La noche, quizá el momento más oculto. El momento más íntimo. Ese momento en el que podemos dar rienda suelta a todo aquello que siente nuestra mente, nuestro corazón, ese momento en el que nos encontramos a nosotros mismos enmedio de nuestro propio caos, pero seguimos sintiéndonos seguros. Seguros de expresar, seguros de sentir.