CAPÍTULO 45: CONFLICTO DE INTERESES

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Perspectiva: Agis.

Mirusmari, Mercurak 30 de September del 1575.

- Ilustre Señor Jardiel, nuestra Líder Espiritual, Ania II, desea hablar con usted en sus aposentos.

Una monja ingresa a mi habitación, y me dice estas palabras con educación, poco después de que el Ilusionista termina de aplicar los hechizos para eliminar las líneas negras de todo mi cuerpo. Hace unas cuantas horas sufrí mi ataque de dolor matutino, conseguí soportarlo con mucho esfuerzo, luego, decidí levantarme de la cama, bañarme y desayunar; posteriormente, tenía pensado regresar un momento a la mansión para hablar con mis chicas, y calmar a Leta, quien seguramente debe estar histérica; sin embargo, me percaté de que pronto terminarían los hechizos de la noche anterior, por lo que solicité nuevamente la ayuda de un ilusionista.

- ¿Su Excelencia Ania II? – lo digo con asombro

- Exactamente, Su Excelencia Ania II desea hablar con el Ilustre Señor Jardiel cuanto antes. – la monja habla con cortesía.

- Entiendo, iré de inmediato. – recupero la compostura y respondo con amabilidad.

- Entonces permítame guiarlo hasta los aposentos de Su Excelencia Ania II. – realiza una pequeña reverencia.

- Muchas gracias. – lo digo con cortesía.

- Por aquí, por favor. – habla con elegancia.

Debo decir que la llegada de esta monja, es demasiado oportuna, justo me disponía a salir; estoy empezando a creer que me están vigilando, o probablemente, previeron que este sería el momento adecuado. La monja me guía por los lujosos y elegantes pasillos de la catedral, hasta una puerta de madera bellamente tallada con patrones de flores y raíces; luego de ingresar previamente y anunciar mi llegada, se me permite entrar.

- Es todo un honor conocer a Su Excelencia Ania II. – lo digo con respeto mientras realizo una reverencia.

- Oh, es un placer conocer al Ilustre Señor Jardiel, por favor, siéntese; – lo dice con amabilidad – hija, puedes marcharte. – le habla a la monja.

- Con permiso, Su Excelencia, Ilustre Señor. – la monja se despide de nosotros con una reverencia, y se marcha rápidamente.

La Líder Espiritual de la Iglesia de la Diosa de la Luna, Fenicia, Ania II, es una mujer bastante entrada en años, diría que tiene más de 100, pues se notan varias arrugas en su rostro; no obstante, todavía se ve bastante bella, asemejando la apariencia de esas famosas estrellas de cine bien conservadas. Hablando de su aspecto en cuestión, es de ojos verdes, cabello largo y liso de color plateado, de piel blanca, y con un lunar en la comisura del parpado, dándole un toque sensual; adicionalmente, viste un hábito plateado con hermosos adornos y bordes dorados. En lo concerniente a su figura, puedo decir que se encuentra en el promedio, con un físico similar al de Marselia, aunque menos atlética, y con la obvia diferencia de que la elfa se mantiene bien gracias a su Juventud Eterna.

- Su Excelencia Ania II, ¿Sobre qué quiere discutir conmigo? – lo digo en tono amable mientras me siento sobre un cómodo sillón.

- Puedes llamarme Ania, ¿Se le antoja un poco de Qawe? – me ofrece una taza de café con una sonrisa.

- No gracias... – niego con la cabeza – la señorita Ania también puede llamarme Agis.

- Solo Ania, Agis. – sonríe una vez más.

- Si, Ania... – lo digo con un poco de timidez.

El hecho de que nos llamemos por el nombre, no significa nada, sin embargo, la voz y el comportamiento de Ania, se asemejan al de una amorosa madre, me recuerdan mucho a Juno, por lo que me hace sentir muy extraño. Adicionalmente, no estoy hablando con cualquier persona, se trata de la Líder Espiritual de la Iglesia de la Diosa de la Luna, Fenicia, una de las organizaciones religiosas más grandes del mundo; muy pocas personas tienen la fortuna de reunirse con Ania II en privado, y charlar de esta manera.

ALFA: UN MUNDO MÁGICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora