La nota.

1.3K 149 43
                                    

La mañana siguiente transcurrió con normalidad en la fundación. Sakura solo tenía que ir a firmar unas formas de salida para el Hokage, revisar algunos pacientes que se encontraban un poco delicados y podría irse a casa a preparar la comida para ella y su hija, ya que Sasuke estaría fuera hasta tarde. 

La mayor parte del tiempo Sakura no sabía qué hacía Sasuke en su tiempo de misiones, pero la tenía sin cuidado. El era una persona que disfrutaba de su soledad.

Sakura camino calle abajo mirando a su alrededor aquellas tiendas, los aparadores llenos de cosas que cuando era niña no hubiese ni imaginado. Se detuvo casi en seco cuando en uno de los aparadores vio un vestido de tela delicada en color rojo con la cintura entallada y largas mangas que terminaban bajo los brazos plastificados de aquel maniquí. En seguida de verlo pensó en su aniversario con Sasuke, el cual estaba cerca y aunque no haría una celebración como la del hokage (sabía qué Sasuke no la disfrutaría) quería que fuese significativo.

Pronto se encontró jugando con la idea de una cena a la luz de las velas y siguió caminando, nunca había hecho una celebración como tal, solo salían a pasear. Algunas veces no se podían ver en esa fecha, pero esta vez Sasuke permanecería en la aldea hasta Invierno así que le daría tiempo. Con esa idea en la cabeza siguió su camino.

Caminó por el pequeño jardín hasta la puerta principal, rechinando ésta al abrirla y bajo sus pies sintió un crujir que llamó su atención. Su mirada un poco cegada por la penetrante luz del sol bajó a la altura de sus pies ahora descalzos, encontrando un trozo de papel ya bastante gastado y con algunos cortes en las esquinas, sobre él un llamativo corazón mal dibujado, con la tinta un tanto borrada. Sus mejillas comenzaron a tomar un tono rosado al pensar que quizá sería una nota de su amado, la tomó entre sus manos y rápidamente fue a sentarse en el comedor de la cocina, pareciendo una pequeña niña a punto de abrir su regalo de navidad.


"10 de septiembre Esta mañana desperté junto a ti y fue lo más bello que he visto, quisiera despertar así todas las mañanas, con tu aroma en todo el ambiente. Gracias por la noche de ayer. Aunque sean pocos nuestros encuentros siempre los disfruto mucho. Que tengas un buen día y no olvides que siempre estás en mis pensamientos"


Tan pronto comenzó a leer notó que no se trataba de la letra de Sasuke.  Un sudor frío detrás de su nuca y a lo largo de su espalda se hizo presente, comenzando a formular teoría tras teoría en su cabeza. 

Cuando de pronto el estruendo de la puerta principal cerrándose se hizo presente, lo que la hizo saltar ligeramente en su asiento y rápidamente esconder la nota en su viejo suéter.

Su mirada se dirigió con recelo hacia esta dirección y se encontró con la figura de su esposo cargando algunas bolsas mientras mostraba una pequeña mueca de cansancio. Este notó su presencia y de inmediato le lanzó una pequeña sonrisa. —¡Oh estás aquí!— era hasta un poco extraño verlo con tal entusiasmo. Las palabras no pudieron surgir de Sakura, pues la nota de hace un momento seguía dando vueltas por su cabeza. Se limitó a mirar a Sasuke intentando formar una sonrisa en su rostro. —Qué bueno que te encuentro aquí, pensé que estarías en el trabajo. Te tengo una sorpresa— continuo su esposo con calidez, prosiguiendo a dejar las bolsas sobre la mesa y sacar el contenido de una de ellas. Sakura continuó expectante a sus acciones, y muy pronto él puso frente a sus ojos una pequeña consola portátil en colores brillantes. —No pude evitar notar que ayer Sarada estaba muy emocionada usando uno de estos con sus amigos, me pareció un buen detalle para ella— Al decir esto su mirada se iluminó, nunca sabía qué regalos hacerle a su hija pero estaba seguro que éste le gustaría.Sakura lo tomo con torpeza y lo puso frente a ella, observándolo a detalle.


—Y eso no es todo...— prosiguió poniéndola de pie. —Ci-cierra los ojos—dijo mientras la miraba, Sakura lo miro un momento con desaprobación y en seguida atendió a su petición. Sasuke se acercó a otra de las bolsas y del interior desplegó un hermoso vestido en tonos rojizos y lo puso frente a Sakura.—Ya puedes abrirlos— mencionó Sasuke sosteniendo el vestido. Al abrir los ojos estos se le inundaron en lágrimas notando de inmediato que era el vestido que tanto le había gustado en el aquel aparador, Sakura se volteó rápidamente dándole la espalda a Sasuke tan pronto como rompió en llanto.<me ama> —¿Que pasa?— dijo Sasuke confundido. —¿No te gusto?—ahora observó el vestido en su mano, acercándose a Sakura y acariciando su hombro. —Lo compré por qué quiero que lo uses en nuestro aniversario, se me ocurre que ese día podemos hacer algo especial... podemos salir a cenar o por qué no, aquí mismo— sonrío levemente.Este detalle la hizo soltar unas cuantas lágrimas más. —No es eso... es solo que me pone muy feliz que estés aquí y que recordaras la fecha— dijo secándose las lágrimas con la manga del suéter un poco rota. —Estoy segura que a Sarada le encantará su regalo. Gracias— Esta vez lo miro con agradecimiento y lo abrazo fuerte, oliendo el aroma de su cabello.


Aquella nota puede esperar.


...


Esa misma noche se preparaba para dormir, mientras miraba de reojo a Sasuke sobre la cama, encontrándolo completamente dormido. 

Se dirigió al baño de su habitación, colocando una bata sobre sus hombros y sacando la nota que habia encontrado por la mañana. La repasó con rapidez, sintiendo un poco de ansiedad aún por lo extraña que le resultaba.

Era una mujer con un carácter fuerte, pero jamás había tenido las agallas para reclamar nada a su esposo, el hecho de amarlo tanto no le permitía ver cuando éste le fallaba en algo. Además, ¿qué tal si ella sólo estaba sobre pensando las cosas? ¿Qué tal si él la escribió planeando entregársela en algún punto? De inmediato recordó los actos tan significativos de Sasuke, las atenciones que él tenía con su hija y... la hermosa sensación que ella tuvo al ver aquel vestido. No se trataba solo del vestido, si no, de la intención con la que este fue regalado. 


Definitivamente un hombre así no era capaz de defraudarla.

ՏϴᏞᎪᎷᎬΝͲᎬ ᎪᎷᏆᏀϴՏ - narusasu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora