Capítulo 1

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Bajé la mirada a mis manos temblorosas y sonreí. A pesar de estar derramando lágrimas, me sentía plena. O por lo menos bastante feliz.

El móvil vibró a mi lado e intenté con todas mis fuerzas ignorarlo, pero al final la curiosidad acabó por ganarme y lo tomé entre mis dedos. Desbloqueé la pantalla y allí, justo en frente mío, apareció un mensaje de Jordan.

Para ser sincera me imaginaba otra cosa. Como una disculpa de Jake o un mensaje emotivo. Un: "La pasé genial, aunque haya sido el peor error de toda tu vida." Pero no. Ninguna señal de parte suya.

-¡Leah! -gritaron detrás mío. Me sobresalté tanto que el celular se me resbaló y cayó en la alfombra. Me giré para ver a Jordan en el umbral de la puerta.

-¿Qué?

-Te mandé un mensaje hace diez minutos pidiéndote que abrieras la entrada trasera rápido. He sacado un poco más de lo que me correspondía en el mercado y no quería que me atraparan.

-¿De verdad? -pregunté sorprendida por lo rápido que se me habían pasado esos minutos -Lo siento. No pude si quiera abrir el mensaje, Dan.

-¿Sucede algo? Estás pálida.

Negué con la cabeza y sonreí más, rogando por que no se diera cuenta que estaba llorando.

-¿Estás llorando? -preguntó acercándose a mí y soltando las bolsas que cargaba. Vaya suerte la mía -¿Te peleaste con Jake?

Ataqué mi labio inferior con mis dientes y me maldije por no saber actuar. O por no haberme secado las mejillas. Además... ¿de todas las personas de la ciudad tuvo que nombrarlo a él?

-No. Para nada. Solo... no lo nombres, no quiero hablar de él.

-¿Por qué? Eres mi hermanita, sabes que me preocupo por ti si te veo llorar.

Reí, más para dejarlo conforme que para sentirme mejor yo misma. Conmigo misma.

-Estoy bien, de verdad. Solo me puse algo nostálgica por mamá -esbocé una débil sonrisa, esta vez con menos fuerza. Cada segundo que pasaba caía más en la gravedad de mi situación.

Asintió y me dijo algo sobre cocinar un pollo especial. Levanté el teléfono del suelo y revisé los últimos mensajes, pasando del de mi hermano. Edward me había escrito más de quince veces para vernos esta tarde. ¡Se olvidaba del toque de queda! Volví a morderme el labio al responderle.

-¡Me daré una ducha! -anuncié mientras me ponía en pie y recogía una toalla

-Ya era hora. Apestas demasiado, Leah.

Negué con la cabeza y cerré la puerta del baño tras de mí. Puse una mueca probablemente horrible intentando no llorar demasiado.

Abrí el agua y me miré al espejo mientras este se volvía borroso poco a poco por el vapor. Mis ojos estabán hinchados y rojos. Bien podría haber sido por la falta de sueño o por las lágrimas.

Me desvestí y me metí en la bañera para lavarme. Tal vez así se me pasaría la extrañeza que sentía respecto a mi cuerpo. Simplemente no lo sentía mío.

Pasé unos minutos dejando que el agua se llevara todo, incluso mis pensamientos.

¿Cómo pasaré los controles? Si me descubren... ¿cómo será mi muerte? ¿Jake llorará? No puedo hacerle eso a Jordan.

Solté un risa cargada de sarcasmo y mordí mi labio muy fuertemente para evitar que me temblara. No podía dejarme invadir por el pánico. Sí, probablemente moriría. Pero yo tenía la culpa. O gran parte de esta.

The MistakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora