Capítulo 22

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Mini-maratón 1/2

Esa mañana, corriendo, me machaqué un poco más que de costumbre. Me sentía un poco mal por haberme enfadado así con Jack, pero estaba harta de tanto secreto. Subí por las escaleras y saludé a Agnes amablemente cuando se cruzó conmigo. En cuanto abrí la puerta, parpadeé al oler lo que me parecieron tortitas. Mi estómago rugió al instante.

Sue, Will y Mike estaban sentados en la barra, mirando expectantes a Jack, que estaba haciéndolas con el ceño fruncido, completamente centrado. Movía la sartén como si no lo hubiera hecho ni una sola vez en su vida.

—¿Falta mucho? —protestó Mike—. Tengo hambre.

—Cállate.

—Yo también tengo hambre —protestó Sue.

—Tú también cállate.

Me quité los auriculares, confusa.

—¿Qué hacéis?

Jack se giró al instante.

—Buenos días —sonrió como un angelito—. ¿Quieres tortitas?

Las puso torpemente en un plato. Estaba hambrienta. Y, aunque se notara que no había hecho eso en su vida, tenían un aspecto increíble.

Lo miré un momento. Mike y Sue estaban indignados. Will negaba con la cabeza.

—¿Ella sí y nosotros no? —preguntó Sue.

Jack estiró el plato hacia mí. Aunque estuviera sonriendo, estaba claro que estaba intentando ir con cautela. Tardé unos segundos y él se mordió el labio inferior. Después, acepté el plato y vi que su sonrisa se relajaba.

Me senté entre Sue y Mike porque Will había ido a por otra alternativa a la nevera. Los dos miraban mi plato como si quisieran matarme por él.

—¿Nos das un poco? —preguntó Mike con una sonrisa inocente.

—O a mí —sugirió Sue.

—Yo soy más amigo tuyo que ella.

—No es cierto. Vive conmigo. Somos más...

—Es suyo —Jack les frunció el ceño—. Dejad molestar, pesados.

Los dos se cruzaron de brazos a la vez mientras yo me llevaba un trozo de tortita a la boca. Me sentía como si estuviera a punto de darles la noticia de sus vidas. Todos me miraban fijamente. Especialmente Jack.

—¿Qué? —pregunté con la boca llena.

—¿Saben... bien? —preguntó él con una mueca.

Tragué lo que tenía en la boca y asentí con la cabeza. Era cierto que sabía bien.

—Menos mal —masculló él, dejando la sartén en el fregadero con un suspiro.

Todo el mundo volvió a lo suyo, pero Mike y Sue parecían irritados.

Jack se quedó de pie delante de mí. Tenía la mano apoyada en la barra a unos centímetros de la mía. Estaba repiqueteando un dedo nerviosamente.

—¿Has dormido bien? —preguntó.

Lo miré un momento y luego asentí con la cabeza. Parecía nervioso. No recordaba haberlo visto nervioso nunca.

—¿Estás...? ¿Estamos bien?

Me metí un trozo de tortita en la boca enarcando una ceja.

—No lo sé. ¿Vas a decirme algo?

Antes de diciembre / Después de diciembreWhere stories live. Discover now