Después de aquello, pasaban bastante tiempo de calidad juntos, en la escuela y en todos lados. Billy se había apuntado a un grupo para adictos a petición de Steve. El castaño lo estaba ayudando y él estaba progresando. Había cometido su cometido, estaba intentando salvarlo.
Todos los jueves debía ir a aquel grupo de apoyo, Billy lo aborrecía a veces, pero ver aquel orgullo en el rostro de Steve mejoraba todo. Porque sí, Steve se aseguraba que él asistiera a cada reunión.
¿Qué había hecho él en su vida pasada para merecer a alguien tan maravilloso como Steve?
Ese pensamiento rondaba en su cabeza mientras estaba en aquella silla, sentando, escuchando las palabras de un tipo y de como su vida iba mejorando gracias a la sobriedad. Todo el grupo de apoyo estaba lleno de gente mayor, Billy parecía ser el único joven.
-Hey, amigo, ¿te gustaría decir algo? -el presidente del grupo se dirigió a él.
El ojiazul se congeló por completo, él odiaba eso. No, no había manera que él se subiera a aquella tarima y dijera un discurso de mierda. No podía, se rehusaba a hacerlo, no sabría por donde empezar.
Se giró de inmediato a ver en dirección donde estaba Steve, quien se sentaba hasta el final, con Susan a su lado, órdenes de su padre que ella lo acompañara también para asegurarse de que en realidad si fuera al grupo de apoyo y no a drogarse por otro lado.
Steve le dio una mirada asesina y leyó entre sus labios: "Ve, pasa, di algo".
El rubio negó con la cabeza de inmediato y el presidente del grupo volvió a llamar su atención.
-Vamos, no tienes de qué avergonzarte. No estamos aquí para juzgarte hermano.
Billy quería golpearlo pero se limitó a fulminarle con la mirada.
-¿Dejarás de insistir si lo hago? -se puso de pie con valentía.
-Lo prometo -respondió divertido el hombre.
Billy camino hacia la tarima y se colocó en el centro de ella. Sintió la mirada de todos en él. Él no quería estar en esa posición, no le gustaba ser observado por todos. Sentía que lo desnudaban con la mirada, que podían ver a través de su alma y juzgarle por todo lo malo que había hecho, estaba empezando a entrar en pánico, pero de alguna forma, sus ojos lograron conectarse con los de Steve y aquello le relajó.
El castaño le estaba dando una de sus sonrisas más devotas, llena de esperanza y orgullo. Tragó saliva y suspiró.
-Hola, mi nombre es Billy Hargrove.
-Hola, Billy -dijeron so presentes al unisonido.
-Soy de California, vine aquí hace un mes. Hace dos meses tuve una sobredosis por lo cual mis padres me internaron en rehabilitación y ahora aquí estoy. Soy un adicto, he estado drogándome desde los trece. Tratar de convencerme a mí mismo de que no soy un adicto es tal vez una de las cosas más difíciles de todo este proceso -jugó con sus dedos mientras miraba al suelo tratando de evadir las miradas de todos- Pero al final del día lo mejor de todo es aceptar que tienes un problema, ser realista y tratar de encontrarle una solución, encontrar una salida de eso que te destruye. Ser adolescente y ser un adicto no es algo fácil, tienes que madurar más rápido de lo esperado, tienes que entender que tus padres no pueden salvarte de esa situación como en otras ocasiones, que nadie puede salvarte si no empiezas queriéndolo tú mismo, salir de aquel abismo tan oscuro que te ha arrastrado a todo aquello que te ha llevado a convertirte en lo que eres. Sé que ahora necesito encontrar una forma de llenar este gran hoyo vacío en mí -hizo una breve pausa y se encogió de hombros- Como sea, llevo tres semanas limpio, estoy yendo bien en clases, tengo a Steve que me enseña lo increíble que la vida puede ser estando sobrio, aún tengo a mi familia, Susan ha sido increíble, mi papá ha sido increíble también y quiero estar orgulloso de mí.
Terminó aquel estúpido discurso, escuchando a los demás aplaudir y se sentó, evitando la mirada de todos y así siguió lo que restaba de la reunión.
Dios, él estaba tan feliz que aquella reunión había acabado, esa había sido la mayor humillación pública que él había tenido, no sabía como se podía recuperar de aquello.
En la salida, se encontró con Steve y Susan. La mujer como era de esperarse, le abrazó fuerte y casi lloraba en su hombro, diciéndole una y otra vez lo feliz y orgulloso que estaba de él.
Billy profundamente estaba feliz de hacer sentir de aquella forma a Susan, él se preocupaba por ella, le quería y quería pagarle por todo aquel infierno que le había hecho pasar en California. Era tan afortunado de tener a una madrastra que le quisiera de esa forma, sabía que el cariño que la mujer pelirroja le tenía era sincero y real.
Por otro lado, Steve parecía tener una de las sonrisas más grandes que él le haya visto antes. Sus ojos brillaban de felicidad y la admiración con la que le miraba le hacía temblar.
-Deja de verme de esa manera, Steve -amenazó.
-Dios, eso que dijiste allí fue increíble, estoy tan orgulloso de ti, joder.
Se le tiró encima, le do un abrazo fuerte. Billy tenía una sonrisa de lado a lado, sostuvo a Steve como que si su vida dependiese de él y el ojiazul le temía a aquello.
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Let my baby stay (Harringrove)
FanfictionSo please don't take my love away Let my baby stay...