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Jennie

Ya habían pasado días desde la última vez que vi a Rosie, de hecho hoy era el día de la boda de Alice. Me alisté y atendí a la ceremonia, Rosé evitaba mi mirada y mi presencia, ¿es que acaso he hecho algo mal? No debí de haber dejado que pasaran más de tres días.

Alice se veía realmente hermosa, no tanto como su hermana...Pero parecido, Su-ji no se veía nervioso, sino más bien vivaz y lleno de energía, sonreí por el triunfo de ambos, por lo menos alguien sería feliz en aquella familia.

Llegó el momento de la recepción de la boda, es decir.... Gente tomando y abrazándose, mientras Jennie Kim estaba sola en un lugar lleno de desconocidos. Si en la cena aquella en donde bebimos tragos en el bar fue una total pesadilla, este momento era mil veces peor. Una habitación llena de gente que no conocía, mi esposa me evitaba y bailaba con sus amigas y con la tonta de Irene. Esto no podía ser peor.

Llegó un momento donde todo esto era prácticamente ridículo, estaba sentada sola en una mesa y todos los demás invitados bailaban, reían y gozaban. Me levanté de allí y me dirigí hacia el balcón para tomar un poco de aire. 

-Me parece que un trago te vendría bien.- Dijo alguien a mis espaldas.

Me giré.-Señor Park, no muchas gracias, ya he bebido muchos.- Dije con una mueca de necesitar un trago.

-Pero no de este, es especial.- Dijo con una sonrisa ladina. ¿Qué podría estar peor que emborracharme en una boda ajena? Asentí y el señor Park colocó dos vasos en el barandal del balcón, sirvió un pequeño trago de Château d'Yquem 1811 en ambos vasos. Esa maldita botella de licor alcanzaría para pagar todas y cada una de las deudas que teníamos.

-Me alegra que hablemos a solas, Kim.-Sonrió aún más el padre de Rosé ¿Qué está pasando?-No hemos tenido tiempo de conversar.- Dijo mientras azotaba mi vaso en la mesa y me lo entregaba.

-Sí, así es.- Dije ilusamente. -Felicitaciones, por Alice.- Mencioné mientras le daba un trago al licor, era realmente bueno.

-Es bueno.- Dije con una sonrisa.

-Sí, muy bueno.- Dijo asintiendo. -Estuve pensando Kim, y creo que es hora de que nos dejes encargarnos de todo ahora.- 

-¿De todo?- ¿Se refiere a Rosé como algo?

El hombre asintió.-De lo de Rosé.- Dijo susurrando.-Sé que no tenían seguro médico, porque ustedes viven de un cierto modo...Y sé que debes estar ahogándote en deudas.- Mientras lo decía, me mandaba por un recuerdo en donde la noche anterior había abierto todas y cada una de mis cuentas sin pagar, era demasiado dinero.

Bajé mi cabeza lentamente, el hombre me señaló.-Hey, también sé cómo salir de eso.- Me dijo con una sonrisa.-¿De qué?- 

-Di-vor-cio.- Dijo el hombre con una sonrisa.-Las cuentas recién comienzan Kim.-

Fruncí el ceño y apreté los puños.-Señor Park, creo que en la boda de su hija no es el momento para hablar de divorcios.- 

-Está bien, si no te importa perder tu negocio y parece que así es....¿Qué hay de Roseanne? ¿No habría que hacer lo que es mejor para ella?- Viejo hipócrita.

-Y usted de seguro sabe qué es lo mejor para ella, ¿no?- Dije levantando un poco la voz.

-De hecho sí lo sé.- Contestó el viejo con el mismo tono.

-Usted es tan hipócrita.- Dije, mientras el tipo abría los ojos con asombro.-¿Qué has dicho?-

-Si es tan buen hombre de familia, ¿por qué nunca trató de solucionar las cosas con Rosé?- El señor solo me miró, sin dejar su orgullo a un lado, ni siquiera por su hija.

The Vow (Chaennie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora