- Creo que tu casa debería tener una piscina o un jacuzzi por lo menos - dijo Lena con mucha convicción
- En algún momento lo pensé, pero lo consideré muy costoso - se sonrojó ligeramente y eso le pareció adorable a la pelinegra - Aunque tenía un buen sueldo, estaba ahorrando
- ¿Tenías algún viaje en mente? - en serio amaba ese jardín gigantesco y los rayos del sol en su rostro. Era una sensación demasiado placentera
- No exactamente - bajó la cabeza - Creo que te parecerá tonto, pero estaba ahorrando porque quería la boda de ensueño. Estaba segura de que James era el correcto, lo estuve desde siempre - eso ensombreció ligeramente el ánimo de Lena, pero no por celos sino porque temía por la reacción que tendría la rubia al enterarse de todo lo que había sucedido realmente.
- No me parece para nada tonto. Me encantan las bodas. De hecho tengo una joyería y he podido ver a más de una pareja feliz comprando sus anillos de bodas o a más de un joven emocionado buscando el anillo perfecto para hacer la gran pregunta - sus ojos brillaron, realmente le gustaban esos momentos. Cuando volvió a la realidad se dio cuenta de todo lo que había dicho y de que la cara de la rubia había cambiado
- ¡Te recuerdo! Lena Luthor, tú me ayudaste a escoger el anillo perfecto - dijo muy emocionada la joven rubia y puso en un gran aprieto a su compañera - En ese entonces no me dijiste tu apellido, pero recuerdo tus ojos verdes. Debo admitir que cuando recién te vi me sentí igual de intimidada que ahora, por culpa de ellos - Todo comenzaba a tener cierto sentido en la cabeza de la rubia.
- Esa soy yo - sonrió de costado - Te demoraste un poquito en recordarme y creo que de no haberte dado ese dato, jamás lo hubieses hecho - no estaba segura de si debía mostrarle o no el anillo, aunque la vida no se la iba a poner tan sencillo.
- Lo lamento Len - sonrió tiernamente - Sabía que te conocía de algún lado, pero tú no me quisiste decir la primera vez que te lo pregunté - le increpó lo último - ¡Qué pequeño que es el mundo! ¿No lo crees? - Lena asintió - Por cierto, ¿llegué a recoger el anillo? - estas palabras causaron que la otra se ahogase - ¿Estás bien? -se preocupó
- Sí, sí, Kara, todo en orden. Solo me ahogué con mi saliva - ¿cuál era la respuesta correcta?, pensó - Emm tu anillo - prometió que sería sincera y podía serlo, pero eso no significaba que debía revelarle que lo llevaba con ella ¿verdad? – Nadie fue a recogerlo, supongo que por tu situación, ya no tuvieron cabeza para ir por él. ¿Deseas que lo traiga uno de estos días?
- Me encantaría poder verlo. Me causaba muchísima ilusión y aunque no sé cuál será mi situación actual, aún deseo poder usarlo cuando todo esto acabe – una opresión se instaló en el pecho de Lena, y quizás esta vez sí fuese producto de la mezcla entre los celos y la pena
- Prometo que te lo mostraré en estos días. A mí me gustó muchísimo, espero que pienses lo mismo cuando lo veas – le sujetó la mano afectuosamente – Pero bueno, no hay que ponernos sentimentales, hoy es un día de diversión y para conocernos más. Regresando al tema de la piscina, quiero una, ¿me das permiso para construir una en tu casa?
- Lena estás loca, aunque te diese mi permiso, no sería correcto porque a las finales esta casa volverá a mí ¿verdad? – dijo con duda
- Claro que volverá a ti y entonces yo tendré una amiga a la cual visitar para pedirle prestada su grandiosa piscina – se burló y Kara sonrió hermosamente
- Por más genial que resulte la idea, Alex te mataría y no creo que le puedas explicar que yo te di permiso para construirla. Además, seamos honestas, eres Lena Luthor y podrías tener una mansión con una piscina del doble de la que podrías construir aquí en mi casa – volteó a ver con curiosidad a la cara de la pelinegra.
ESTÁS LEYENDO
Quédate
FanfictionCuando Afrodita, Atenea y Hades deciden iniciar una partida de su tradicional juego anual "eliges tú", jamás se imaginaron cuánto le iban a liar la vida a Kara, Lena y Alex; sus famosos protegidos. Kara, una periodista de CatCo con un futuro brillan...