Divorcio Fallido [NAMJIN] (EN HIATUS INDEFINIDO)

El sueño fugaz de una noche de verano

Hace mucho tiempo en un bosque encantado, vivían en armonía distintos animales y diferentes criaturas mágicas. Árboles parlantes, gnomos, duendes traviesos y por supuesto, hadas.

Kim NamJoon era el príncipe de las hadas y vivía muy tranquilo en su palacio, que no era más que un árbol de roble que yacía en medio del bosque. Era muy querido por todos y todos alaban su gran habilidad al tocar la flauta de pan*. Todos los días la tocaba para despertar a las criaturas que dormitaban, pues ese era el trabajo que su padre le había encomendado. Así pasaron años y años, y el bosque se mantenía en paz y tranquilo.

Una noche, mientras todos dormían, el joven príncipe decidió salir del roble para volar un poco y que así le pudiese entrar a él aunque sea un poco de sueño. Desde hacía algunos días le había entrado cierto anhelo; poder enamorarse. Sentir lo que era el amor verdadero.

Siempre veía al rey y a la reina, sus padres, ser inmensamente felices el uno al lado del otro. Él quería lo mismo para sí. El predicamento de sus padres era que tenia que conocer a una joven y hermosa hada. Una jovencita de rasgos hermosos. Pero a él eso no le interesaba. Solo quería sentir lo que era el amar de verdad. Así que desplegó sus alas de mariposa monarca y emprendió el vuelo por aquel hermoso bosque encantado.

Llegó entonces a una hermosa laguna en donde la luna reflejaba su hermosa luz Namjoon pudo verlo. Un joven hada bañándose a la orilla del agua. Su blanquecina piel brillaba con los rayos de luz lunar y lo hacían ver majestuoso. Sin pensarlo mucho se acercó hacia él y pudo contemplar mejor su belleza. En su rostro yacían pequeñas pecas y sus labios eran rojizos como una cereza. Tenía los ojos cerrados así que no pudo ver el color de éstos.

Las noches después de esa, Namjoon esperaba a que todos en el palacio se durmieran para salir a escondidas de ahí y poder ver a escondidas a aquel joven del que aún no sabía ni su nombre. Una noche tomó valor y decidió acercarse a hablarle. Suavemente se sentó a solo unos pasos de distancia y respirando profundo dijo.

—Hola.. se que es la primera vez que nos conocemos pero..

—SeokJin

—¿Ah?

—Me llamo SeokJin— NamJoon sorprendido se acercó un poco más.

—¿Sabías que estaba aquí?

El joven salió del agua poco a poco aún manteniendo sus ojos cerrados y se sentó a un lado de Namjoon.

—Pude sentir tu presencia desde hace ya varias noches— SeokJin le dijo con una suave sonrisa a lo que el príncipe le correspondió. Y así un fuego se encendió en el corazón del príncipe hada. Cada mañana despertaba y tocaba la mas bella de las melodías con su flauta haciendo que las criaturas del bosque despertaran de mejor humor.

Sus padres notaron esto casi de inmediato y empezaron a sospechar que su hijo había caído enamorado, solo que no sabían de quién. Y que bueno que no lo sabían puesto de saberlo una gran tragedia ocurriría.

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Una noche de verano, NamJoon estaba sentado a la orilla del estanque junto a SeokJin. Estaban tomados de la mano y la cabeza del segundo estaba reposando sobre el hombro del príncipe hada. Jin soltó un suave suspiro, llamando la atención de Nam.

—¿Pasa algo? ¿Algo te preocupa?—dijo el príncipe mirando suavemente a su amado.

—Siento que esto no es correcto Joonie...—Murmuró en respuesta y abriendo sus ojos lentamente giró su rostro en dirección al de NamJoon. Éste último frunció un poco su ceño.