Empezó a besarme de nuevo, haciéndome suspirar con cada simple movimiento. En ese momento podía ser consiente de todo.
Del golpeteo de nuestros corazones al mismo tiempo, justo en el mismo lugar, del leve temblor en las manos de Lauren , de la necesidad y ternura con la que me estaba besando, de la caricia que las pestañas de ella hacían en mis parpados, de mi cuerpo que estaba dispuesto... a lo que fuera.
Yo era consiente de todo, de lo imbécil que había sido por no dejar que eso pasara antes, por no haber querido estar con ella de esa manera.
Estaba consiente de que en cuanto aquel momento hermoso terminara yo iba a tener que irme corriendo a USA, antes incluso de que Lauren despertara, estaba consiente de que ese iba a ser nuestro ultimo momento juntas, que jamás iba a tocarla otra vez, ni mucho menos a besarla.
Mis lagrimas salieron lentamente de mis ojos otra vez al contemplar la idea y mis labios se volvieron temblorosos contra los suyos.
Jamás iba a poder sentarme en el balcón de su habitación, jamás iba a pelear con Kimmo otra vez, jamás iba a poder sentir como me golpeaba la cabeza de esa manera tan tierna, jamás iba a acostarme con ella en esa cama abrazados, platicando entre susurros antes de ir a dormir.
—Camila ¿en que quedamos? —preguntó separándose de mi y limpiando mis lagrimas— por favor…
—lo se —negué con la cabeza— ya no controlo mis lagrimas. Se salen solas.
—¿y por que se salen? Alguna razón tendrán
—estoy triste, Lauren —admití. —pero lo ultimo que quiero es perder tiempo. Ignora eso y sigue con lo tuyo.
—yo solo quiero que estés feliz —susurró y rozó mis labios.
El siguiente beso fue más melancólico, más nostálgico, más lento y más intenso que nunca. Lauren acaricio con la lengua mi labio inferior mientras empezaba a deslizar sus manos por mi cadera, sus dedos cálidos me acariciaron la piel justo por encima de la cinturilla de mis bragas, sus movimientos solo estaban enviando escalofríos a través de todo mi cuerpo.
Empezó a descender sus besos por mi clavícula al mismo tiempo que bajaba lo ultimo que me quedaba en la parte de abajo.
Y ella me había visto los pechos pero jamás ahí abajo, me empecé a asustar un poquito, no por ella, sino por la acción.
Cuando la prenda llego debajo de mis rodillas yo misma me encargué de quitarla. Lauren tomó con fuerza mis muslos y me cargó al mismo tiempo que rodaba en la cama hasta que yo me encontré a horcadas sobre ella.
El cierre de su pantalón me lastimó cuando me encontré totalmente recargada en su cuerpo.
Me levanté de ahí y baje sin dejar de mirarla fijamente.{narra Lauren }
Yo nunca jamás había estado tan abrumada y confundida. Nunca me había sentido de esa manera. Con tantas sensaciones al mismo tiempo.
Ni siquiera sabia cual era mi estado.
Hasta el momento en que ella se deslizo hacia abajo, sobre mi cuerpo, sin dejar de mirarme a los ojos, ese fue el momento en el que mi miembro empezó a cobrar vida. Porque vamos, una no es de piedra.
Pero anteriormente, cuando en otra situación me hubiera puesto dura desde que quite su blusa, me sentía mas llena que caliente.
Me sentía mas enamorada que excitada.
Yo quería también hacer el amor con ella. Maldición, claro que si.
—¿te molesta si…? —preguntó jugando con el botón de mi pantalón.
—no —contesté antes de que ella pudiera siquiera terminar la pregunta.
Lo desabrochó y levanté la cadera para que pudiera bajarlo sin problemas. Cuando lo bajó por fin, se levantó y se sentó de nuevo sobre mi erección.
Llevé mis manos hacia sus senos y los acaricié sobre el sostén un momento; deslicé mis manos hacia su espalda para desabrocharlo.
—tiene el broche enfrente —murmuró ella y me sonrió mientras se lo desabrochaba ella misma.
La vista era terriblemente erótica. El aire se sentía denso y nuestros jadeos llenaban la habitación.
Se lo quitó por completo y lo dejó caer a un lado de la cama.
Era tan perfecta, tan hermosa que me quede sin hacer nada un segundo, solo observándola.
Su piel se veía bronceada y deliciosa contra la mía, sus pechos desnudos eran grandes y preciosos, sus pezones eran rozados y estaban completamente erectos. En su cadera volaban dos pájaros, sonreí cuando recordé el momento en el que los pusieron en su cuerpo.
Sus piernas estaban abiertas sobre mi y su feminidad estaba separada de mi amigo solo por un pedazo inservible de tela.
Su cuerpo era deseable, sensual y delicioso, perfecto.
Pero su cara superaba toda la perfección. Sus mejillas estaban rosas y sus grandes ojos brillaban como dos diamantes color caoba.
Sus labios rosas estaban hinchados por los besos y su nariz tan linda como siempre, lucia mas pecosa que nunca, totalmente adorable.
Su cabello estaba suelto sobre sus hombros y le daba a mi vista un punto mas encantador.
La amaba mas que a nada, mas que nadie y la verdad no sabia que llegaría a hacer si no la tuviera conmigo, si no pudiera estarla contemplando todo el tiempo.
Un estupido celular comenzó a sonar y las dos suspiramos inconformes.
—es el mío —murmuró ella sin quitar su mirada de la mía.
—ve a contestar, entonces —contesté con la voz apretada. Camila viró sus ojos como siempre y resopló. Seguramente no había seguido el libreto de su película.
—demonios, Lauren —se quejó sin levantarse. El celular seguía sonando y no la veía con ganas de ir a contestar— tu tienes que decir “déjalo que suene. Si es importante volverán a llamar”
—pero… —me callé ante su mirada recriminatoria y tome aire porque ella de verdad estaba esperando a que lo dijera— “déjalo que suene, van a volver a llamar porque es importante”
—“si es importante volverán a llamar” —me corrigió. El celular dejo de sonar. — definitivamente no sirves para estas cosas
—¿qué cosas? —pregunté confundida. Ella negó y se bajó de mi cuerpo.
—olvídalo. Iré a ver quien era —me dio la espalda mientras buscaba su celular y pude ver su trasero.
Contuve el aire cuando se agacho a recogerlo.
Después se quedo parada ahí, en medio de la habitación, desnuda.
—Hola, lo siento. No lo escuche —mintió. Yo sonreí— eh… ¿a… a que hora? Si, yo… Esta bien, entonces… adiós, te quiero.
Me levanté de la cama y camine hacia ella sin ser capaz de mirarla un segundo mas sin tocarla, sin deleitarme con su precioso cuerpo.
Tomé sus caderas y me pegué a su cuerpo por atrás. La sentí temblar.
La voltee antes de que dijera algo mas y la besé con fuerza. Había esperado mucho tiempo, no quería esperar mas.
Ella gimió despacio contra mi boca, y pasó sus brazos por mis hombros para abrazarme por el cuello, haciendo que sus senos quedaran aplastados sobre mi pecho. La agarre por el trasero, la acaricie ahí un poco antes de tomarla y hacer que me envolviera con sus piernas.
Caminé con ella hasta la cama y suavemente la deje caer.
Se arrastró hacia atrás y, después de arrancar mis boxers con ansias, la seguí contenta.
—esta vez no me voy a asustar, lo prometo —murmuró dejando que me acomodara entre sus piernas.
—genial. Te voy a tratar bien… —prometí con toda la sinceridad del mundo.
Roce con tranquilidad nuestros sexos haciendo que Camila jadeara y apretara mis brazos con fuerza.
No meterme dentro de ella de una sola y fuerte vez era un martirio. Pero tenia que ser gentil.
Nunca me había acostado con una chica virgen, no tenia ni idea de cuales eran las precauciones o lo que tenia que hacer.
—¿ya? —pregunté insegura.— ¿estas lista? ¿estas segura?
—si… estoy segura —afirmó, me miró con una sonrisa abierta y beso con ternura mis labios.
Asentí dándome ánimos, porque ganas ya tenia.
Entonces tome aire profundamente y me sentí desfallecer cuando coloqué la punta en su entrada, ella dio un saltito y cerró los ojos.
Me apoyé con las manos arriba de su cabeza y bese su nariz antes de empezar a meterlo con toda la calma del mundo.
Ella soltó un pequeño gemido, abrió mas las piernas y bajó sus manos por mi espalda hasta tocar mi trasero.
—cuidado con las manos, pervertida —bromee haciendo que ella riera fuerte y me diera un apretón mas fuerte.
Aproveche su risa para meterme por completo, de una sola embestida.
Ella dejo salir un grito ahogado y tensó su cuerpo. Me asusté.
—lo siento, lo siento —repetí angustiada. Ella tenia los dientes apretados, los ojos cerrados con fuerza y una capa de sudor en su frente. Me pellizcó la nalga izquierda con fuerza cuando trate de salir de ella —¿te dolió mucho? Por dios, lo siento tanto, yo no sabia, pensé que…
—cállate y estate quieta —murmuró con dureza. —me dolió como la puta madre…
—lo siento —repetí sintiéndome mal. Se supone que debe doler ¿o no? Se supone que eso es lo que sienten las mujeres ¿o no debería de doler? Maldición, no sabia nada de eso— no pensé que doliera tanto
—intenta meterte un pepino gordo por…
—lo siento, lo siento…
—ya pasó. Ya esta pasando… —suspiró y abrió los ojos. Después empezó a reír— yo lo siento
—no hay problema —reí también. —entonces… ¿ya puedo hacer algo?
—creo… creo que si —asintió y no me falto mas.
Empecé a moverme dentro y fuera de su cuerpo, cada vez con mas fuerza y mas rapidez, robándole gemidos que me dejaban mas que satisfecha.
Bese cada parte de ella que podía alcanzar, su cuello, su cara, su boca, sus pechos. La bese como nunca había besado a nadie mas, la bese mas veces de las que pude contar, porque si por la mañana todo cambiaba y ella ya no quería que la volviera a tocar nunca mas, por lo menos me quedaría el consuelo de saber que aproveche al máximo esa noche.
Cuando Camila alcanzó el orgasmo, yo me deje llevar junto a ella y fue como si fuera mi primera vez también.Me quedó muy claro esa noche que hacer el amor no era ni siquiera parecido a solo tener sexo. No era igual, no te llenaba, no daba tanta satisfacción. Y desde ese momento yo decidí que jamás quería volver a tener sexo insulso y sin sentido otra vez.
Yo quería hacer el amor con Camila todos los días y no solo en la cama, no solo de una manera sexual, no solo queriendo su cuerpo.
Yo quería hacer el amor besando su frente, tomando su mano todo el tiempo, diciéndole frases hermosas y sacadas de película todos los días, cocinando con ella, sentándonos en silencio a mirarnos sin necesidad de hablar.
Yo deseaba hacer el amor por siempre con ella. Aunque eso no fuera posible.—te amo, princesa —confesé cuando todo termino. Cuando ella ya estaba plenamente dormida, acurrucada en mi cuerpo. —te juro que no voy a perder mas tiempo, mañana te diré todo lo que siento, aunque tu no me ames a mi.
Perdon encerio perdon matenme si quieren pero es que encerio voy mal en calificaciones y mi mama esta vez si me castigo la compu y el cel ahora vere como le hago para subir captulos
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the perfect bucket list (Adaptación camren G!P)
FanfictionEs sorprendente lo ciega que fui, el tiempo que perdí pensando que lo inevitable jamás pasaría. Pero me equivoque y ese fue el peor error de mi vida.  Todo tiene solución, menos la muerte. Bueno esta es una adaptación a camren de the pe...