Uno.

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No se de que manera entraste

porque yo no abrí ninguna puerta.

Mis candados estaban cerrados

y aunque en mi memoria

hacia menos frío que en tu vida

derretiste con tu vientre

el iceberg de mi cama.

Me cacheaste el alma con la mirada

y con las manos en voz baja

me quitaste de encima la tristeza.

Des de que te conozco tengo alas

porque tu me enseñaste como usarlas.

Latidos de un corazón marchito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora