Four walls and a roof

California pt2

Ya es mediodía, hoy me levante temprano y empaquete todas las cosas que me faltaban, dejando dos maletas de ropa por si acaso. Estaba sentada en una tumbona que estaba en el jardín, hoy parecía un día triste. No había sol, era un día nublado, por mas que fuera mediodía parecía de noche pero no hacia calor ni frío. Así que cuando vi que el tiempo estaba así decidí echarme y mirar el cielo, me gustaba mirar las nubes como se movían sin preocupaciones y como algo tan tranquilo y relajante podía causar tormentas. Mañana seria mi último día aquí, hoy era sábado así que el domingo estaría aquí haciendo que el tiempo pasara. Mi padre vendría a recogerme el domingo a las seis de la tarde. De pronto siento gotas de agua caer del cielo y miro a las nubes mientras levanto mi mano deseando estar en otra vida, lo odiaba. Ya no me iba a compadecer de mi misma, tenía que relajarme y esconder mis sentimientos como siempre lo hago. Mi mano aun esta estirada y la lluvia se hizo mas fuerte, de pronto veo un paraguas encima mío y la lluvia no me moja. Extrañada bajo mi mano y miro por encima de mi cabeza.

-¿Que hace aquí agente Harrison?-digo mirando al agente que se esta mojando ya que el paraguas me esta tapando a mi.

-Sabes te podrías enfermar.-me dice, arrodillándose al costado de la silla de la que estaba recostada.-¿Entramos?

Me levanto y me dirijo hacia la puerta que esta conectada a la cocina. Le hago una seña de que se siente y le pido que me de un momento para cambiarme ya que estaba muy mojada, decido ponerme lo primero que veo que son unas vans y shorts negros y una camisa con volantes de azul oscuro. Busque una toalla pequeña para ponerme en el pelo y me dirigí hacia la cocina.

-Bueno, ¿a que se debe su visita?-le digo mientras me siento en una silla que estaba en una esquina de la mesa.

-Yo...b-bueno...-estaba muy nervioso, así que me prepare para lo peor. Suspiro y volvió hablar- Supongo que ya lo sabes, ehm bueno, lo del caso de tu madre. Digo...-no quería mirarme a los ojos, miraba a otro lado excepto a mi. Así que supuse lo que iba a decir.

-Vaya así que la dan por perdida, supongo que se veía venir- el me mira extrañado de las palabras que dije- que quieres que te diga, este es un pueblo muy pequeño con personas que tienen el cerebro de adorno. Si quieres que sea sincera me sorprende que al menos se hayan molestado en parecer interesantes y preocupados las dos primeras semanas.-lo dije con una voz tan fría y monótona que hasta yo me sorprendí-, si eso es todo le pido que se marche, tengo cosas que hacer ya que me tengo que ir dentro de unos días. Un placer haberle visto agente.

El me miraba con esa expresión de pena pidiéndome perdón de algo que el no tiene nada que ver, es un agente pero nada mas. El no puede ser ningún detective importante y encontrar las pistas así sin más. Esto es la vida real, aquí no hay príncipes ni finales felices. El me miro por ultima vez y se fue. La verdad es que lo echaría de menos, aunque nunca lo diré en voz alta, el es un buen tipo de esos que se preocupan de ti sin siquiera conocerte. Ya eran las dos de la tarde y seguía lloviendo. La verdad es que no me sorprende que dejen el caso, aveces pasaba. En este pueblo si quieres respuestas las buscas tu mismo ya que la policía por mas que lleven placa jamás harían su trabajo, típicos que molestan a la gente cuando se aburren y lo que mas le preocupa es poder tomar su maldito café por las mañanas. ¿Echaba de menos a mi madre? Claro que si, realmente no la odio aunque ella no este muy bien de la cabeza ella era una buena persona. Estoy sentada en el sofá cambiando de canal, pasando y pasando mientras me sumergía en mis pensamientos. Y de pronto recuerdo la vez en la que me pelee con Will, aún estábamos en la primaria y me recuerdo que no nos hablamos durante un tiempo ya que él creía que el juguete que tenía una niña le pertenecía porque él tenía uno así que había perdido. Yo le dije "estas de broma, eso no es tuyo. No seas infantil" y de ahí comenzamos a pelearnos, al final nunca supimos de quien era el juguete pero nos disculpamos el uno al otro. De pronto mis párpados me pesan y me quedo dormida.