XXIV. Contraste

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La carta que Jiang Cheng esperaba de Lanling Jin no llegó en esos días y con eso, las dudas que lo consumían se hicieron más fuertes y le provocaron insomnios terribles. No sabía si su carta por lo menos había llegado a manos de su hermana y se torturaba pensando que se había perdido en algún lado. A pesar de no revelar lo que a Lan Huan tanto le preocupaba, sí confesó a su hermana su enamoramiento del primer amo Lan y eso ya era suficiente para cavar su tumba.

Pero cuando se enterara de lo que se descubrió en Lanling Jin, podría tener la excusa perfecta para volver con su adorado ZeWu-Jun.

Su hermana sí había recibido dicha carta, la cual no contenía nada de la violación ni de que Lan XiChen no era el verdadero padre del bebé que esperaba Jin GuangYao, solo decía lo necesario; preguntando si sabía algo de Jin GuangYao acerca de su embarazo y explicándole la vergonzosa situación en la que se había visto envuelto —sin necesidad de dar ni el más mínimo detalle— al enamorarse del primer amo Lan.

Fue difícil aceptarlo, pero ella era su hermana y sabía que no le juzgaría.

YanLi, apenas ver la confesión escrita por su hermano, se compadeció de él, pensando que el amor era ciego y que lo hecho, hecho estaba. Ahora lo que tenía que hacer era averiguar lo que su hermano le pidió y sabiendo que ella y Jin GuangYao no hablaban mucho, debía encontrar la manera de acercarse a él y preguntarle algo muy discreto o bien, recurrir a otros medios, es decir, hablar con su esposo.

Luego de lo que YanLi le platicó a ZiXuan, este solo puso una expresión de resignación en su rostro, sabiendo que ya no podía decir nada que hiciera a su esposa cambiar de opinión.

Ahí estaba el pobre Jin ZiXuan a poco de volverse un espía con tal de que YanLi estuviera conforme, hablando con personas cercanas y de confianza excepto con el propio Jin GuangYao, pues prefería evitarlo hasta no estar seguro de las palabras exactas para hablar con él.

El Omega Jin a veces era algo extraño. A ZiXuan le agradaba, pero por alguna razón no sentía poder confiar en alguien tan peculiar. Tal vez, el ser criado en aquel clan y permitírsele ser tan obstinado como quisiera, le impedía confiar en alguien que se mostraba siempre con una amable sonrisa. 

Poco a poco, al pequeño favor que Jiang Cheng le había pedido a su hermana, ya se habían sumado otras dos personas; De YanLi pasó a su esposo y de su esposo pasó a la señorita Luo, una joven que trabajaba para el clan Jin y era muy cercana a los esposos, sobre todo a ZiXuan.

Y así, un buen día, la señorita Luo dio con algo que podía ser de interés: Jin GuangYao recibía visitas estrictas y reguladas en su habitación, mas estas no eran precisamente de ZeWu-Jun y nadie supo decirle con exactitud de quién se trataba.

Jin ZiXuan comenzaba a odiar a Jiang Cheng por tener que estar arriesgándose a ser descubierto solo porque a alguien se le ocurrió que era buena idea comenzar una relación con el primer jade Lan sin indagar más allá. Y mejor no le decía a su esposa las cosas que le tocó ver en Yunmeng Jiang, no quería sentirse todavía más incómodo.

"Cuando ZeWu-Jun me lo dijo, me sentí culpable por mis acciones tan inmaduras. Pero si quiero tomar una buena decisión, primero debo conocer ambas partes..."

Era comprensible y ZiXuan le tenía cariño a su cuñado, pero luego de días de estar vigilando y preguntando hasta finalmente dar con algo que él mismo pudo confirmar, no estaba seguro de qué tantos problemas podría ocasionarles a él y a su esposa.

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Como si fueran verdaderos espías trabajando para algún otro clan, Luo QingYang y Jin ZiXuan se escondieron en los aposentos de Jin GuangYao, agradeciendo que sus aromas fueran bien camuflados por los inciensos y aromatizantes de la habitación del medio hermano Jin. Esperaron durante horas escondidos en el gran armario de ropa, ya con sus piernas algo entumidas e incluso su espalda comenzando a doler, cuando la puerta de la habitación se abrió dejando ver por una ranura cómo entraban el susodicho con un muchacho desconocido, de cabello negro y no muy largo, que no le daba buena pinta a ZiXuan. Juzgar a la gente sin conocerla ya era hasta una habilidad suya adquirida en el pasado, y aunque había aprendido a no hacerlo, en es ocasión no pudo evitarlo.

Lo que menos importaba era su actitud pedante que ZiXuan detestó de inmediato, ahí el problema es que ese joven le transmitió energía espiritual a Jin GuangYao y esto era raro porque se suponía que solo el padre del bebé podía hacer tal cosa sin ocasionar un desajuste en el cuerpo de, en este caso, el Omega y se suponía que por eso mismo XiChen acudía a Lanling Jin cada mes.

Encontrar a otro Alfa haciendo esto mismo solo podía significar una cosa: él era el verdadero padre del bebé de Jin GuangYao.

Por razones obvias, ninguno de los "agentes encubiertos" sabían el secreto que XiChen le había dicho al heredero de los Jiang, pero ahora lo habían descubierto por cuenta propia y apenas Jin GuangYao y su acompañante salieron de esa habitación, ellos también se fueron corriendo y sin ser vistos, yendo a comunicarle todo a YanLi.

La primogénita de los Jiang no tardó en escribir la carta urgente y hacerles jurar a su esposo y a la señorita Luo no hablar de eso con nadie más.

Y mientras tanto, Jiang Cheng seguía atormentando se en silencio o de vez en cuando hablando con Wei WuXian.
Se alegraba de que su hermano y Lan WangJi ya fueran muy cercanos, pero también le dolía pensar que él, por el contrario, cada día se alejaba más de Lan XiChen.

Las cenas "familiares" se volvían un tormento para él y tener en frente al causante principal no ayudaba para nada. Ni siquiera hablaban y ahora Jiang Cheng solo se refería a él como ZeWu-Jun por más que quisiera llamarlo de tantas formas distintas.

Todos ahí tenían sus propios problemas. Al mismo tiempo que Jiang Cheng tenía mal de amores, Wei WuXian lo único que tenía era mal de Lan QiRen.

—Wei WuXian, he estado revisando tus copias de las reglas, he de suponer que por lo menos ya sabes recitar de memoria algunas.

¿Cómo explicarle que si avanzaba en aquella tarea era simplemente porque tenía como recompensa un beso rápido de Lan WangJi? O quizás era buena idea decir que su sobrino le consentía con pequeñas... distracciones mientras él realizaba sus copias, distracciones tales como dibujar sobre su espalda, tocar el guqin para él ¡o simplemente tener el perfecto rostro de Lan WangJi en frente suyo! Todas esas cosas eran distracciones que, si bien no le dificultaban trabajar en lo que debía, sí que restaban su atención de las hojas para concentrarse en cada sensación que su cuerpo experimentaba.

—¿Cuál es la regla número cuarenta y siete?

Muy bien, sin duda estaba perdido. ¡Apenas sabía algunas y ni siquiera se las sabía en orden! ¡Espíritu de Nie HuaiSang, sal de ese cuerpo ahora mismo!

—Bueno... Seguramente después de esto tendrán que agregar una extra donde diga "No ser Wei WuXian" porque no lo recuerdo.

—¿Cómo puedes decir que no lo recuerdas? ¿Qué es lo que haces cuando vas a la biblioteca?

Tradición | MDZS OmegaverseWhere stories live. Discover now