CAPÍTULO 15

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Alba empezó a hervir de la furia que la recorría por lo que sus ojos le estaban mostrando,a la mujer que más odiaba en el mundo con el hombre que tendría que ser de ella y solo para ella,aunque fuese su sobrino, tendría que ser ella la que estuviera entre los brazos de Esteban,y no esa.

Victoria  pensó en dos opciones rápidamente, podría parar a César y exigirle que subieran,donde nadie los pudiera ver,ya que por el momento estaba la primera mirona,y la segunda opción era demostrarle a esa mujer lo que nunca podría tener,porque aunque Yacky siempre le cayó bien,esa que la miraba como si quisiera atravesarla, no era ella,era la malvada bruja de La Madrastra.

Gimió un poco mas fuerte cuando sintió a César apresar sus nalgas y subirlas,estaba en puntitas ya,casi sin tocar el piso,porque César ya la estaba manoseando a su antojo,restregandola contra él.

Volvió a pensar en las opciones y su vena malvada escogió la segunda,por supuesto, así que la puso en acción.

-Mmm... La tienes tan dura,¿Es por mi,mi amor?- preguntó besando el cuello de César y enfrentando la mirada de Alba al otro lado.

-Siempre está así por ti,se me pone tiesa cada que pienso en ti,que te tengo cerca.

Victoria se sonrojo,porque aunque era cierto que había provocado una respuesta así para enfurecer mas a Alba,las palabras tan crudas de César la ponían a mil y la hacían olvidar todo a su alrededor.

-Que desfachatez,por Dios,Esteban,¿Es que así te tiene embrujado esta mujer como para que ya no respetes nuestra casa,ni a los que vivimos en ella?-Preguntó Alba,saliendo de su escondite ardiendo en cólera,sin poder soportar un poco más lo que estaba pasando con esos dos.

Ambos se detuvieron, César paralizado y un poco avergonzado, bromeó con Victoria de que los pudieran cachar,pero no se le ocurrió que podría pasar de verdad,y ahora no sabía que decir.

-Yo...nosotros solo nos estábamos dando un pequeño beso.

-No era un solo beso,los vi perfectamente,como si fuesen unos adolescentes,no tienen moral y tú María,no eres mas que una perdida.

-¡Ay,por Dios!que exagerada eres,Alba, además eso te pasa por metida,es que en serio, Alba, siempre estas donde nunca te llaman,interrumpiendo todo.

Alba atónita, volteó sus ojos a su sobrino,apretando sus labios al ver como este hacía un intento por no reir.

-¿Vas a dejar que esa mujer me hable asi?

-Mira,yo creo que no tiene sentido iniciar una discusión por esto...

-Es cierto,Alba, además este es un asunto que debemos resolver solo Esteban y yo,y el asunto es grande y largo.-Dijo Victoria teatralmente las últimas palabras con un poco de malicia, que logró su objetivo en Alba.

Ambas mujeres se retaron con la mirada y Alba bajó la mirada a la entrepierna de César,sintiendo como se encendían sus mejillas al ver lo tenso que tenía los pantalones,Victoria al ver su expresión, dirigió su mirada al mismo punto, soltando una risita al comprender el gesto de sorpresa de la otra mujer.Sintiendo de repente una ola de orgullo por que sus besos y caricias provocaban en su hombre,porque era suyo y ya iba siendo hora de que todos lo supieran.

César por su parte,al sentir la mirada de las dos mujeres a su miembro izado orgulloso, ambas mirándolo sin ninguna vergüenza,se cubrió con sus manos,como si así pudiera restarle importancia.

-Bueno ya,¿No que todas unas señoras?acaso van por la calle mirando las entrepiernas de los hombres,¿o que?

Alba quitó la mirada, un poco acalorada y Victoria se acercó de nuevo a César,para besarlo suavemente en los labios.

TÓMAME COMO AL TEKILADonde viven las historias. Descúbrelo ahora