➪ Capítulo trece

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THE FORBIDDEN FOREST
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Las cosas no podían haber salido peor.

Filch los llevó al despacho de la profesora McGonagall, en el primer piso, donde se sentaron a esperar; sin decir una palabra. Hermione temblaba. Excusas, disculpas y locas historias cruzaban la mente de Harry, cada una más débil que la otra. Alhena sólo podía pensar en Norberto y en lo idiotas que habían sido al olvidarse de la capa invisible en la torre. Estaban atrapados. ¿Cómo podían haber sido tan estúpidos para olvidar la capa? No había razón en el mundo para que la profesora McGonagall aceptara que habían estado vagando durante la noche, para no mencionar la torre más alta de Astronomía, que estaba prohibida, salvo para las clases. Si añadía a todo eso Norberto y la capa invisible, ya podían empezar a hacer las maletas.

¿Alhena pensaba que las cosas no podían estar peor? Estaba equivocada. Cuando la profesora McGonagall apareció, llevaba a Neville.

—¡Harry! —estalló Neville en cuanto los vio—. Estaba tratando de encontrarte para prevenirte, oí que Malfoy decía que iba a atraparte, dijo que tenías un drag...

Harry negó violentamente con la cabeza, para que Neville no hablara más, pero la profesora McGonagall lo vio. Lo miro como si echara fuego igual que Norberto y se irguió, amenazadora, sobre los cuatro.

—Nunca lo habría creído de ninguno de vosotros. El señor Filch dice que estabais en la torre de Astronomía. Es la una de la mañana. Quiero una explicación.

Pero nadie dijo nada. Ésa fue la primera vez que Hermione no pudo contestar a una pregunta de un profesor.

—Creo que tengo una idea de lo que sucedió —dijo la profesora McGonagall—. No hace falta ser un genio para descubrirlo. Te inventaste una historia sobre un dragón para que Draco Malfoy saliera de la cama y se metiera en líos. Te he atrapado. Supongo que te habrá parecido divertido que Longbottom oyera la historia y también la creyera, ¿no?

Harry captó la mirada de Neville y trató de decirle, sin palabras, que aquello no era verdad, porque Neville parecía asombrado y herido.
Alhena no quería que Neville se sintiera de esa forma, la rubia sabía lo que debía de haberle costado buscarlos en la oscuridad, para prevenirlos.

—Estoy disgustada —dijo la profesora McGonagall—. Cinco alumnos fuera de la cama en una noche. ¡Nunca he oído una cosa así! Tú, Hermione Granger, pensé que tenías sentido común. Alhena Alcott, esperaba más de ti. Y tú, Harry Potter... Creía que Gryffindor significaba más para ti. Los cuatro sufriréis castigos... Sí, tú también, Longbottom, nada te da derecho a dar vueltas por el colegio durante la noche, en especial en estos días: es muy peligroso y se os descontarán cincuenta puntos de Gryffindor.

ALHENA ALCOTT Y LA PIEDRA FILOSOFAL [1] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora