Capitulo 22

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Dos días habían pasado desde que Zayn había muerto, para mí todo esto era un calvario, ser la esclava de Anwar, me sentía tan humillada, pero no me atrevía a rendir, pues había tres personas que me mantenían viva. Hoy en la ceremonia de coronación, donde todo el poder pasaría a él. Estaba arreglando el palacio para esto, trajeron un cuadro grande de Anwar remplazando el de Yasser y su familia.

— Lauren—gritaron a mis espaldas, gire mi cabeza y era Anwar, lo mire con odio, con fastidio.

— Dime—conteste fría.

— Así le contestas a el próximo Rey—regaño

— Nunca lo serás—me levante y le escaupil en la cara, este quedo indignado y sus facciones se endurecieron. Limpio su cara y me agarro del cabello.

— Me arte de ti estúpida occidental—grito.

— Mátame entonces así como hiciste con Zayn—conteste.

— Te torturare primero, ya veras, nunca pero nunca te atrevas a desafiarme.

Tiro de mi cabello y empezamos a caminar, mientras este aseguraba más su agarre, por todas las alas del palacio pasamos, hasta llegar al patio delantero. Tiro una vez más de mi cabello y me lanzo contra el piso hirviendo que hizo contacto con mi piel provocando un ardor de los demonios. El patio estaba lleno de personas, de las cuales algunas tenían camisetas donde aparecía el, todo era tan tétrico, esas personas estaban ciegas.

— Todos ahora pendenciaran lo que vive una alssariqa—comunico y al gente grito más fuerte, ahora sí, definitivamente estaba jodida.

Unos guardias me levantaron del piso, me ataron las manos, dejaron unos centímetros de espacio para que se vieran mis muñecas, buscaron una mesa con una silla e hicieron que me sentara ahí en la mitad del sol, que quemaba mi piel sin alguna piedad.

Anwar se paró en la mitad, del patio mientras repartía abrazos y daba saludos con sus manos, luego dejo todo es atrás, pidió silencio y aclaro su garganta.

— todos saben que el rey Yasser era justo y su primogénito Zayn no, pues apoyo a su esposa en el robo de la corona, el castigo es el corte de una manos, hay que ser justos, no se trata de cualquier cosa, se habla de una corona que trata del año 1902, se le cortara las manos a acusada en el atardecer, mientras tanto pasara el calor del medio día aquí bajo vigilancia, pues es una experta en escaparse—informo Anwar.

Un nudo se hizo en mi estómago, y unas picadas atacaron mi cabeza. Me cortarían las manos, sin anestesia a lo seco, mi cuerpo se estremeció, todo mi ser brinco del susto, estaba más que jodida. Las personas me señalaban y murmuraban cosas, algunos me tiraba tomates, otros me tiraban pequeñas piedras. Disfrutaban, mientras yo me revolcaba en mi sufrimiento.

Mi boca estaba seca, y mis labios partidos, el sudor corría por todo mi cuerpo, empapando mi cabello y ropa, tenía sed, y si iba estar aquí por lo menos agua me tendrían que dar.

— Anwar—grite.

— ¿Qué quieres alssariqa?—pregunto mientras caminaba hacia mí.

— Tengo sed, dame agua—exigí.

— ¿Por qué habría de darte?—cuestiono.

— solo dame el agua, es lo único que te pediré, ni si quiera te he rogado porque no me cortes las manos—gruñí molesta.

— Pues suena bien—acaricio su barbilla y me brindo una sonrisa socarrona.

— Deja de hablar y dame el agua—grite.

El regreso del Príncipe Árabe [Z.M.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora