Capítulo I

24 1 0
                                    

Paso, paso, paso, contra paso y vuelta. Paso, paso, giro, y continúa retrocediendo. Esto forma parte de la extensa coreografía de la vida. La coreografía de los ilusos. ¿Pero quién no es iluso cuando se trata de amor? Y seguimos retrocediendo en pendientes eternas, entre bosques y malicia que condenan. Parece que nunca se me termina el recurso cuando planeo ir de frente. Y entre paso, caída y cachetazo descubro la ingenuidad que tengo escondida. Siglos de sueños interminables, son los que perpetúo cada día y cada noche al recordarte. Toda la rendición comenzó justo un sábado a la noche, con dos palabras que gatillaron mis labios traviesos: <<Te quiero>>

 

Paso, paso, contrapaso y caída. Es la parte más complicada del caso, decidir si renunciar a las sombras, exponiéndome, mandar el corazón al frente, o permanecer en las penumbras de un dolor silencioso. Y no se trata de exponer toda la poesía en su esplendor, sino de entender la problemática que ronda en esta cabeza ahuecada de huesos y piel, carente de un cerebro, que calló por diez largos años, tanta ira y pasión retenida, como pudo. Siempre priorizando el "no puedo" como su arma más letal a combatir. Luego, usando la reserva de balas más imperante jamás vista: "No me correspondes".

Paso, salto, paso. Descubrí mi mejor <<Quatrieme Devant>> al mantenerme sobre mis pies y no desmoronarme esa noche. Y tampoco contenía el impulso de mis dedos sobre el teléfono, escribiendo sin parar lo que dictaba el corazón, en una noche desenfrenada de apasionados y mórbidos sorbos de vino tinto. Nada me hace más feliz imaginarte conmigo, a mi lado, tomándome la mano y avanzando hacia un abismo sin retorno. Compro cualquier situación, dónde esté contigo. Cualquier situación amorosa para una ilusa como yo.

Consenso IlusorioWhere stories live. Discover now