Ximena.
~24/11/2020~
—¡Iam! —lo llamo desde la habitación.
—¿Qué pasó?
—Luam está contigo, no la encuentro.
—La vi en el patio. De seguro sigue allá —salgo de la habitación y camino hasta la puerta trasera.
El primer escenario que tengo al salir, es que la manguera de agua no está en su lugar, si no que está extendida por todo el patio.
—¡Luam! ¿Dónde estás?
La busco por todo la zona incluso le pregunto a la vecina de Iam, quien me da una después negativa.
Regreso a la casa para ver si está en alguna otra habitación, sin embargo, antes de ir a la antigua habitación de Iam, noto de reojo que algo se mueve en el mueble.
Camino al lugar y la encuentro mordiendo algo. Ella me mira y se alegra. Enseguida noto que está jugando y me paralizo. Literalmente, me paralizo del miedo.
Mis manos se enfrían, empiezo a traspirar y se me dificulta respirar. Rápidamente cierro los ojos y camino directo a la cocina por Iam, a tientas.
—Hola. ¿Por qué tienes los ojos cerrados? ¿Tan feo soy?
—Luam... —consigo decir mientras respiro de manera pesada —. Ella tiene...
—Dios, estás pálida —siento sus manos mojadas en mis mejillas y abro los ojos poco a poco —. ¿Qué tiene? ¿La encontraste?
—Solo ven... Quítaselo.
—¿Qué cosa? —lo tomo de la mano para llevarlo y una vez llegamos me cubro los ojos —. Eso —imagino que señalo a Luam —. Es un panel de abejas... Son muchos puntos juntos y entro en pánico cuando veo eso. Mi psicólogo me dio tips para no entrar en pánico —no escucho que dice nada —. ¿Iam?
De la nada escucho pasos y después una puerta abrirse. Giro en la dirección que creo no vere es horrible imagen y busco a mi novio.
No lo encuentro por ningún lado, sin embargo, el escuchar como arcadas y vomita, me hace saber que está en el baño. Camino tratando de que esa imagen no se repita mientras llego hasta donde está él.
—Habían pasado cuatro años desde que no veía algo de ese tipo. La última vez fue en prisión —cubre su boca —. Al parecer a los demás reclusos se les ocurrió hacerme una broma y me dio un pequeño ataque de nervios —otra arcada —. No lo puedo sacar de mi mente, maldición.
—También te da fobia ver algo asi.
—Desde niño —tira de la palanca —. Debemos sacar eso de la casa.
—Pero ¿Cómo? —me observa —. Míranos, nos congelamos con una pequeña mirada a eso —se sienta en el suelo con la cara toda blanca. Enseguida, de la nada empieza a reír —. ¿Y ahora cual es chiste?
—Usted y yo, señorita. Es tan estúpido que le tengamos miedo a eso —se me eriza la piel por la palabra —. Dos miedosos por unos agujeros... Ay, no. Que asco —se estremece y de golpe vuelve a vomitar.
Me acerco para sobar su espalda, mientras trato de no devolver el almuerzo como hace él.
—¿Entonces nos quedamos encerrados en la habitación? No podemos hacer eso.
—Yo digo que esperemos a que Luam lo termine de destrozar. Ella lo trajo, que ella se deshaga de eso —se levanta, tambaleándose un poco —. Vacié mi estómago.
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Amor y Justicia© (En Edición) - Trilogía: Dos Palabras - Libro #1
Teen FictionCuando Ximena acepto la responsabilidad del caso, no imagino que su vida iba a dar un giro increíble y aún más que se iba a enamorar de él. Nunca se imaginó que todo eso iba a ser la razón por la que su vida estuviera así y por la que llegara a esf...