Capítulo 4 | Timidez

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/Siguiendo el Día 1. /

En estos momentos no encuentro ninguna forma de calmarme... Hace minutos grité abiertamente mis sentimientos por Pacífica Noroeste y ahora ella es quien toca la puerta de la cabaña y busca entrar. Pregunta, ¿No debería estar nervioso?

-Pacífica... -Tragué saliva compulsivamente por el pánico que traía conmigo, realmente el destino me la está jugando a lo grande, solo pude tartamudear.- ¿Ne.  ne. necesitas algo?

-De momento no, solo vine a visitar a Mabel ya que quedamos en reunirnos, ¿Puedes dejarme pasar?-La chica Noroeste tenía la voluntad de entrar a la cabaña del misterio y yo estaba cubriendo la entrada, por lo que reaccioné rápidamente y me moví.

-E. Esta bien, puedes pasar, no hay problema en eso.-Dejé salir una risa nerviosa mientras me rascaba la nuca de los nervios.

-Te noto algo tartamudo, ¿Te encuentras bien?-Pacífica se acercó más a mi con la intención de inspeccionarme con algo de curiosidad, el solo hecho de sentir la respiración de su rostro en el mio me hizo ponerme tenso y sudar frió por la nuca y la sien como respuesta a ese estímulo.

-¡Estoy bien! ¡De verdad! Solo es que ha sido una mañana rara para mi, enserio.-Fue la única excusa válida que se me ocurrió al momento, sin embargo, la chica retrajo sus ojos y me miró de forma rara, sin duda alguna ella estaba sospechando de mi actitud tan rara.

-Si tú lo dices.-Suspiró y entró a la cabaña, encontrándose con Mabel y abrazándola, se han hecho muy buenas amigas después de todo.- ¡Mabel ya estoy aquí!

-¡Paz! Que bueno que viniste a verme, estaba esperando por ti, ¡Que hermosa estás hoy!-Mabel correspondió el abrazo recibido por Pacífica al igual que la algaba por su belleza natural, realmente Pacífica estaba muy linda y deslumbrante hoy, gracias a eso por primera vez me sentí celoso de mi propia hermana... Si tan solo pudiera abrazar a Pacífica como lo hace ella.

-Así es, no podía dejarte mal, al final quedamos en reunirnos para preparar una salida al centro comercial, ¿No? Lo he ansiado bastante.-Pacífica hablaba como una niña pequeña que ha esperado algo con ansias por un tiempo, realmente verla expresarse de esa forma me dejaba atónito, de manera inconsciente no podía dejar de mirarla.

-Claro, pero entremos a la sala, podemos hablar de todo mejor, ¿Cierto Dipper?-Inesperadamente mi hermana Mabel me guiñó el ojo, simplemente yo ya sabía que nada bueno iba a salir de aquí.

-¿Eh? ¿Qué yo qué?

-Bueno, entremos a hablar, tuve que caminar sola hacia acá desde la mansión, no quería que mis padres se enteraran de que me gusta estar por estos lados divirtiéndome.-Pacífica seguía a Mabel hacía el sofá para hablar mejor, y yo solo opté por seguirlas a las dos ya que tenía que dejarle algo en claro a mi hermana antes de marcharme a hacer mis cosas.

-Mabel, ¿Puedes venir un momento? Tengo que hablarte de algo.-Tomé a Mabel del hombro y la atraje hacia mí para hablar a solas.- Dame un momento con Mabel Pacífica, será rápido.

-Genial, no hay problema.-La rubia solo suspiró pesadamente mientras recostaba su espalda en el sofá, se veía algo agotada mientras se miraba las uñas. 

-Mabel, solo te diré una cosa, por nada en el mundo puedes hablarle a Pacífica sobre lo que te conté hace minutos, está  absolutamente prohibido, ¿Me entiendes?-Miré fijamente a mi hermana haciendo una expresión claramente sería, y entre murmullos traté de convencerla.

-¡Pero tonto, yo puedo ayuda*...-Mabel no pudo terminar de hablar ya que la interrumpí.

