Recopilación SiriusxSeverus

El chico al pie del árbol

Cada año se celebraba la reunión de cortejo de los hijos de nobles, la cual consistía en que todos los niños de la nobleza mayores de 10 años y menores de 17 debían pasar conviviendo juntos todo un día en el jardín de la mansión de los Kalir, una poderosa familia que prestaba año tras año su vivienda para tal actividad.

— Esto es tan aburrido— se quejó un pequeño niño de ojos azules con su amigo.

— Sirius es una tradición no podemos faltar— le explicó el pequeño Remus.

— Me pueden haber obligado a venir pero no me pidas que conviva con ese montón mocosos.

— Tal vez aquí este tu futuro esposo o tu futura esposa, escuche que hay unos cuantos chicos fértiles disponibles— explicaba seriamente el castaño.

— Que asco Rems, hablas como un viejo ¿Matrimonio? Eso está muy lejano— el ojiazul puso cara de máximo horror.

— Pues nuestros padres no piensan así ¿Para qué crees que es está actividad?

— Pues tu ve a "cortejar" yo por mi parte me iré a esconder de todo este espectáculo en aquel árbol— el ojiazul señaló un hermoso y gran árbol en una de las esquinas del gran jardín.

— Haz lo que quieras— acepto resignado el ojidorado.

Sirius rápidamente antes de que llegaran más niños de los que ya había, se escabulló y trepo al árbol quedando oculto entre las hojas de este, se acomodó bien entre unas ramas y se quedo dormido.

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Sirius despertó unas cuantas horas después y se estiro pero al hacerlo casi cae del árbol y provoco que una rama vieja cayera de este.

— Auch— escuchó quejarse a alguien, rápidamente bajo su mirada y se encontró a un niño leyendo un gran libro apoyado sobre el árbol.

— Lo siento— se disculpó el ojiazul observando al niño de ojos y cabello negro oscuro.

— ¿Qué haces ahí arriba?— preguntó el niño ojinegro curioso— ¿No deberías estar con los demás?

— No quiero estar con ellos— respondió Sirius frunciendo el seño— además ¿Tú de qué hablas? ¿No deberías estar con los demás también?

— Claro que no, yo solo estoy aquí por si el hijo del señor Malfoy ocupa algo— explicó el niño acomodándose de nuevo para seguir leyendo.

Sirius hasta ese momento notó que el otro vestía de forma humilde y por lo que dijo era el sirviente de alguna casa.

Luego de eso guardaron silencio por horas hasta que el ojiazul se aburrió.

— Hey— llamó pero el niño ojinegro no le prestó atención— HEY— siguió igual— HEY TU— al final hartó le arrojó una rama pequeña a la cabeza.

— ¿Pero qué diablos...?— el ojinegro lo observó muy feo— ¿Qué se le ofrece?

— Me aburro.

— ¿Y qué quiere que yo haga?

El ojiazul se encogió de hombros.

— ¿Qué lees?— preguntó.

— "Mil primaveras de silencio"— contesto el niño mostrando la portada del libro.

— Aburrido— fue todo lo que opinó Sirius antes de volver a acomodarse y dormir.

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Sirius fue despertado por algo que chocó contra su cabeza.