Draco Malfoy
Otro jodido año en Hogwarts, realmente estaba cansado de toda esta esta estúpida rutina que llevaba a cabo anualmente, quería algo nuevo, a alguien nuevo.
— Joder Zabini quítate — dije en un tono fuerte mientras empujaba hacia un lado a Blaise, el cual me intentaba abrazar cariñosamente, y arreglaba mi traje pasando sus manos sobre el mismo.
— Sólo quería darte un abrazo. Te he extrañado, joder — Dijo, y rió levemente mientras nos dirigíamos a la cabina de Slytherin en el tren. Después de dar unos cuantos pasos llegamos a una puerta la cual tenía el emblema de mi casa tallado orgullosamente en la puerta de caoba, Zabini la empujó ruidosamente causando un estruendo que sobresaltó a los que yacían dentro de ella.
— Miren a quien tenemos aquí — Dijo Adrián Pucey mientras se acercaba hacia mí y me ofrecía un vaso con, al parecer, Hidromiel — ¿Gusta señor Malfoy? — soltó con gracia; a lo cual yo solo rodé los ojos y agarré el vaso tomando su contenido.
— ¿Qué, ahora te has convertido en mi elfo personal o algo así? — Exclamé mientras dejaba el vaso vacío sobre una mesa.
— Que te den Malfoy, intento ser amable y así me lo agradeces — Su voz logró sobresalir entre las risas de los demás, y yo solo alcé las cejas con gracia como respuesta a su exagerada reacción
— ¿No es demasiado temprano como para embriagarse? — Dijo Pansy mientras me miraba y se acercaba hacia mí para saludarme con un beso en la mejilla y segundos después volviendo a su asiento, retomando su lectura de un libro muggle de romance.
— Sí, claro, pero bien que la señorita refinada se tomó más de dos vasos de whisky fuego hace unos momentos— contó Theodore mirando con gracia a Parkinson.
— Era eso o cortarme las malditas orejas para dejar de escuchar tus bromas de mierda — Dijo Pansy contraatacando.
— ¿Pueden parar con sus juegos?, tengo algo muy importante que contar— Llegó Goyle con Crabbe tras de él, intentado hacerse escuchar ya que su voz estaba agitada y su pecho subía y bajaba
— ¿Qué pasó Goyle, estabas luchando por el último panecillo de calabaza en el buffet? — Soltó sin más Millicent; y unos segundos después hizo una cara de preocupación exagerada — Joder, no me digas te la lograron quitar, siento tanto tu perdida — Terminó de decir y se sentó apoyando su hombro en el de Zabini, el cual segundos antes había tomado asiento.
— Muy graciosa, Bulstrode — expresó Goyle con enojo y un toque de sarcasmo en su voz apuntando uno de sus dedos a ella — Pero no, fui el último en subir al tren, pensé que casi me lo perdería, aunque ese no es el tema — se apoyó sobre los bordes de la puerta recostando uno de sus hombros en ella.
— Después de dejar mis cosas y subir, un grupo de el ministerio de magia llegó con una chica, al parecer, con una capa negra mucho más grande de lo que solemos utilizar en clases y con la capucha puesta, no logré ver su rostro, pero me parece absolutamente raro que una simple chica tenga un grupo de guardaespaldas tras ella, y no simples guardaespaldas, un tipo atrás mío dijo que eran aurores — Contó Goyle y se sentó en nuestra mesa a tomar agua de una botella.
— ¿Y cómo le viste la cara si tenía la capucha puesta? ¿Cómo sabes que es una ''ella'' y no un ''él''? — Comentó Theodore con una chispa de curiosidad en su voz.
— Oh, eso, su cabello sobresalía de la capucha, lo tenía exageradamente rizado y dos mechones blancos sobresalían. Pero saben; ese no es el punto, el punto es ¿Por qué carajos tenía casi una brigada completa de aurores cuidando de ella?
Escuché a Goyle con interés jugando con los anillos de mi mano. Después de mucho tiempo, por fin soltaba algo interesante de su boca y no sólo insultos idiotas o quejidos hambrientos. — Por fin sirves para algo Gregory, ¿no viste algo más? no sé, ¿algo como alguna insignia en la capa o en la ropa?— Dije llamándolo por su nombre.
— Cuando Goyle estaba apunto de contestar mis dudas, un auror abrió la puerta siendo mucho más brusco que Zabini anteriormente y diciendo en voz alta — Necesitamos que todos ustedes regresen a sus respectivos sitios — ordenó a todos los Slytherin de ese vagón incluido mi grupo, y al ver que no muchos acataron su orden, soltó con un tono más fuerte — ¡Ahora! — Y le dio un leve golpe a una mesa al lado de él
La mayoría en el vagón se sentó rápidamente y a continuación pasaron dos aurores más, y tras ellos, dos más con la chica en medio de ellos, sujetándola suavemente de los hombros y dirigiéndola por el pasadizo del vagón para llevarla a el final de él. Cabe recalcar que también iban dos aurores más detrás de ella, y un último que cerró la puerta después de entrar a nuestro vagón.
Absolutamente todos se quedaron en silencio mientras ella caminaba frente a nuestros rostros con todas las miradas puestas en sí, nadie esperaba ver nada de ella, incluido yo, pero repentinamente volteó hacia mí haciéndome probar una pequeña gota de sus ojos grises bajo la capucha, solo eso fue suficiente para causar que toda mi piel se erizara y tuviera más intriga sobre aquella extraña chica..
Al llegar al final de el pasillo, ella y sus aurores salieron del vagón cerrando la puerta y dejándonos a todos con demasiadas dudas.
Zabini cortó el silencio sepulcral, observé como una pequeña y sigilosa sonrisa se formaba en sus labios y suspiró — Wow... ¿Quién carajos es ella y por qué se ve tan bien bajo una capa mucho más grande que las de Crabbe y Goyle juntas? — Dijo él sorprendido.
Y Blaise tenía la completa razón, se veía genial con la capa, a pesar de que era gigante para su cuerpo, cada paso que daba, lo daba con absoluta firmeza y elegancia a pesar de estar debajo de una jodida capa, sus caderas se marcaban levemente bajo la túnica con cada movimiento que daba, al igual que sus pechos, lo cual la hacía ver mucho mas misteriosa y antojable que todas las chicas de Hogwarts sin excepción, y eso es que todavía no habíamos visto su rostro.
— Joder sí que tiene presencia, y mucha — comentó Millicente cruzándose de brazos y reclinándose en el respaldo de su asiento.
— Okey, todos ustedes tienen que cerrar la boca y dejar mojar el piso con saliva; hasta tú, Draco — Dijo Pansy y negó con gracia — Sólo es una chica, relajen sus hormonas, actúan como si ella fuera un trozo de carne. ¿No les alcanza con masturbarse cada mañana? Ya veo que la abstinencia sexual es mucha para ustedes —
La mayoría rieron, pero yo quedé completamente sumido en mis pensamientos, los cuales sólo apuntaban a ella, eran demasiadas preguntas y ninguna jodida respuesta. Sólo quería llegar a Hogwarts y esperar que alguien nos diera alguna respuesta sobre aquella misteriosa chica.
Todo el camino restante del viaje nos la pasamos hablando, bromeando, y creando grandes teorías sobre quien era ella y por qué estaba acompañada de esa forma tan misteriosa, era casi como si quisieran que nadie se enterara de que ella estaba ahí, pero su método falló y fue todo lo contrario. No fueron nada discretos y en realidad su grandiosa visita al vagón nos causó una gran curiosidad.
Después de unos 30 minutos aproximadamente llegamos a Hogwarts e hicimos todo el tedioso proceso de llegada al castillo, lo que en realidad me emocionaba era la cena, con suerte Dumbledore nos podría dar alguna respuesta o pista sobre ella, o simplemente presentárnosla.