- Shhh, ¡PROHIBIDO!-Susurré mientras colocaba mi dedo índice en su boca, haciendo la clásica expresión de silencio.

-Ya sé,  pero tengo una condición para mantener mi silencio,  y tienes que escucharla.-Sin darme cuenta ya Mabel había tomado las riendas de la situación y yo naturalmente me dejé llevar por ello, simplemente cuando Mabel se pone así de insoportable no me queda mas opción que negociar, de lo contrario sería derrotado por ella.

-Vale, ¿cuál es la estúpida condición para comprar tu silencio?-Pregunté sin interés alguno ya que tenía la breve esperanza de hacer algo fácil.

-Sal a una cita con Pacífica, será divertido.-Mabel comenzó a reír descaradamente y yo quedé con la expresión congelada, abrí los ojos como platos y grité.- ¿¡QUÉ!?

-¿Sucede algo? Los veo muy sospechosos.-Pacífica se acercó hacía donde estábamos con el interés de descubrir el misterio que guardábamos, en su mirada se veía la determinación en querer saber lo que pasaba.

| Si ella era lo suficiente tenaz para sospechar lo que pasaba y si a la vez a Mabel se le ocurría abrir la boca, ¡Estaríamos acabados! Yo porqué moriré de la vergüenza y ella porque literalmente morirá por la maldición que le puso Bill, sencillamente me encontraba en un dilema casi imposible de resolver en poco tiempo. Solo me queda esperar a que mi poca suerte no me haya abandonado |

-No... No sucede nada Pacífica, solo son tonterías que hablábamos.-Agitaba mis manos de un lado a otro, y el sudor frío recorría mi rostro, mi sien y cuello, no encontraba las palabras para formar una excusa que ella se creyera ya que era tan inteligente como hermosa.

-Lo que sucede es que Dipper se enamoró torpemente de alguien y no sabe que hacer al respecto ya que no tiene experiencia en citas, y le aconsejé para que te pidiera el favor... Pero como sabes, él es un tonto.-Mabel creó la excusa que encajaba perfectamente con la situación, pero... ¿Por qué Pacífica tiene una expresión algo fuera de lo habitual?

-¡MABEL!-Grité nerviosamente para reprender la excusa de mi hermana, sin duda alguna yo estaba muy pálido por el susto que me tragué.

-¿Es eso verdad Dipper?-La chica me miró de forma seria y fría mientras fruncía el ceño, ahora ella estaba esperando por una respuesta de mi parte.

-Pacífica, son tonterías de Mabel y yo no quería involucrarte con eso. Lo siento-Hice lo posible para negar aquello pero me llevé una sorpresa.

-Está bien, aceptaré salir contigo en una cita... Aunque...-La rubia parecía incómoda y molesta por algo que yo no lograba entender, pero tomó algo de aire y continuó con sus palabras.-Olvidemos lo segundo que tenía que decir.-Ella palmeó su rostro para tratar de ocultar su rara expresión.

-¿Eso quiere decir que?-Yo estaba frió como el hielo pero los latidos de mi corazón ahora bailaban una melodía salvaje, el solo pensar  las palabras de ella me hacía perder la cabeza.-

-Si tontito, te ayudaré con eso si me lo pides, no es tan difícil-Inesperadamente la rubia se volteó para solo mostrarnos su espalda, lo cuál no me dejaba conocer su expresión verdadera, sin embargo... el tratar de resolver ese misterio era lo necesario para embriagar a mi corazón.-

| Mientras que en un silencioso murmuro personal de la chica |

-Maldición, ¿De quien te habrás enamorado Dipper Pines? Supongo que no fui lo suficientemente buena en estos años. ¡IDIOTA!-

Hola, ¿Qué tal todos? ¿Qué les pareció el Capítulo de hoy? Honestamente creo que acabo de escribir y publicar una joyita. Recuerda votar, comentar y seguirme si la historia es de tu agrado. Nos leemos luego en el próximo capítulo.

Dipcifica | La maldición de Pacifica.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora