CAPÍTULO 7: "ERES MI BOLETO PARA SALIR DE TODO ESTO"

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-No pienso subir a ese auto... -Decía Elena mientras estaban paradas en la puerta de la tienda. Elena se dio cuenta de lo equivocada que había estado al pensar que Julia le resultaría menos atractiva a la luz del día.

-Es una limusina, llamé para que vinieran por nosotras... -Corrigió Julia-, No pretendo secuestrarla...

-Preferiría encontrarme con usted en su casa, cuando anochezca... -Aquello adquiría más sentido por lo que a ella se refería. Entraría y saldría a su modo, y tendría un poco de control sobre cuánto se involucraba en esto-, Ya conozco el camino...

-No va a colarse en mi casa otra vez. Y no la imagino pasando por delante de la policía apostada en la reja de entrada...

-Me encantaría hacerlo...

Elena le sonrió con satisfacción, se sentía irritada. No quería seguir discutiendo en plena calle. Por marcado que fuera el instinto que le impulsaba a desear no estar al descubierto, no pensaba comprometer sus normas. Julia en cambio sonreía y disfrutaba de la fingida irritación de la pelirroja, teniendo en cuenta que el candente halo de sensualidad que emanaba estaba haciendo que se le secase la boca, no cabía la menor duda de que necesitaba mantener un poco de distancia y de perspectiva. Obviamente, ya no era la única cazadora involucrada.

-Todas mis posesiones personales están en un auto a dos cuadras de aquí. No voy a dejarlas ahí...

Julia comenzó a decir algo, pero luego cerró la boca de nuevo.

-¿Todas sus posesiones? -Repitió un momento después, la frase la había sorprendido. Posiblemente, la idea de que alguien fuera capaz de contar sus posesiones, mucho menos transportarlas en un auto, la dejaba perpleja.

-Me temo que sí...

No era del todo cierto, puesto que tenía un almacén alquilado a las afueras de la ciudad, algún que otro refugio aquí y allá, y una considerable cuenta bancaria en Suiza, pero eso no era asunto suyo. Todo lo que necesitaba para subsistir día a día estaba en el maletero de su auto.

-Iremos allí...

Lena decididamente comenzaba a sentirse más la presa que el depredador, y no le gustaba aquello. Esta asociación había sido idea suya, no de la morena.

-¡No! -Espetó-, Iré a su casa en mi propio auto u olvídese. No es necesario que me haga favores...

-Quiero hacerlo... -Insistió Julia, su cálida voz estaba ligeramente teñida de irritación.

-La gente no discrepa muy a menudo contigo, ¿verdad? -Preguntó.

-No, no lo hacen...

-Acostúmbrate a ello... -Repuso, sin tener la menor intención de ceder la posición de dominio. Era posible que pudiera hacerse plácidamente con el mando más tarde, pero con Julia quería establecer algunas reglas.

-¿Por qué no se limita a cooperar y agradecer que no llamemos a la policía, señorita Galina? -Farfulló la abogada saliendo de la tienda. Parecía una chica Play Boy: rubia, bronceada y escasez de ropa.

-¿No tiene algún multimillonario que perseguir? -Replicó molesta, contenta de no tener que poner en práctica ninguno de sus encantos con la abogada.

-Entre en el auto por favor... -Interpuso Julia con suavidad-, Hasta luego Natasha...

-Tenga en cuenta que en este momento está libre porque no he llamado a las autoridades... -Amenazó la rubia.

-Natasha, no pienso seguir discutiendo... -Sentenció-, Elena, recogeremos sus cosas y luego volveremos a la casa. Es todo lo transigente que estoy dispuesta a ser...

LADRONA DE CORAZONES [tATu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora