21: "Riley Walker"

7.7K 424 129
                                    



Hardy Brasi.

Tammy se queda helada. Sus ojos recorren mi rostro como si no pudiera procesar mi pregunta.


—¿Q..Qué? —dice.


Finalmente la libero de mi agarre, solo un poco, pero aún dejo una de mis manos presionada contra su estrecha cintura; manteniéndola cerca.

No quiero que se asuste y huya jodidamente lejos de mí. Sé que estoy siento un cavernícola con este tema pero me está volviendo loco. ¡Diablos! Si llegara a decirme que sí abusaron de ella no descansaría hasta ver al maldito bajo tierra, probablemente pasaría gran tiempo en la cárcel y me importaría una mierda.


—Alguna vez... —Trato de encontrar las palabras adecuadas —alguien te obligó a tener sexo. El tiempo que estuviste cautiva, ¿te obligaron a tener a otro hombre o a hacer trabajos sexuales... que no querías?

—Yo... —un sonrojo cubre su piel blanca, niega con la cabeza. —Yo nunca, no. Solo contigo he... —Juega con sus dedos con nerviosismo —sabes muy bien que eres el único que me ha hecho eso... sin embargo te juro que no estaba en mis manos el que me tocaran. No quise por un momento nada de eso, pero lo hicieron... sé que pensarás que estoy sucia. Lo siento mucho.

Se encoje y retrocede. Su mirada parece perdida y sé que está regresando a ese lugar que tanto trabajo le ha costado olvidar.

—¡Hey! —Me acerco rápidamente y la rodeo. Su maravilloso olor a vainilla inunda mis cosas nasales y me permito disfrutar de ello mientras la sostengo con fuerza contra mi pecho —Tranquila, soy un maldito idiota no debí preguntar eso. Yo más que nadie sé la respuesta a eso. Y no estás sucia, joder. Eso no fue tu culpa, sé que no querías.

Soy un imbécil.

Ella está tratando esas cosas conmigo... pero únicamente conmigo.

Solo conmigo. Yo soy el único maldito afortunado.

Siento sus brazos envolverse a mi alrededor y sé que he logrado que baje un poco la guardia. Me percato por primera vez desde que entré a la habitación que su cabello rubio está recogido, mi mano se desliza suavemente por su tocado blanco, libero su pelo y corro mis dedos por su pelo largo,
acariciándola.

—Prométeme que no me lastimarás. Que no me dejarás y que si... —Toma respiraciones fuertes y empuña mi camisa en sus manos. Su cara está escondida en mi pecho —alguna vez quieres estar... con otra mujer me lo dirás. Yo entenderé...


—Eso no pasará —me río —no creo poder cansarme de tí ni de ese cuerpo tuyo. —Me inclino y susurro ronco en su oído —Aún se me ocurren muchísimas maneras diferentes de utilizarlo. Me encantaría tenerte encima de mí, estoy seguro que lucirás jodidamente fantástica montandome.

No necesito mirarla para saber que sus mejillas están coloradas. Estoy luchando internamente para tomar las cosas con calma. Quiero que se sienta segura.

—¿Montar? No... no sabría cómo hacerlo, Hardy —responde —No sé montar.

Una carcajada se escapa de mi boca —.Mi pequeña inocente.

Alejo los mechones de pelo de su rostro y tomo su barbilla en mis manos obligándola a mirarme. Sus ojos están muy abiertos y sus mejillas fuertemente sonrojadas como supuse.  Acerco mis labios hacia delante, escucho cómo toma aliento apresuradamente.

Es tan hermosa, maldición. Me cautivó desde que la ví por primera vez en la jodida subasta. Era puro deseo masculino en ese entonces, quería follar con ella y aún quiero hacerlo, pero ahora conozco lo jodidamente frágil e inocente que es, y ahora, quiero estar cerca de ella, quiero protegerla.

La obsesión de Hardy©                                         [Tom Hardy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora