–A la mierda todo. –Dijo Charlotte sacándose el vestido negro y cambiándolo por una pollera negra y un top azul.
Estaba con Cameron y Dylan en su habitación.
Estas la miraron mientras se cambiaba. Se conocían desde siempre y no tenían pudor alguno.
–¿Por qué esa ropa? –Le pregunto Cameron.
–Estoy cabreada por James, así que necesito un trago. Ahora, ¿Quién viene conmigo?
Dylan se levanto y se saco su ropa y se puso un vestido largo, gris oscuro. Se parecía al negro que vestía anteriormente Charlotte. Cameron se puso un pantalón azul hielo y un top negro con flores blancas. Se calzaron zapatos y salieron.
Los padres de Charlotte eran médicos y a veces estaban de guardia. Garabateo una nota para ellos y se fueron.
Manejaron un largo rato. Estaba la fiesta de James, pero luego de la pelea no quería estar cerca de él.
Fueron a un club, conocido por su buena música.
Entraron y vieron que había bastante gente. Fueron a la barra enseguida, y se sentaron en los taburetes.
–¿Qué van a beber chicas? –Pregunto el barman.
Era un joven alto, apuesto, de cabello rubio encrespado y tiernos ojos marrones. Le sonrió cuando vio a Charlotte a los ojos. Tenía una insignia con su nombre: Alan.
–Un vaso de vodka para mí y las chicas. –Pidió la joven.
El barman, Alan, le hizo una mueca.
–Oye, chica. –Le dijo acercándose a ella. –Es muy fuerte para alguien tan linda como tú.
Charlotte se sonrojo, pero levemente.
–Está bien. ¿Qué me recomiendas? –Le pregunto con una sonrisa.
–Te recomiendo que comiences con ron y cola. Luego puedes ir al vodka.
Charlotte rio.
–No me gustan las mezclas, así que iré directamente al vodka por favor. Tres vasos. –Le dijo amistosamente. Le estaba cayendo bien.
–¿Tres vasos? Uno para ti, otro para tu amiga y ¿el tercero? –Pregunto. Charlotte miro a su derecha y Dylan no estaba. Cameron estaba buscándola con la mirada.
–Cam, olvídalo. Seguramente se irá con quien sea que encontró. Dame dos vasos entonces. –Le dijo a Alan.
El joven preparo las bebidas y les dio los vasos.
–Por cierto. –Se acerco hasta su oído. –Me llamo Alan.
Charlotte lo miro.
–Si este vodka esta bueno y fresco, aceptare darte un beso y mi nombre.
Alan la miro con una sonrisa picara y le beso la mejilla.
Charlotte bebió el contenido tranquilamente. Era un vaso grande, no un pequeño trago. Estaba espectacular.
Alan la miraba impaciente.
Charlotte se acerco un poco y Alan acorto la distancia. Se besaron, pero había algo raro en ese beso. No era el sabor a alcohol que adornaba la boca de la joven. No. Era el hecho de que no eran los labios que había besado unos días atrás. No eran los labios de Apolo.
Se sorprendió. ¿Desde cuándo le gustaban los besos de Apolo?
Siguió besando a Alan un rato, hasta que él se separo.
–¿Tu nombre? –Pregunto.
–Charlotte. –Le dijo.
–Bien Charlotte, me alegro que el vodka te haya gustado, pero si me disculpas, debo seguir trabajando.
Charlotte le sonrió y se dio vuelta. Cameron y Dylan no estaba por ningún lado. Su móvil sonó en su mano.
“LOTTIE, ENCONTRE A DYLAN. ESTABA PELEANDO. LA ECHARON. ME IRE CON ELLA. LO LAMENTO, LUEGO TE LLAMO Y TE EXPLICO TODO CON MAS DETALLE. LO SIENTO MUCHO”
Charlotte se dio vuelta y se sentó de nuevo en la barra. Llamo la atención de Alan.
–¿Sucede algo, Charlotte? –Le pregunto.
–Deja la botella de vodka y una de Coca-Cola para mí por favor.
Alan la miro con cara de pocos amigos.
–Chica, el vodka tiene mucho alcohol. ¿Estás segura?
–Para eso te pido la Coca, Alan.
A regañadientes, el joven le dejo la botella, pero le lanzaba miradas furtivas cada tanto.
Charlotte se bebió la mitad de la botella pero no se sentía mareada. O tal vez un poco. Lo suficientemente ebria como para llamar a Apolo.
Tomo la botella de Coca y salió del club. Fue hasta su auto, se monto y manejo.
Llamo a Apolo.
Contesto al segundo tono.
–¿Char? ¿Sucede algo? –Le pregunto preocupado.
–No, solo que me bebí media botella de vodka, estoy manejando y quería hablar contigo.
–¿Estas manejando ebria? –Sonaba molesto.
–Descuida, tengo experiencia. Lo tomo hace tanto que no me afecta.
–Char… Deberías colgar. ¿Dónde estás? Iré a buscarte, no es buena idea…
–Es la mejor idea que he tenido Apolo. Además no me quiero matar, tengo reflejos.
–¿Dónde estás?
–En la parte de los clubes de la ciudad.
–Mierda es lejos.
–Te voy a buscar.
–Charlotte. No te atrevas.
–Vamos Apolo, ¿tienes miedo? –Le dijo sonriente.
–No tengo miedo, pero estas loca.
–La loca te gusta desde primero.
–Así es, pero no se justifica. Char, vuelve a casa. No estás en condiciones.
–Volveré a casa, lo prometo.
–¿Te tomas una foto para que te crea?
–¿Prefieres con ropa o sin ropa? –Dijo divertida.
–Charlotte, no te atrevas. Envíamela con ropa. No querrás comprar tu silencio de nuevo.
Charlotte rio.
–Compraría todo tu silencio, por pasar una noche contigo durmiendo. Quiero recordarla.
–Char, vete a tu casa. Estas mal. Luego hablamos. No te olvides de la foto.
El joven colgó y Charlotte se fue a su casa, como se lo prometió a Apolo.
Se iba a sacar una foto acostada en la cama con su pijama, pero se lo pensó mejor y se saco la remera y se tapo el pecho con las sábanas.
Le escribió.
“HAZ LO QUE QUIERAS CON ESA FOTO. NO ME IMPORTA, DUERME BIEN APOLO”
Se puso su pijama de nuevo y se durmió.
Cameron la llamo, pero ella había silenciado el móvil.
ESTÁS LEYENDO
Despertando con un extraño.
Teen FictionCharlotte siempre supo lo que quiso. Era la chica fiestera del grupo. Siempre iba de fiesta en fiesta. Pero cuando Charlotte despierta en la cama de su compañero "nerd" de secundaria decide dejar un poco de lado los excesos. Sabiendo que eso podría...