Seis ha vivido los últimos 30 años de su vida como una máquina que respira. Hoy, tras asistir a un concierto de Rock en el que su hijo es el guitarrista, despierta del letargo y se transforma en algo para lo que no tiene palabras. No hay retorno. Es todo y nada. Un salto al vacío con la certeza de que lo que le sucede es, también, un paso hacia otro mundo.