4. Donde nos encontramos

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—No señalé muchas cosas, pero hice un pequeño mapa de nuestro recorrido por el aire... —quejándose en voz baja, Livan interrumpió sus palabras y se acomodó en el asiento. Orfelia le ofrecía ayuda, pero siempre se negaba diciendo "estoy bien".

—No logro reconocerlo... No dudo de los dibujos de Livan... — Richard rascaba su barbilla, aún mirando el boceto. Ellos habían estado observando, sacando fotografías. Reconocía aquellos lugares, pero algo le molestaba.

—.... No se ve... ¿Cómo torcido?— murmuró Martín, ladeando el rostro para acomodar la imagen. Orfelia asintió, dándole la razón. Livan no dibujaba mal, ni chueco, por lo que era extraño.

—Eso es... — comenzó Livan, cerrando los ojos y apoyando su nuca en el asiento, sostenía su brazo dañado con su mano, evitando que se moviera— porque el helicóptero se inclinó, y dio una vuelta... Alrededor de la montaña...

Tras esas palabras, Livan volvió a dormirse, o como Martín insistía en decir, se había desmayado por el dolor. A Orfelia le preocupaba que su herida se infectara, o le subiera la temperatura, por lo que siempre la estaba revisando y secando con diferentes pañuelos. Lo mismo hacía Richard con el piloto, que con ayuda de los otros dos, habían acomodado sobre los asientos delanteros.

—Ah, es posible. Si llevaba una leve inclinación y daba la vuelta a una velocidad moderada... Es posible, me sorprende que Livan lo notara— comentó Richard tras cubrir a la chica con una chaqueta. Mientras Orfelia buscaba algo dentro de su bolso, y Martín miraba el mapa de Livan con detenimiento, Richard observaba a la chica desmayada. Había ocasiones en que no podía dejar de mirarla y los otros dos solo se hacían los desentendidos.

Pasaron unos minutos en silencio hasta que Martín soltó un grito ahogado, intentando no molestar a los dos heridos de gravedad. La mirada enojada de Richard le hizo cubrir su boca, antes de bajar la agenda sobre sus piernas y enseñar su contenido.

En las páginas de papel reciclado, había un dibujo. Esta vez parecía ser un rostro, algo poco definido, pero notaban que era el perfil de un chico. Los labios de Richard se convirtieron en una línea al ver la imagen, y desvió los ojos.

Martín había tocado un punto sensible, y Orfelia no lo salvaría, aunque le mirara con cara de cachorro. El chico solo pudo suspirar y seguir ojeando la agenda, que Livan les había dado permiso de mirar. Al menos, podría conocer un poco más a la chica, o esa era la idea del menor, ya que ella era tan silenciosa y discreta.

—Creo que ya sé donde estamos... Pero no entiendo aún como llegamos aquí, bueno, lo confirmaré una vez que salga— comentó Richard después de dos horas de silencio, mirando la pantalla de su móvil.

Cinco de la mañana, debía estar aclarando afuera, o así esperaba encontrar el exterior, y con un cielo despejado.

—Puedo salir contigo si quieres, así podemos hacer que Livan esté más cómoda y tal vez encontremos un lugar donde refugiarnos— intervino Orfelia, preparándose para salir. No aceptaría un no por respuesta, así que Richard solo pudo asentir y atar con fuerza sus agujetas.

—Cerca debería haber algunas cabañas o tal vez un almacén, si no me equivoco, hay forma de contactar a través de ellas... O quizá no— las palabras ambiguas de Martín hicieron reír a sus amigos, que terminaban de abrigarse y tomar un bolso pequeño cada uno, con algo de comida y agua, además de una manta.

No podían ser condescendientes, si afuera ya había luz solar, comenzarían a caminar de inmediato. Y si la noche los atrapaba, entonces deberían dormir fuera. Tenían que estar preparados.

—El dibujo de Livan no muestra ningún edificio, y tampoco indica en qué sitio estamos... Pero bueno, llévenlo— Martín metió la agenda en el bolso de Orfelia, podrían usarlo como guía, si en algún punto se desorientaban— tengan cuidado ¿si?

—No te preocupes tanto, solo vigila a los mientras regresamos— le animo Richard, abriendo un hueco en la pared de nieve que los protegía. Rayos del sol matutino ingresaron, pero junto a ellos, también lo hizo el viento que toda la noche había intentado abrazarlos.

Temblando un poco, ambos jóvenes salieron y taparon el espacio realizado, protegiendo a los que se quedaban en el interior. Esperaban regresar con ayuda lo más pronto posible.

Mirando alrededor, pudieron encontrar la cola del helicóptero, a un par de metros. No había nada junto a ella, además de rocas y nieve, misma que les dificultaba el caminar. Ayudándose entre ellos, avanzaron con paso lento, subiendo por la montaña.

—El bosque que nos rodea... Hace más difícil ubicarse, lo único que podemos hacer es subir un poco y encontrar un punto fácil de reconocer— indicó Richard, sosteniendo la mano de Orfelia, aguantando su peso mientras subía una roca algo húmeda por la nieve.

—A Livan le hubiera gustado venir... A un paseo por la nieve...— comentó la chica con voz cansada, solo habían caminado un poco, pero ya sentía el cansancio. La nieve, el frío, el accidente y la noche algo agitada, no era la mejor combinación para una persona poco atlética como Orfelia.

—Tal vez. Pero eso no importa ahora. Vamos— reanudado la marcha, subieron unos metros más, escalando tocas y zonas nevadas. Ambos tenían frío y el viento quemaba sus mejillas. Comparando los alrededores con el dibujo de Livan, Richard dio un suspiro de alivio y sonrió más confiado. Una sonrisa que tranquilizó a su compañera.

—La bajada es más difícil... Nunca lo hubiera imaginado— murmuró Orfelia, dejándose caer por la nieve, viendo como Richard se adelantaba varios pasos lejos de ella. Él no le daría ninguna oportunidad de descansar, así que sin reclamar, se puso de pie y lo siguió— ¿crees que haya algo útil en la cabaña?

—Si. Al menos, en esta época. Es normal que algunos jóvenes se pierdan cuando realizan la recolección... Para eso son las cabañas. Pueden pasar allí la temporada si no saben como volver.— el mismo había estado aquí un par de ocasiones, junto a unos amigos.— debe haber comida, ropa y tal vez, un caballo o algo. Podría usarlo para bajar al pueblo y pedir ayuda.

—Todo sería más fácil con un teléfono satelital— la voz de Orfelia ya sonaba más apagada, por lo que tomaron un descanso. Tampoco podía perder a su compañera de viaje, solo para salvar a los otros en el helicóptero.

—Cuando lleguemos... Dame la agenda de Livan— pidió el chico, tomando asiento cerca de Orfelia, sin mirarla al hablar. Había meditado esas palabras durante todo el camino. Un suspiro proveniente de la chica lo hizo voltear, alzando la ceja izquierda, como si preguntara qué ocurría.

—Si te gusta Livan, díselo. Ni siquiera sabes quien es el chico en el dibujo... — Orfelia negó para sí misma, aburrida de la situación entre sus amigos.

—...eso no importa. Ella... Da igual, sabes que no tengo el valor y mucho menos la confianza. Si Livan me rechaza, entonces no podría mirarla a la cara— fue su turno de suspirar, pero por un motivo diferente.

Livan. Le había llamado la atención desde que ingresaron a estudiar, aunque solo comenzaron una amistad cuando pasaron a segundo año, y Martín, el menor del grupo, la trajo para realizar un trabajo.

Martín era el que había reunido el grupo, ahora que lo pensaba. El chico fue amistoso desde el primer día, revoloteando por todo el salón. Pero se había asentado en un grupo fijo, que el mismo formó, con Richard, Orfelia, Leandro y el mismo. La última en unirse fue Livan.

Ya estaban en último año, y aún no confesaba sus sentimientos a la chica. En verdad era un poco inútil, en ese sentido.

—Como quieras, pero, debes tener claro esto...— Orfelia tomó un tiempo antes de continuar, sopesando si era correcto decirlo— Livan desaparecerá una vez termine la carrera. Ella, dijo que iba a viajar muy lejos.

Richard la escuchó, sin palabras que pudieran expresar su sorpresa. ¿Livan se iría? ¿A dónde? ¿Por qué? ¿Con quién...?

El chico apretó su puño, para luego ponerse en pie. Debían reanudar la marcha hacia la cabaña, esa es su única preocupación. Orfelia entendió el silencio de su amigo, y se puso en pie, limpiando la nieve de su pantalón. Ahora estaba todo húmedo, pero daba igual. Era su castigo por hablar cosas que no le correspondían...

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⏰ Last updated: Apr 13, 2022 ⏰

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