hola, hola, ojalá estés súper bien. principalmente tenía la idea de escribir esto en twitter, pero el límite de caracteres me limita y acá puedo expresarte todo lo que quiero, sin necesidad de recortar ni una pizca. algún día quiero poder decir que me he leído cada cosa que has escrito, desde la más extensa hasta la más corta, sin excepción. pero hasta que el bloqueo lector me lo permita, quiero que sepas que no tengo palabras para expresar lo maravillosa que eres, las historias que creas, los personajes tan reales, humanos, vivos y sobretodo, la capacidad de hacerte entrar a un mundo que no es tuyo, pero que se siente como tal. muchísimas gracias, por eso y mucho más. me quedo corta con esto, pero se suponía que mi propósito acá era mencionarte que, no sé como lo has conseguido, pero “el amor que detuvo todos los relojes” se siente exactamente igual a un regreso hasta “club de los paraguas rotos” de la forma más preciosa posible, como si la sensación de haberlos iniciado, de principio a fin, viéndolos crecer (y creciendo con ellos) estuviese encapsulada y volviera ahora, con fanny, delilah, salvador y zigler. con el mismo impacto, el mismo cariño, la misma emoción. no sé cómo explicarlo mejor, pero supongo que las mejores cosas se sienten así. espero, de corazón, tener la oportunidad de adquirirlos algún día, conservarlos conmigo en mi estantería. cerquita, presentes. cada que los extrañe, cada que los necesite, porque creo que no te haces una idea de la cantidad de amor y curación que puede poseer algo que has creado, convirtiéndose en un espacio cómodo, seguro, íntimo. para cualquiera que los conozca y esté dispuesto a quererles tantísimo como sé que muchísimas personas, incluyéndome, lo hacen. estaré infinitamente agradecida por ello, sinceramente. ojalá seas súper, súper feliz, ludmi. ojalá, también, sigas brindándole al mundo más de todo eso que tienes para ofrecer.
