PAIN | ❝El dolor siempre será parte del amor❞
... Él y yo estamos entrelazados por la eternidad.
En donde Leonor se
enamora cada vez
más de Joshua en el
set de HSMTMTS, pero
este es un despistado
de primera y la hace sufrir.
[Social Media; Real Lif...
La sonrisa débil de Leo era la única cosa que podía ver en esos momentos Liv mientras que inconsciente jugaba nerviosamente con sus dedos analizando el semblante de su amiga milímetro por milímetro, desde el costado derecho del labio arqueado hasta ese pequeño e imperceptible rizado que tenía en el principio de su nacimiento de cabello.
Suspiró resignada a no encontrar alguna pista de lo que pensaba la chica que se veía de un cierto modo tensa mientras miraba en la dirección de sus ambos amigos con la vista un tanto distorsionada por las gafas que llevaba puestas.
— ¿Tengo algo en la cara? — preguntó ya un tanto irritada por el constante silencio entre el trío.
— Un hermoso rostro solamente, amiga — sonrió con los labios sellados Liv.
— Si, eres muy guapa, Leo — siguió Matt.
— Si hacen esto para subirme el animo de algún modo, me sirve, bastante, así que síganlo haciendo — dijo la chica mientras se colocaba de pie sacudiendo la arena de sus piernas.
— Leonor Amara Aldriguetti, señores — comentó con sarcasmo el mejor amigo de la chica que observaba en dirección de esa pequeña rubia a tan solo un par de metros haciendo un castillo bizarro de arena.
— Si, sé mi nombre, bobo — rodó los ojos la rubia girándose a su hermana formulando una sonrisa — Se ve preciosa con ese traje de baño.
— Si, el mejor regalo que le haz hecho hasta el momento, Matt. Al fin le diste algo bueno — soltó una carcajada la castaña dándole un golpe en el hombro a su amigo.
— ¡Oye! Yo sé dar regalos.
— ¿Enserio? — preguntó Leo con su ceño fruncido cruzándose de brazos — Di solo una vez en al que diste un buen regalo.
Matt se llevo la mano derecha a su barbilla rascando cortamente esa barba de unos días mientras pensaba rápidamente en una respuesta, pero nada, era la verdad, él no sabía nada de hacer regalos y ese traje de baño amarillo no era completamente su mérito, si no más bien de su hermosa novia que no había podido acompañarlo por cuestiones de trabajo. Hizo un puchero subiendo la mirada a su mejor amiga dejándole en claro con esa mirada penosa que ella había ganado.
— Leo.
Brina que se había levantado de la arena estaba ahora a un lado de su hermana dándole un suave toque en la pierna a la mayor quien bajo la mirada rápidamente a su hermana. Se colocó en cuclillas para llegar a la altura de su hermana analizando el rostro de su hermana que tenía una mueca.
— ¿Que sucede, bebé?
— Me corté el dedito — alzó su pequeña mano en dirección de su hermana dejando ver que en su dedo anular tenía una pequeña cortada que sangraba, no lo suficiente para alarmar a Leo, pero si para preocuparla.
— Brina... ¿Como te lo cortaste? — tomó la mano entre sus dedos inspeccionándola cuidadosamente.
— La palita tenía una parte rara.
Leo sonrió y la atrajo a su cuerpo tomándola entre sus brazos para dejarla a un lado de sus amigos en las toallas. Después de asegurarse de presionar la pequeña herida con un pañuelo que Matt le ofreció, buscó en su bolso esperando encontrar una venda adhesiva que no encontró por más que la quisiera encontrar. Bufó molesta consigo misma por no haber tomado un par antes de llevar a su curiosa hermana que siempre terminaba con una herida en sus manos y se colocó de pie nuevamente. Miró a sus amigos y le sonrió apenada.
— ¿Les molestaría quedarse un momento con Brina? Iré a una caseta por alguna venda adhesiva.
— Claro, ve — aceptó inmediatamente Matt quien tenía las manos de la menor entre las suyas cuidándolas como si fuera el material más delicado que existiera.
— ¿Quieres que te acompañe? — interrogó Liv haciendo el ademán de levantarse, pero que Leo detuvo colocando una mano en su hombro tirándola de nuevo a su lugar.
— Está bien, puedo ir yo sola — asintió con la cabeza junto a una sonrisa agradecida.
Leo se giró hacia la caseta más cercana visualizándola a tan solo unos par de metros de donde estaban ellos y se encaminó hacia allí sin mucho problema. La arena se metía entre sus dedos provocándole cosquillas en sus pies, era una sensación tanto extraña como agradable, ya que la arena era cálida, pero escurridiza haciendo que uno no sepa si se quedará o se ira de nuestra piel.
Joshua Bassett era como arena para Leonor Aldriguetti, cálido, pero escurridizo sin saber exactamente lo que sucederá con él.
Leonor suspiró llegando a los pies de las escaleras de la caseta del salvavidas que subió sin mucho problema, se encaminó hacia la puerta, pero justo cuando la iba a empujar pensando que era así, la puerta se abrió golpeándola de lleno en el rostro desconcertándola hasta el punto que dio pasos atrás hasta chocar contra la baranda, el cual no era lo suficientemente alto como para evitar una caída.
Y Leo cayó desde la caseta hacia atrás con una altura de aproximadamente 2 metros, probablemente la caída no dolería demasiado por la arena que amortiguaría el golpe, pero aún así este dejaría una marca dolorosa en su espalda.
— ¡Cuidado!
Pero nada de eso sucedió, Leonor no cayó como esperaba dolorosamente en la arena de la cálida playa de Los Ángeles, si no en dos extremidades humanas, fuertes que la salvaron del golpe de su vida.
El castaño que la sostuvo por suerte casi perdió el equilibrio al recibir repentinamente ese peso adicional de la chica sobre sus brazos que casualmente había extendido para tomar la mochila que extendía su amigo en su dirección, pero en vez de recibir eso, recibió una hermosa y menuda rubia, lo cual era mucho mejor que una estupida mochila.
Y al ver ese dulce rostro confirmó la hipótesis que había empezado a formular.
Esa hermosa rubia era un ángel, un ángel había caído del cielo en sus brazos como una señal.
Pero por otro lado, Leonor Aldriguetti pensaba en cómo había caído por accidente en los brazos desconocidos más cómodos que ella había conocido hasta la fecha. Y esa sensación de comodidad fue como una bala directo al estomago.
¿Que había sucedido?
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