Prologe

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Otro día atrapado en aquel lugar tan espacioso, pero seguía sintiendo la exasperante asfixia por estar rodeado de personas tan asquerosamente hipócritas que casi podía sentir arcadas.

Sí, hasta él tenía que admitir que solía ser un poco exagerado, pero no podía evitar sentirse cada vez más enfermo con cada segundo que pasaba allí.

Y es que a donde sea que voltease, no faltaban los típicos golpes de pecho mientras decían orar al cielo, como si con tanta simpleza pudieran esconder al mundo sus verdaderas facetas tras sonrisas falsas, arrodillarse frente a un altar y repetir unas cuantas plegarias vacías y casi robóticas.

Hasta dudaba del viejo hombre con sotana que alzaba en alto la tan "sagrada ostia".

Cualquiera puede tener un pasado.

Suspiró de puro alivio cuando el padre dió fin a la eucaristía, pero cuando tuvo la intención de literalmente correr para poder largarse de una vez, su madre jaló del brazo hasta devolverlo al lugar junto a ella, pellizcando su piel intencionalmente en el proceso. Guió al pelinegro de mala gana hasta donde el sacerdote parecía esperarlos.

—Quiero que te comportes. —masculló la mujer entre dientes mientras ponía su mejor sonrisa al dirigirse en dirección al anciano, el cual se encontraba junto a unas bancas más al frente. —Padre Kang... ¿Ha tenido buenas noticias con respecto a la petición de Jungkook?

El nombrado apartó la mirada con algo de fastidio cuando el viejo le sonrió con excesivo entusiasmo y tuvo que contenerse para no revolotear los ojos. Aún así no pudo evitar la pequeña mueca de confusión.

Él no tenía nada que ver con la iglesia y mucho menos con ese viejo.

¿Qué quería con él y a qué supuesta petición se refería?

—Claro que sí, hija. Ya he hablado con el Ministro a cargo del seminario y todo está siendo arreglado para el traslado.

Jungkook ahora se encontraba más perdido que antes. Giraba la vista a ambos adultos, esperando a que alguien le dijera qué rayos estaba pasando.

Pero la respuesta le llegó como a una bofetada cuando el sacerdote volvió a hablar.

Nos alegra mucho que el pequeño Jungkook se una a la orden sacerdotal...

El menor casi vomitaba allí mismo.

Definitivamente quería pensar que todo lo había escuchado mal o se trataba de una muy espantosa pesadilla...

¡Él ni de chiste se convertiría en un asqueroso religioso!

Ya se esforzaba demasiado en asistir prácticamente a diario a las estúpidas misas y hasta a algunos eventos de caridad, pero todo era por mera obligación de sus padres al ser aún menor de edad. Él podría aceptar todas esas mierdas, pero siempre había un límite para todo y se rehusaba con todo su ser a formar parte de... Ellos.

Simplemente se negaba a aceptarlo.

Abrió la boca con indignación, dispuesto a mandar muy gentilmente a todos a la mierda, hasta que la puerta escondida tras el altar se abrió y por esta salía otro hombre vestido con sotana, que observaba a los tres presentes con una ligera sonrisa. El pelinegro cerró la boca de inmediato mientras miraba a aquel desconocido acercarse hasta él, bajando las pocas escaleras con un porte elegante y con una expresión asquerosamente amable.

Definitivamente iba a vomitar allí mismo si alguien más le sonreía de esa forma.

Aunque la particular sonrisa de aquel hombre se le hacía bastante...

Particular.

Jungkook se sentía peligrosamente acorralado a cada segundo que el religioso visiblemente más joven seguía con su mirada penetrante y fija sobre él, como si se regodeara al saber exactamente cada detalle de la situación.

Y esa maldita sonrisa lo delataba por completo.


Tú debes ser nuestro nuevo seminarista. Soy el ministro Kim Taehyung.














Espero puedan darme su apoyo para este pequeño proyecto que les traigo con mucho mucho amor ♡.

I BLESS YOU [ TAEKOOK ; 태국 ]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora