ese rostro joven pidiendo en suplica.
—Envíenme la dirección y horario a mi correo —añade tomando nuevamente su seriedad.
Sin decir más nada comienza a caminar entre esas personas para subir al ascensor estando solitario. En la caja de metal comienza a bajar de piso teniendo un solo pensamiento en su cabeza:
«Creo que Ámbar tendrá que venir conmigo»
†††
Yoshisune es el primero en entrar a ese bar con su aire de tranquilidad y su típica sonrisa, al igual que resalta una curiosidad excitante en sus ojos sin perder su rudeza, ocultando cuanto odia usar ese cuerpo humano. Sus manos van dentro de los bolsillos de sus sudadera gris que deja ver una musculosa negra, mientras lleva unos pantalones blancos de jean que tienen unos cortes horizontales en sus rodillas, además usa Nike negras. Ese atuendo es el que menos le gusta, prefiere cien veces su hanfu que esa ropa incomoda de humano.
A su lado entra Abby, con un incontrolable nerviosismo que oculta con una sonrisa leve en su rostro. Sus manos están entrelazadas dentro de ese bolsillo de canguro que tiene en el suéter rojo, también acompañado por unos jean de celeste claro, donde se presentan unos dobladillos en los extremos de ambas piernas, dejando ver unas vans blancas con tres líneas negras a cada uno de los lados. Le agrada la vestimenta pero lo que no le agrada es tener sus alas ocultas.
Rebeka, ella acostumbrada a el mundo humano solo se dedica a entrar con tranquilidad como si fuera a comprar un par de pantalones en una tienda común, y algo confiada al relucir un top de líneas cuyos colores son: negro, gris y blanco; también utiliza un jeans con pliegues y detalles en sus muslos haciendo que su cintura delgada resalte.
Luego entra Norman, con su aire de superioridad, de autoridad máxima, al igual que se puede notar un aire de masculinidad al ver que lleva ambas manos dentro de una típica chaqueta negra de cuero; unos pantalones negros de jean y unas botas del mismo color resaltan en ese cuerpo. Su caminata se frena al llegar a la mesa donde vacía se encuentra gracias a su reservación.
Zero se sienta al lado de su líder conservando su seriedad y su silencio al usar esas prendas extrañas de la época, además está vestido similar a Norman, ya que después de todo la ropa actual es de él. Sus pantalones son de un gris degradado sin tener algún detalle excesivo, pero aún así le quedan un poco grandes. Si hubiera sido por él, tendría puesta su vestimenta que muchas veces los humanos normales involucran en esos dibujos conocidos por “Dibujos chinos” o “Anime”
Por último, Lucia, toma asiento en el único lugar disponible: a lado de Zero, quien es la única que muestra un atuendo totalmente diferente pero común, sí, esta lleva una chaqueta marrón de cuero, unos jean blancos y unas botas del mismo color que su chaqueta, dirán que es común, pero en realidad es muy raro ya que unos lentes de sol cubren sus ojos y un gorro de invierno de color negro cubre su cabello, además una bufanda cubre su cuello y parte de su rostro.
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Hunters Of Eternal Olympus
AdventureCazadores eternos que han bajado de ese paraíso de Olimpo, teniendo como único propósito: servir a los Dioses, proteger a la humanidad y vivir vidas despiadadas. Su única paga es adentrarse a las oscuridades de la soledad, y a la crueldad de sus pen...