6. Cliente inesperado.

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Me levanto. Hoy antes de ir a la oficina tengo que conocer una casa de una pareja que quiere redecorar su habitación. Me visto, como algo rápido y reviso el buzón, buscando una carta de M. La encuentro y sin leerla la guardo entre mis carpetas. Me subo al auto y conduzco hacia la dirección que me había dado mi clienta. Llego y a lo lejos veo a una mujer.

—¿Helena? —me pregunta.

—Soy yo, Helena Parks. Mucho gusto —le extiendo mi mano. Ella la acepta— ¿Esta es su casa?

—Mi nombre es Jasmine. Y sí, esta es nuestra casa ¿Entremos? Adentro está mi novio.

Entramos a la casa y su novio se gira para saludarme, yo me sorprendo. Es Daniel, mi ex novio tóxico de la universidad.

—Mucho gusto, soy Daniel —él me mira de igual manera, pero hace como si no me conociera. ¿Y a este que bicho le picó? Yo pensé que ya no lo vería más, y miren donde me lo vine a encontrar. Y con novia.

—¡Hola! Yo soy Helena —le sonrío y le sigo la corriente. Quizás por qué esconde que me conoce. Fuimos novios hace mucho tiempo, y no debería importarle— ¿Empezamos? ¿Cuál es el lugar que desea redecorar? Traje algunas ideas —le enseño las imágenes en mi carpeta. Apenas empiezo a hojearla, cae la carta. Daniel la recoge, mientras lee el sobre. Me la entrega— Gracias.

—Es nuestra habitación. Pasemos a verla —yo dejo mi carpeta encima de la mesa, con la carta entre las hojas. Subo con la chica a la habitación.

Le muestro todas las ideas que tengo para decorar. Ella asiente e intercambiamos algunas ideas. Volvemos a la sala.

—Entonces eso es todo. Me gustaron las ideas. ¡Va a quedar muy linda! —me dice Jasmine. Yo le sonrío— Ahora, todo sobre precios y dinero lo conversas con Daniel. Yo les traeré un té para que hablen. Toma asiento —me dice. Yo hago lo que me dice y ella va a la cocina.

—¿Qué es todo esto, Daniel? —le pregunto, enfrentándolo.

—¿Qué cosa querida Helena? ¿Celosa de que tenga novia? —me dice, acercándose a mí.

—¿Por qué haces como si no me conocieras? Tú novia supiera que nos conocemos bastante bien...

—Ella no sabe nada sobre mi pasado, y no lo va a saber tampoco.

—¿Sabe que eres un celoso? ¿Qué te obsesionas con las personas?

—Yo no me obsesiono con las parejas. Tú no me hacías caso. Yo era tu novio Helena, no ese tal Paul.

—¡Paul es mi amigo! Pero tú nunca lo entendiste. Ojalá se canse de ti, y que no pase por lo que pasé yo contigo.

—¿Y qué pasaste conmigo? No la pasaste tan mal conmigo, Helena... No recuerdas lo que hacíamos cuando estábamos solos...

—¡Ya, déjalo! Ahora estoy feliz, sin ti.

—¿Con un tal M? ¿Cómo se llama? ¿Marco, Mason, Max? —yo me sorprendo. ¡¿Cómo sabe eso?!

—¿Leíste la carta? ¿Quién te crees que eres para meterte en mis cosas? —le espeto, tomando la carpeta que está encima de la mesa. La hojeo y precisamente ahí está el sobre, abierto— No tienes ningún derecho. ¡Nosotros terminamos hace ya tres años!

—No te enojes. ¡Nunca nadie te va a querer como yo, Helena! —justo en ese momento llega Jasmine. ¡Menos mal no escuchó nada de lo que hablamos! Ahora que lo pienso, ¡pobre chica! No sabe en el problema que se está metiendo... ¡Aunque ya no puedo estar más aquí! ¡Estoy furiosa con Daniel! Si no fuera porque sólo vine a trabajar acá, no lo hubiera vuelto a ver.

—Aquí traje el té. ¿De qué hablaban? —pregunta Jasmine. ¡Necesito salir de aquí lo antes posible! No quiero estar un segundo más cerca de Daniel. Yo abro la boca para hablar, pero él me interrumpe.

—Estábamos estableciendo los precios de cada material que se utilizará, mi amor —le responde, y la besa. Ella se ve tan enamorada, pero supiera como es en realidad su novio... ¡Necesito advertirle! pero este no es el momento, no puedo llegar y decirle que soy ex novia de su novio.

—Sí, pero yo ya me tengo que ir. Tengo que ir a la oficina lo antes posible. Cualquier cosa te llamaré. Para coordinar cuando empezamos con la decoración —le digo a Jasmine, tratando de estar lo más tranquila posible. Ella me sonríe.

—Todo eso coordínalo con mi novio. Yo trabajo fuera de la ciudad, por lo que no estoy toda la semana acá. Hoy era mi día libre, y mañana vuelvo a mi trabajo. —me dice. ¿Qué? ¿Ahora tendré que ver más seguido a Daniel?

—Está bien. En la tarjeta que le entregué está mi número de teléfono. Me hablan por cualquier cosa —salgo de la casa— ¡Adiós! Mucho gusto en conocerlos.

—El gusto es mío, Helena —me dice Daniel, mirándome fijamente.

—Cualquier cosa yo te escribo, Helena. Adiós. Que tengas un buen día —me dice Jasmine.

Salgo de la casa y conduzco camino a mi oficina. ¿Qué es lo que acaba de pasar? Y yo que pensaba que esa etapa de "novio tóxico" estaba superada. Ahora de no verlo nunca, pasaré a verlo casi todos los días. ¡Ay Helena! donde te viniste a meter...

Cartas de amor inesperadas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora