—¡Abby!
Al girar me encuentro con Mónica, su ira y su panza.
—¿Qué haces aquí?
—Me llamaste.
—Para que escucharas el mensaje, no para que vinieras.
—Pues hice las dos cosas.
Anoche falté a la cena con mis padres y Jack, me la pasé encerrada con el enorme vestido de mamá y me excusé diciendo que estaba enferma, cuando en realidad estuve llorando, comiendo, llorando, sintiendo el vestido y el anillo por última vez. Y después de pasar la noche entera haciendo esas patéticas cosas, esta mañana me levanté con ánimos de volver a mi felicidad.
—Debo irme, ¿me llevas?
El frío ha iniciado, así que me pongo pantalones blancos de vestir entallados y una simple blusa corta azul de manga larga con tacones del mismo color.
—¡No! —grita—. Te vas a casar con mi mejor amigo, no te llevaré a declararle tu amor a otro sujeto.
—De acuerdo —paso a un lado de ella para salir de mi armario.
Tomo un abrigo largo azul y mi bolso antes de salir con Mónica pisándome los talones, haciendo preguntas estúpidas.
—¿Qué hay de la boda?
—Es evidente que se cancela.
—¿Y por qué llevas puesto el anillo?
Me detengo a admirar mi mano.
—Porque es perfecto y son mis últimas horas con él.
—Son tus últimas horas con muchas cosas perfectas —me mira de pies a cabeza—. El vestido de tu madre, la boda que siempre soñaste, tu herencia...
—¿De que estas hablando? —arrugo la frente—. Yo nunca soñé con una boda.
—Pero si con tu herencia.
—No la necesito —me giro y continúo caminando—, a diferencia de ti, yo si hice mi propio dinero.
—Pero...
—¡Abigail! —es el grito de mi asquerosa abuela.
Me detengo antes de abrir la puerta principal y giro en su dirección.
—Buenos días.
—¿A dónde vas?
—Mónica me invitó a desayunar.
—¿A las doce?
—Ella se despierta muy tarde.
—Deberían invitar a la hija de los Jennings.
—Nosotras no toleramos a Emma —le respondo—. Además, solo hay espacio para una embarazada.
—Linda, tienes que ser amable con Emma —se acerca—, se acaba de divorciar.
—Cierto —Mónica me mira—. Lo olvidé, estuvo casada menos tiempo que Kim Kardashian.
—¿Por qué se divorció?
—Engañó a su marido —Catherine no deja de sonreír—, es todo un escándalo y Sandra está tan abochornada que me evadió en el club esta mañana.
—No, eso no fue porque estaba abochornada, fue porque es un ser humano.
—Al parecer —me ignora— Emma no terminó su aventura y ahora está saliendo formalmente con el sujeto.
—Bueno, compadezco al pobre hombre.
—Lo sé, Robert está destrozado —se refiere al ahora exesposo de Emma.
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Todos Los Días De Mi Vida
Teen FictionEstar con Abby era como tomar café y Shawn odiaba el café.