Los años han pasado, la pelea contra Zeref queda atrás y todos en Fairy tail se dan la oportunidad de ser felices teniendo sus propias familias.
Nashi, la hija mayor de Natsu y Lucy trata de sobresalir por ella misma para no ser solo la sombra de l...
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POV NASHI
Por una semana entera fui la persona más querida del gremio, no estaba sola en ningún momento, si no eran mis padres, era mi hermano, Arashi o cualquiera de los miembros antiguos del gremio, especialmente Gray-san y Erza-san, los cuales se notaban totalmente aliviados, pero supe que no era por mi despertar, algo más los había puesto tranquilos cuando finalmente abrí los ojos y di señales de que todo estaba bien.
Tenía sobre mí a Mira-san cada vez que debía comer, cinco veces al día me daban toda la comida que fuera capaz de soportar por lo que en unos días estuve como si nunca hubiera estado desnutrida. Retomé mis entrenamientos en horarios normales y Arashi me ayudó a entrenar para fortalecerme.
Finalmente supe qué era lo que Arashi me había estado ocultando, aparentemente solo estuvo entrenando para realizar un hechizo capaz de dormir mis sentidos de forma que no tendría sueños ni volvería a ver a ese pequeño demonio que ocupaba mi mente. Como siempre yo había mal entendido la situación y como siempre Arashi solo estaba pensando en mi bienestar. Su nuevo hechizo debía ser usado sin falta cada noche para que yo descansara tranquila, casi ni sentía lo que hacía, simplemente en cuanto tenía ganas de dormir Arashi realizaba el hechizo y una gran calma me llenaba.
Al día siguiente despertaba totalmente descansada, pero al mismo tiempo con la sensación de que apenas había dormido unos segundos, como si hubiera parpadeado y ya hubiera amanecido. Esa era la forma en que el hechizo me dormía, congelaba mis sentidos y gracias a esto no volví a sufrir.
Todo parecía estar perfecto.
–Nashi, necesito hablar contigo un momento. –Mi madre se había acercado a mí mientras yo reía de una pequeña broma que Kasai nos había dicho a Arashi y a mí.
–Claro, ¿qué sucede? –Pregunté presintiendo que nada bueno estaba por venir.
–Preferiría que fuera a solas. –Miré de reojo a Arashi quien frunció el ceño en señal de que no le gustaba la idea, me volteé para quedar frente a Kasai, me agaché a su altura y le sonreí.
–Ve a jugar con Akuma, iremos a jugar en un rato. –Kasai asintió y salió corriendo hacia la parte trasera del gremio donde supuse estaba la pequeña. –Listo, sabes que Arashi puede escuchar cualquier cosa, igual terminaré contándole. –El nombrado me sonrió ligeramente, pero luego volvió a mirar con severidad a mi madre.
–Está bien, ¿qué haré con ustedes dos? –Reprochó, pero pude notar la sonrisa que se formó en sus labios.
– ¿Qué querías decirme? –Pregunté tratando de ignorar esa sonrisa que me puso los pelos de punta, luego su expresión cambió a una de total seriedad.
–Quiero que nos vayamos las dos juntas a entrenar por un par de días, justo ahora. –La sorpresa fue demasiada. Mi madre, la mujer que me protegía de absolutamente todo, que literalmente cubrió las esquinas de los muebles en casa cuando yo era una niña solo para que no me lastimara, ¿me estaba pidiendo ir a entrenar con ella? Inmediatamente me puse en una pose de ataque.
