Microrrelato 05

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¡No, no, no! ¡No puede ser! La articulación del codo de mi brazo derecho ha dejado de funcionar. No llega a moverse ni un milímetro. Esto es terrible porque no va a ser fácil encontrar un repuesto y no podría cambiar brazo por el costo que conlleva. ¿Qué puedo hacer? Ya no existe acceso a dinero físico que, siglos atrás, ayudaban a intercambiar bienes y servicios. Todos los ciudadanos tenemos un chip incrustado en torno al nervio vago de nuestro cuello. Nos lo ponen recién que nacemos para identificarnos, obtener información del funcionamiento orgánico e influir en nuestros estados de ánimo. El nervio vago regula la relajación y el estrés. Nada mejor para mantener tranquilo a alguien que manipular la información que circula por este nervio. El implante tiene otras muchas funcionalidades, como almacenar la cantidad de crypto dinero disponible. El implante no es hackeable porque esto bloquearía el nervio vago y llevaría a un colapso nervioso. ¿Qué hacer cuando necesitamos algo muy valioso y no disponemos de crypto dinero suficiente? Algo similar a lo que me pasa ahora mismo. Hay algunas soluciones. Ninguna de ellas es ideal.

Hay que buscar algo de valor que intercambiar. Por ejemplo, prostéticos de calidad, sustancias ilegales, favores especiales o información reservada. Tengo información que puedo vender, pero no creo que obtenga mucho a cambio. Nada más ofertas algo porque necesitas dinero, pierde la mitad de su valor real. Es la realidad de mercado negro que impregna nuestra existencia. Tendré que vender algo que aprecio mucho: un litro de Xtrandol que utilizo cuando quiero desconectarme del sistema. El Xtrandol es una sustancia que aísla durante 10-15 minutos el implante del nervio vago y te permite hacer cosas que normalmente tendrían consecuencias muy desagradables. De todas formas, tengo unos 200ml en otra botella. Puedo usar esta reserva por si acaso necesito una desconexión de emergencia.

No es la primera vez que me encuentro con el malfuncionamiento de mis prostéticos. Hace algunos años tuve un problema con mi ojo izquierdo. Es un ojo procedente de material militar. Me lo dieron a cambio de un trabajo de rastreo de ciertos enemigos que necesitaba un traficante de células rejuvenecedoras. Fue casi un regalo, aunque no estaba en óptimas condiciones. Eso lo supe en un par de meses, cuando empezó a tener problemas de nitidez y sincronía. Entonces tenía una buena amiga. Una artista ajustando y reparando prostéticos gastados. Cuando le comenté mis problemas me ofreció cambiarme el ojo por otro semi nuevo y a cambio, ella se quedaría con el que no funcionaba bien. Era muy inteligente. Sabía que el ojo reparado se podría vender por mucho cryto dinero o por favores muy especiales. Cuando le dije no, siguió intentando convencerme. Me contó que había desarrollado algo que le iba a hacer rica. Le llamó algo similar a U-cortx . Era un dispositivo que podían llevar dos o más personas. Su función era interconectar sus cortezas cerebrales de forma que las personalidades se mezclaban dentro de sí mismas de formas muy creativas. Ella pensaba que este invento podría producir placeres que nunca pude imaginar que existieran. Pero también era una herramienta muy peligrosa. Confieso que me costó mucho negarme por segunda vez y más con lo que me ofreció después. Prefiero no decir lo que me ofreció. Todavía no sé cómo pude decir no. Pero mi ojo no estaba en venta, sólo necesitaba reparación especializada. A mi amiga no le quedó más que aceptar mi negativa, pero mi rechazo le dolió profundamente.

Ahora, que sé bastante más que entonces, quizás hubiera aceptado. Ya no hay vuelta atrás. Todavía me remuerde la conciencia. ¿Qué fue de mi amiga? No lo sé. Me contaron que se fusionó con un magnate de una corporación a cambio de algo que desconozco. No supe más de ella. Bueno, esto no es verdad. Cada cierto tiempo recibo un mensaje vacío desde su unidad de comunicación. Debe haber quedado activa en algún lugar y nadie la ha descubierto todavía. Pero ¿Por qué a mi? Quizás un día investigue con tranquilidad este misterioso mensaje. Mañana iré a ver a un experto y negociaré la reparación de mi codo, lo mejor que pueda.

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