Capítulo 6

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THIAGO

Llevaba un rato observándola. Ni ella ni Taylor se habían percatado aún de mi presencia. Una parte de mí hubiese deseado ser Taylor en ese mismo momento para poder abrazarla, para poder sentir su cuerpo junto al mío. La otra parte, mucho más fuerte y que se llevaba consigo cualquier tipo de pensamiento alentador, solo quería seguir odiándola. Odiándola como llevaba haciendo ya siete largos años.

Entonces ella me vio y supe, por cómo cambiaba su expresión, que no le gustaba la idea de tenerme allí, que se sentía violenta al estar abrazando a mi hermano sabiendo lo mucho que nos había hecho a los dos. ¿Acaso mi hermano había olvidado todo lo que ella y su familia habían causado a la nuestra? ¿Acaso no recordaba aquellos dos largos años en los que nuestra madre apenas podía levantarse de la cama? ¿Acaso había olvidado lo que habíamos perdido?

Volví a sentir aquel odio que llevaba años gestándose en mi interior y tuve que marcharme de aquella habitación para no perder los papeles allí mismo. Me fui directamente a la cocina para buscar algo que me calmase. Para ser chicos de instituto no se lo habían montado nada mal y agradecí que la cerveza fuera de la buena y no de garrafón. Mientras me bebía una apoyándome contra la encimera de la cocina, vi cómo varias chicas posaban sus ojos en mí. Una de ellas podría haber tenido perfectamente mi edad. Era alta y esbelta, y su pelo era tan rubio que parecía incluso blanco. Creía haberla visto antes. Si no me equivocaba, era una de las animadoras del equipo de baloncesto, lo que a la larga significaba que era amiga de Kam, lo que significaba que no quería tenerla cerca. Aunque no importó mucho lo que yo quisiese, porque se acercó en cuanto mi
mirada se posó en su rostro.

—Hola —dijo simplemente cuando la tuve delante. Sí, sin lugar a dudas era una de las animadoras—. Eres Thiago Di Bianco, ¿verdad? —me preguntó al ver que no le contestaba de inmediato.

—El mismo —le dije llevándome la botella de cerveza a la boca y dando un trago. No pareció importarle mi tono cortante, ya que siguió hablando como si nada.

—Soy la hija de Logan Church —me dijo. Eso sí que captó mi atención, puesto que Logan era nada más y nada menos que el dueño de la constructora donde empezaría a trabajar al día siguiente.

La evalué un momento intentando descifrar sus intenciones.

—Mi padre me ha dicho que empiezas la semana que viene y, bueno... He pensado que, ya que vas a pasar mucho tiempo con él, a lo mejor te interesa que te cuente las cosas que él valora en un trabajador —dijo con una sonrisa amigable. Tenía los dientes blancos, pero uno de sus colmillos estaba ligeramente torcido hacia atrás.

Me hubiese gustado pasar de ella, pero eso no iba a beneficiarme en ningún sentido, así que hice lo que habría hecho con cualquier chica que me tirase los tejos tan abiertamente.

Me acerqué hacia ella y la observé desde mi altura. Eso siempre ponía nerviosas a las chicas y también les gustaba, tal y como pude comprobar al ver que se humedecía los labios descaradamente.

—¿Cómo te llamas? —le pregunté dejando la cerveza en la encimera que había justo detrás de ella.

—Amanda —dijo en un susurro bajo.

Una sonrisa de suficiencia se dibujó en mis labios... La tenía tal y como quería: completamente embobada.

Entonces, justo cuando iba a inclinarme para besarla, una mano se posó en mi hombro echándome hacia atrás. Mis reflejos fueron tan rápidos que un segundo después tenía mi mano en torno al cuello de un chico... Un chico no mucho más bajo que yo y cuyos ojos no tenían nada que ver con los míos: Taylor.

—¿Qué demonios estás haciendo? —me preguntó en un susurro apartándome de su cuello la mano, que ya se había aflojado.

Por un momento me había quedado en blanco... ¿Qué demonios me estaba preguntando mi hermano? ¿Cómo que qué estaba haciendo? ¿Acaso no era obvio?

DÍMELO BAJITOWhere stories live. Discover now