Sol:
Dani, Shuli y Sofi, no dudaron ni un segundo en aceptar la invitación de Mateo.
Así que después de despedirnos de Mica, salimos afuera para darnos cuenta que no nos íbamos a ir caminando, sino que un auto. Precisamente de Valentin por lo que tengo entendido.Entramos todos como pudimos al auto, y Valen que claramente es el que maneja, arrancó y puso música a todo lo que da.
Todos los que vamos atrás cantamos eufóricos, vamos súper enfiestados. Por suerte Mateo con su gran cara de orto va de copiloto adelante, así que acá atrás nos divertimos como nos pinta.
Vamos todos amontonados, uno arriba del otro, pero gozandola como queremos.
Yo puedo decir que todavía, sigo fresca. Estoy enfiestada, si. Pero no en pedo, todavía.
La que ya está un poco del orto es Shuli, pero ella casi siempre es la primera en detonar. Igualmente se la re banca.
No nos dimos cuenta de que el auto ya se encontraba frenado, si no fuera porque Valen apagó la música y acá atrás todos nos quejamos.
—Voy a dejar el auto acá.—avisó él.
Miro por la ventanilla del auto y frunzo el ceño. No parece haber una joda cerca, ya que no se escucha música, ni bulla, ni mucho menos gente.
La calle está muy tranquila como para que haya una joda acá.—No es acá—Mateo giro un poco su cabeza para mirarnos, como si hubiera leído mis pensamientos—Hay que caminar unas cuadras.—agregó.
—¿Y por qué dejas el auto acá?—le preguntó Dani a Valentin.
—Ya se van a enterar—dijo con una sonrisa de lado—Bajen, así trabó las puertas.
Hicimos caso y nos bajamos todos. Ya se puede sentir el aire fresquito de madrugada. Me abraze un poco a mi misma para darme calor.
Valentin trabó las puertas y después se bajó él, cerro la puerta de piloto con llave y le puso la alarma al auto.
Miro hacia la casa en frente nuestro, el auto está estacionado justo afuera de esta casa.
—¿No se queja la gente que vive ahí porque le dejas el auto acá?—preguntó Sofi, que se ve que estaba pensado lo mismo que yo.
—Es mi casa.—dijo Valentin divertido.
—Ah, ya entendí.—solté una risita.
Empezamos a caminar todos juntos, hacia no sé dónde. Nosotros solo los seguimos a ellos cuatro que son los únicos que saben a dónde estamos yendo.
Con Shuli y Sofi vamos agarradas como choncacos entre nosotras. Riéndonos de las pelotudeces que dice Shuli media borracha.
Doblamos una esquina, y entramos en lo que parece ser un lugar sin salida. A comparación de las demás calles, está es oscura, muy oscura. Y la única forma de salir, es justo por dónde estamos entrando, del otro lado no tiene salida.
Yo tampoco dejaría mi auto en esta calle oscura.
Con las chicas nos miramos, y rápidamente caminamos más rápido, pegándonos a los chicos.
Mateo me miró divertido por encima de su hombro.
—¿Miedo?—preguntó.
Yo negué con la cabeza rápidamente.
—Bueno si, un poquito.—admití, y Mateo rió un poco.
Miro nuevamente al frente. Justo en la última casa de esta oscura cuadra, hay varias motos y autos afuera, y la música se escucha desde esta esquina, al igual que las lucen que provienen de adentro se pueden ver desde acá.
Miro hacia los costados. Posta que está muy oscuro, algunas casas, para no decir una o dos, tienen la luz de afuera prendidas, pero eso no hace que deje de estar oscuro.
Caminamos hasta la última casa donde ya se nos va un poco el cagaso, y empezamos a dejarnos llevar por la euforia que se siente desde acá afuera.
Los cuatro chicos que nos guiaron hasta acá saludaron y nombraron a algunos de los chicos y chicas que se encontraban afuera, ya sea fumando, tomando aire, o simplemente chapando.
Nos hicieron pasar a la casa, en la cual había gente por todas partes. Al instante pude sentir el olor a escabio, cigarrillo y porro junto.
La música tan fuerte me ponía muy en ambiente, no me va a costar nada adaptarme a esto.Los chicos seguían saludando gente en su camino, mientras nos guiaban a adentrarnos en la casa.
Nos llevaron hacia una habitación, la cual pude identificar como la cocina. Hay una mesa justo en el medio, llena de bebidas, llenisima, y hasta de bebidas que nunca ví en mi vida también.
Acá la música disminuye, pero tampoco tanto.
—Wachines—habló Valentín bastante fuerte como para que el chico y la chica a los que se dirigía, lograrán escucharlo. Estos dos, apenas lo vieron sonrieron y lo saludaron ambos con un abrazo—¿Que onda perreques? Les trajimos gente nueva y muy copada eh.—dijo sonriente refiriéndose a nosotros.
Manuel, Camilo y Mateo se acercaron a saludar, y después de eso Valen nos presento a todos nosotros con estos dos chicos.
—El es Marcelo, pero le decimos Zeta, porque por alguna razón habla con zeta, ya lo van a escuchar. Y ella es Valentina, pero le decimos Tina, y es una morocha divina como ven.—ella sonrió, y Valen la abrazo por los hombros—Ellos dos son los dueños de la casa, y por lo tanto de este jodon.
—Espero que la pasen piola chicos, acá la mayoría nos conocemos, algunos es la primera vez que vienen, pero la mayoría somos como hermanos, y somos re copados así que los vamos a integrar como se debe—nos guiñó un ojo—Y ahora sí quieren les voy a presentar a algunos de los pibes.
Nosotros asentimos alegres y ella nos indico que la siguieramos.
Cuándo estaba a punto de ir por detrás de ellos, alguien me agarró del brazo haciéndome volver, me di vuelta y visualize a Mateo.
Él se acercó un poco más a mí, y a mí oído precisamente.
—Cualquier cosa estoy por acá, si me necesitas búscame, y no aceptes nada de nadie que ella no te haya presentado.—habló bajito, pero lo suficientemente cerca de mi oido como para poder escucharlo bien.
Me soltó y se alejó nuevamente. Yo le sonreí a boca cerrada y asentí, para después ir rápidamente detrás de los chicos.
Mateo me está cuidando, y me parece algo bastante tierno viniendo de él, que no suele ser una persona así.
✨✨✨
Acá apareciendo.
Las extrañe mucho chiquitasss♡♡♡Es medio poronga el capítulo, lo sé, pero hace muchos días que no escribo nada y bueno, salió esto como para ir volviendo.
Las amo, gracias por todo el aguante <3