Robert
En cuanto entre no podía encontrar su olor, todo el humo interfería, pero no podía detenerme ahora.
No era muy seguro correr desnudo por el maldito lugar cubierto de llamas, pero seria aún peor hacerlo en forma de lobo.Este lugar no resistiría mucho, debía moverme y sacarla cuanto antes o de lo contrario ninguno de los dos podría sobrevivir.
Estaba convencido de que en pocos minutos los demás aparecerían. Este era el incendio informado y sin dudar vendrían, encontrándose con la sorpresa de nosotros dentro.
Esperaba que nos ayudaran a salir con vida y no carbonizados.Cuando pase por la cuarta habitación comencé a oír voces, sonaban molestos, frustrados.
-Esa maldita perra nos hará perder millones, no podemos sacar todo esto antes de morir. El humo se esta tornando demasiado espeso.- los miraba cargar bolsas.
-Dejen de hablar y muévanse idiotas. – él hombre que ordenaba, miro de golpe hacia el suelo y allí la vi. Estaba inmóvil.- Al menos nadie sospechara de nosotros, creerán que fue solo una sobredosis.
En ese momento deje de respirar, la habían drogado al punto de hacerla perder la conciencia. Eso no era bueno.
Si no la sacaba cuanto antes de aquí podría morir no solo quemada o por falta de oxigeno, también podría hacerlo de sobredosis.Cuando lo vi quedarse solo, no pude esperar más y salí de mi escondite. Era ahora o nunca.
-¿Así que eres el maldito de Lucas Kellogg?- al escuchar mi voz giro, sorprendido de ver a alguien que no fuera su secuaz.
-¿Te conozco? La verdad no lo creo y no me importa. Pero trata de cubrirte, no me interesa ver hombres desnudos.- y todavía se atrevía a bromear.
-¿Qué le hiciste? – pregunte con tanta ira, que mis puños se encontraban blancos. Ansiosos por golpearlo.
-¿Así que vienes por ella? Que lastima, no creo que sobreviva. Consumió tanta cocaína, quizás solo le queden treinta minutos más.-no iba a aceptar que algo le pasara, no podía morir.
-Lo bueno es que no vivirás para verlo. Con lo que has hecho, diría que solo te quedan cinco minutos.- él estaba muerto, disfrutaría acabarlo.
-¿Y quien te crees que eres para amenazarme? ¿Acaso no sabes quien es mi padre? Tu vida no vale nada, pero la mía, millones.- me reí entre dientes, tanto que dolían. Pero ahora el sabría lo que es dolor.
Comencé a caminar despacio, acercándome a paso firme, mientras él se mantenía en su lugar.
En verdad no me consideraba una amenaza, pero lo era. Aquí era el depredador cazando a su presa y era en verdad bueno en eso.-Espero que estés listo para morir, te metiste con mi mujer y nadie lo hace. Los lobos son sanguinarios.- antes de que comprendiera lo que había querido decirle, me convertí en lobo y gruñí hacia él.
-Pero ¿Qué demonios?- murmuro mirándome, iba a matarlo y nadie lo impediría.
Sin darle tiempo a reaccionar, salte sobre él, comenzando a desgarrarlo. Veríamos ahora cuantos millones valía su asquerosa vida.
Empezó a gritar, pidiendo ayuda, pero ¿Quién lo haría? Sus compañeros estaban tratando de salir de este horno y sacar la mayor cantidad de droga.Mientras aumentaban sus gritos, también aumentaba mi ansiedad, quería hacerlo sufrir, retardar su muerte. Pero no podía permitir que Tracy muriera. Debía sacarnos de aquí.
Volviendo a centrarme en el ataque, arañe su rostro con fuerza, viendo como tres grandes rajas de sangre comenzaban a brotar.Quedándome sin tiempo mordí su cuello con tal fuerza que desprendí la cabeza del torso.
Estaba hecho, él maldito Kellogg era historia. Y si no salíamos cuanto antes de aquí, también nosotros lo seriamos.Volví a convertirme en hombre, acercándome a mi compañera. No tenia tiempo de buscar algo para ponerme, debería llevara así.
La tome en mis brazos e intente regresar por el mismo camino por el cual había entrado.Desde que ingrese las llamas habían triplicado su tamaño y se estaba volviendo imposible el poder salir ileso.
No me importaba las quemaduras que estaba sintiendo, no eran importante ahora, aunque dolieran como la mierda. Solo me limitaba a seguir sin quejarme.Poco antes de la entrada, mientras caminaba sintiendo que ya estaríamos seguros, cae frente a mi una gran viga cubierta de llamas.
Esto en cualquier momento iba a derrumbarse.Empecé a tratar de rodearla, pero no podía. No podía creer que íbamos a morirnos aquí.
Cuando comenzaba a resignarme escuche la voz de Jack gritar mi nombre, sabia que vendrían.-¡Robert! ¿Dónde estas maldito seas?- quise reír al escucharlo, sentí de golpe mucha paz.
-¡Aquí estamos!- respondí bastante alto.
Minutos después tenia a Jack y a Nathan frente a nosotros. Estábamos más cerca de salir, solo debían mover esta maldita viga.
Aunque hacerlo era peligroso, podia derrumbarse todo de golpe. Debían evaluar bien como sacarnos de aquí.-No la podemos cortar o esto se vendrá abajo, debemos apagarla.- expuso Nathan sin dejar de mirar el techo.
-Logan esta unos pasos atrás, traigan algo para apagarlo rápido.- no necesito que Jack dijera nada más antes de correr a buscar ayuda.
-Debemos salir rápido Jack, el maldito la drogo. Esta teniendo una sobredosis, no tiene mucho tiempo.- explique sin dejar de mirar a Tracy.
-Mierda ¡Apúrense Nathan! Los tenemos que sacar cuanto antes.- compartía ese pensamiento.
-¿Savannah?- necesitaba una distracción y debía saber como seguía mi hermana.
-Esta afuera con Johan, les dimos una manta. Quisieron entrar pero nunca lo permitiría- podía creer que mi hermana lo intentara, así era ella, malditamente impulsiva.
Cuando Nathan llego a acompañado con Logan, comenzaron a intentar apagar la viga con el matafuego. Lo cual no era muy recomendado considerando el infierno que se sentía aquí.
Una vez estuvo apagado, le entregue a Tracy a Jack, antes de saltar tras ellos.Mientras salíamos del lugar vi a los demás tratar de controlar todo, Logan corrió adelante alcanzándome un par de pantalones. Los cuales me puse rápido, debía llegar a donde estaban Jack y Tracy.
Pude llegar a tiempo a subir a la ambulancia, mientras Tracy parecía dejar de respirar.
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Protegiendo A Mi Luna
WerewolfMegan Williams es una maestra de primaria tratando de mantener un bajo perfil. Su vida es una tortura, no deja de recibir mensajes y llamadas de un hombre que la considera suya. Todo empeora cuando este acosador incendia su apartamento con ella dent...