Capítulo dos: una visita un tanto extraña...

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Una visita un tanto extraña


Jim buscó y rebuscó, sin resultado alguno. Bueno, encontró un par de gatitos debajo de la cama de Darwin. Los levantó con asco pero nada más verles la carita de pena que llevaban, los abrazó como si fuesen sus hijos.

— ¿Quiénes son los gatitos más bonitos del mundo enterito? Normal que me llevéis esa cara de pena, durmiendo debajo de Darwin, deberíais estar asfixiados.

Y en 5 minutos fabricó una camita de paja para cada uno y hasta decoradas con florecillas. Lo empalagoso que podía llegar a ser Jim me daba asco hasta a mí. Y lo baboso que se ponía con J.J. mejor ni contarlo. 

¡Ah, es verdad! ¡Que nuestro querido J.J estaba desaparecido! Sigamos por ahí, que aunque no se me note, me voy un poco por las ramas... Es un defecto muy oculto, no me gusta que la gente lo sepa, me tomarían por tonto y al garete mi carrera como narrador. 

El caso es que a Jim casi se le pasó que J.J. no estaba, todo por culpa de los gatitos. Se volvió a acordar en cuanto uno de los gatos regurgitó una bola de pelo que cayó cerca de la cama de J.J. 

— ¿Dónde puede estar mi Jimmy Junior? — se exclamó con el alma encogida. No se lo podían haber llevado... la casa de Jim no tenía puertas pero nunca había pasado nada. No, si su madre iba a tener razón, nunca pasa nada, hasta que pasa.

Como no sabía por donde más buscar, ni qué hacer, salió al porche para tomar el aire. Tras media hora de mirar a la nada pensando en Jimmy, avistó un avión a lo lejos. Le encantaban los aviones, siempre imaginaba de donde vendrían y a donde irían. Este parecía cada vez más grande. Hasta llegó a ver la cabina del piloto... sin piloto. Se levantó de un salto y gritó:

— ¡Ehh! ¡Que te vas a estrellar, muchacho! ¡Pisa el freno, madaleno!

Pero obviamente el avión no frenó por sí solo. Parecía que iba vacío. Y también parecía que se iba a estrellar en el porche de Jim. Así que no quedaba otra, Jim salió disparado hacia el interior de su casa y se puso debajo de una mesa. Esperó el fuerte estallido, pero solo retumbó toda la casa y ya pudo salir de nuevo.

En realidad era una avioneta, de las que Jim había pilotado antaño. Le echó un vistazo por dentro y no encontró a nadie. 



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⏰ Última actualización: Nov 03, 2019 ⏰

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Faskol y el reino de los GolfatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora