Cap 1

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- Buenos días, bienvenida a Coffe&Candy- me dijo un apuesto muchacho de piel pálida

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- Buenos días, bienvenida a Coffe&Candy- me dijo un apuesto muchacho de piel pálida.

- Gracias - Me dirigí hacia una mesa que quedaba un poco apartada de las demás y el amable chico me entregó el menú. Tenía el cabello castaño y una perfecta sonrisa, con todos sus dientes en su respectivo lugar, alineados y blancos.

El lugar era acogedor, imagino que muy popular entre las chicas ya que estaba decorado con colores pasteles y varias tonalidades de rosa.

Cortinas de encajes, sillas vestidas y búcaros con flores no eran el mayor atractivo del lugar, sino un chico pelinegro, alto y muy guapo. Estaba recostado cómodamente y con gran confianza en el mostrador de los chocolates.

O bien era el dueño del lugar o tenía el ego por las nubes. Su pose relajada y esa mirada de "soy el rey del mundo" cualquiera podía descifrarla incluso una chica ingenua y poco experimentada como yo.

Apartándome de mis predicciones comencé a leer el menú. Habían cosas deliciosas y para todos los gustos, algo que me encantaba y era poco común, pues era algo así como una cafetería-dulcería-heladreía y con mucho chocolate.

Es la primera vez que vengo y ya se convirtió en mi lugar favorito. Y a diferencia del resto de las mujeres del local mi interés no era más que la comida y ese olor dulzón que se colaba por mis fosas nasales.

Volví a vislumbrar al pelicastaño el cual estaba atendiendo a otros clientes y luego al pelinegro alto y guapo.

Tenía un gran dilema en mi mente ¿A cuál de los dos debería mirar? Ambos eran hermosos. No era algo que pasara a menudo; rompía la regla universal de un chico guapo por kilómetro cuadrado.

¿Cómo podían estar dos bellezas juntas en un mismo lugar? Eso era antinatural, podría hacer explotar al mundo.

Y es que aunque no babeara el mantel como el resto de almas desesperadas que estaban al besar los pies de ambos chicos, no es menos cierto que la belleza atrae y llama a los ojos.

Con razón todos los clientes eran féminas.

Una de las tantas chicas que aclamaban un poco de atención de los chicos se acercó al pelinegro, el cual le sonrió e incluso diría que le coqueteaba dee forma distante y arrogante.

La chica rubia y alta le hablaba animadamente y él se mostraba interesado, pero a mí no me engañaba, desviaba la mirada a sus manos por segundos y la sonrisa tampoco parecía sincera lo que significa que la chica o bien no le gustaba o no le parecía interesante. Sin dudas era buen actor, pero yo también era una muy buena psicóloga, aunque no de título.

Volví a centrarme en el menú y cuando alcé nuevamente la vista el pelinegro y la rubia se estaban besando obsenamente, con la lengua hasta la garganta, y mejor ni hablar de las manos pues no quiero describirles una escena erótica.

Efecto Seok Jin 💖 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora